Capítulo 29

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Los libros se encontraban esparcidos por la mesa, el piso y algunas de las repisas, era un verdadero desastre, pero la información que habíamos conseguido en esta tarde y parte de la noche no la habríamos imaginado.

Mis hermanos se habían retirado a resolver asuntos de la manada, agradezco que estos me han ayudando tanto. Sin las preocupaciones de liderar he podido pasar más tiempo con Raya y eso lo agradezco.

Nos sumergimos horas leyendo y buscando en más libros del mismo autor, al parecer la información era cierta, se que debía decirle a Raya, pero prefería que en estos momentos se concentrara en estar tranquila.

Ya luego de tener al cachorro con nosotros sano y salvo le contaría sobre su supuesta magia.

Según la información que conseguimos La fuerza era algo que tendría además de la magia, pero no hablaba sobre qué tipo de magia tendría. Aunque a eso sumándole el hecho de que nacería en su forma lobuna y rango ya definido le da clara ventaja.

Pero eso no garantizaba que tendría salud o que Raya contaría con ella luego o al momento de tenerlo, al contrario, la podría perjudicar. He ahí el porque le he ocultado tanta información.

-Hay algo más, de lo que debemos hablar-  dijo el médico haciéndome apartar la mirada del libro que tenía en frente.

-Puede hablar- dije poniendo total atención al alpha a mi lado, pareció buscar las palabras por varios segundos, miraba mi rostro, el libro que tenía en frente o la pared. Estaba nervioso por lo que iba a decir. Yo tenía miedo de escucharlo.

-El embarazo a ido bien gracias a la Luna, pero de darse el caso debería hablar con su pareja, donde quiero llegar es que si se complica el nacimiento quisiera saber cual tiene prioridad de vida, ¿no se si me explico?- dijo con nerviosismo

-Todo saldrá bien, tengo certeza de eso- quería tenerla, minutos de silencio se hicieron presente en la habitación -ella la tiene, su vida es primero, y agradecería que no comente el tema con ella, acate mi orden si ha de darse el caso-, dije y asintió.

Quería ese cachorro, lo amaba y añoraba, pero Raya es mi vida entera, no podría vivir sin ella. Y aunque nuestra unión no sea bien vista o nuestro lazo parezca más una mordida de pelea que una marca de unión no me interesa, ambos sabemos lo que significa para cada uno.

Ambos sabemos que esa cicatriz en su cuello y en el mío fue hecha con amor.

La noche había caído y era momento de volver a casa, a decir verdad nunca había tardado tanto en mis visitas a la manada, así que estaba ligeramente preocupado.

Era casi hora de la cena, espero que Jimin haya llegado para acompañarla, de no ser así me reprendería a mí mismo por haberla dejado posiblemente hambrienta y sola por tanto rato.

Me adentré en el bosque y cambié a mi forma lobuna, cuando sentí mis patas tocar la tierra era como sentir la misma gloria, hacía tiempo que no lo hacía, lo extrañaba.

No veía la hora de tener al cachorro con nosotros y corretear como familia en el bosque.

Aún recuerdo lo bella que se veían Raya en nuestra boda, lo molesta que estaba y lo mal que me trataba al inicio, me alegra que eso último haya cambiado.

Tras largos minutos de recorrido pude divisar la casa entre los frondosos árboles, cruce al lado del mango haciéndome recordar que tuve que ir hasta la manada de los Son solo por unos mangos agrios para Raya porque estos no lo eran lo suficiente ¿Quien come mangos agrios?

Aún recuerdo la cara que puso su padre cuando me vio junto a Jimin parado en la puerta de su casa pidiéndole mangos para la consentida de su hija.

Y lo feliz que se puso cuando los comió, y me obligó a comerlos, y valla que estaban agrios.

Su padre a cambiado un poco su enojo por clara preocupación, siempre que puede me envía cartas pidiendo verme para preguntar por ella y su salud.

Antes de lo previsto me encontraba frente a la casa, pero un fuerte olor desconocido me hizo poner alerta.

El olor era extraño, alcohol, sudor, flor de Jazmin (está sirve para dopar lobos), químicos, el aceite de vehículo. Habían marcas de ruedas cerca de la entrada, no estaban ahí cuando me fui.

Percatándome luego de las puertas entreabiertas de la casa. Me adentré en esta encontrando que el olor era aún más fuerte y una maleta en la entrada.

La desesperación se apoderó de mi cuerpo, ¿como era que habían encontrado la casa?¿y si le hicieron daño?
Me mareaba un poco, mis rodillas flaqueaban y mis extremidades me hacían tambalear, pero debía llegar con ella.

Mi corazón latía con fuerza y nerviosismo. ¿ y si el Consejo de Líderes se enteró?¿Si por eso se la llevó?¿Si no vuelvo a verla?¿Y si lo ultimo que recordaré de ella será lo hermoso y pacifico que se veía su rostro durmiendo?

Al pie de la escalera se encontraba Jimin desmayado con una bandeja con comida tirada en el suelo, trate inútilmente de despertarlo, pero este no se movió por sí mismo, así que subí para buscarla.

La puerta de la habitación estaba abierta, las sábanas en el suelo y un olor a Pino y más Jazmín esparcido en la habitación. Había cinta gruesa en la mesa al lado de la cama, se habían ido con rapidez.

Entre a la habitación encontrando solo una cama desocupada, fui al baño y tampoco estaba.

Alguien se había llevado mi vida.

La descendencia de los KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora