Capítulo 27

322 47 0
                                    

-¿Porque no damos un paseo pequeña?- dije, nos encontrábamos en la cama, eran eso de las 3 de la tarde.

Habían pasado 4 semanas desde que el médico nos visita, viene cada día a checarla, por petición mía hablamos de datos que prefiero que ella no se entere en el despacho de mi manada, hoy está aún más decaída que de costumbre así que he tratado de hacer de todo para levantarle el ánimo.

Su panza apenas y se nota, es solo un pequeño bulto imperceptible y está a dos semanas de dar a luz, mentiría si digo que no estoy nervioso.

Incluso le contamos a Jimin sobre el cachorro para que él sea él omega que esté cerca de ser necesario, Raya dijo confiar en él así que baje un poco la guardia, vendrá la semana que viene.

El cachorro de Jungkook y Yoori ya nació fue una niña, hermosa como su madre a palabra de Yoongi, tanto hacerse el duro para caer por la cachorra. Estos no saben sobre nuestra situación, no porque no confiemos en ellos, sino porque es mejor que menos personas sean conocedoras de esto por si se sabe.

El apetito sexual de Raya continúa igual, pero por exigencias del médico no puede tener esfuerzos considerables, así que está frustrada, molesta, nerviosa y temerosa por lo que podría pasar, yo estoy aun peor.

El médico encontró algunos libros sobre uniones entre la misma clase, pero nada sobre cachorros nacidos.

-No tengo ganas, prefiero dormir- respondió y se acomodó cerca de mi cuello aspirando mi olor.

-Vamos, será unos minutos, si te cansas te cargaré- insistí

-No quiero ponerme ropa-, dijo, esta se encontraba con solo unos pantalones cortos y un top, básicamente ese era el vestir de cada día, con el aire a -5, si -5 grados.

-Puedes ir así, estás sexy, además nadie pasa por aquí.- dije dejando un beso en sus labios.

-Bien, pero al regresar quiero helado- respondió dejando sus dientes a la vista, hermosa.

Salimos de la casa, había tomado una manta para acostarnos un rato, y algo de jugo.

Nos encontrábamos en un claro, los árboles alrededor de la casa no nos permitían recibir el sol que el médico pedía al menos una vez a la semana, así que nos alejamos un poco.

Ella se encontraba sentada tomando su cuarto paso de jugo y yo estaba acostado en sus piernas dejando algunos besos en su panza.

-¿A cual de los dos crees que se parezca cosita?- dijo esta, porque si, como no tenemos nombre para el cachorro le decimos cosita porque es muy pequeño.

-Desearía que a ti,  pero tengo la certeza de que será un Kim en su totalidad.

-Olvidaba lo egocéntrico que eres- dijo riendo, estaba aún más hermosa y su olor era más fuerte, su piel brillaba y su cabello había crecido extrañamente rápido.

Siempre era agresiva con los demás, pero conmigo era sumisa y cariñosa, amaba ser el único en ver esa faceta.

-Deberíamos irnos, se hace tarde- dije y luego me puse de pie para ayudarla a imitar mi acción.

Algunos pájaros se movían de un árbol cercano como si algo los hubiese espantado, y me puse alerta.

-Amor, de seguro fue un animal-, dijo Raya cuando enfocamos la vista y no vimos nada más, asentí y regresamos a casa.

Deseaba que estas dos semanas transcurrieran rápido, pero el temor a lo que pueda pasar se encuentra latente en mi.

...

Llegamos a la casa y pasamos al baño para quitar la tierra y sudor de nuestros cuerpos.

Había preparado la bañera para ambos con algunas espumas, hace algunas semanas Taehyung vino con la idea de que baños de espuma la tranquilizarían, así que a veces le preparaba algunos, otras la acompañaba, como ahora.

Deslizaba mis manos por sus hombros lentamente, estábamos recostados en la bañera, ella sobre mi cuerpo, sus manos jugaban con la espuma y el olor a margaritas era lo que ambientaba el lugar.

-¿Te gusto el paseo?- dije acariciando la

-Si, pero estoy cansada de no hacer nada, las cartas de papá son solo para asuntos de la manada, extraño a mi familia.

-Lo siento, él dice que es mejor no preguntar en cartas por tu salud, por si alguien la intercepta.

-Lo se, pero aún así, me siento ¿abandonada?

-No lo estás, todos estamos aquí con ustedes-, dije pasando mis manos y colocándolas en su vientre y así nos mantuvimos unos minutos sumergidos en el silencio.

-Quiero que cuides al cachorro si algo me pasa- dijo mirando mi rostro por el costado, sus ojos estaban húmedos por las lágrimas.

-Nada te pasará, eres fuerte y el cachorro también, te prohíbo pensar así.- dije y comencé a repartir besos en sus hombros.

Yo estaba aún más nervioso que ella pero debía aparentar que no, era un asco fingir todo el tiempo pero ella y el cachorro debían estar tranquilos.

-Quiero comer algo, pero no hay-, dijo y un pequeño puchero se formó en sus labios.

-¿Que deseas pequeña?, tus deseos son órdenes lo sabes-, dije

-Quiero mango, ¿puedes ir a mi casa por ellos?- dijo suplicante

-¿A tu casa?, pero aquí cerca hay árboles de mango¿porque ir tan lejos?

-Es que esos no me gustan, los mangos de mi casa son agrios, así me gustan más-, dijo

-Bien, iré por ellos ya mismo

-No, quédate un rato más y luego vas mientras duermo, así cuando despierte estarán aquí y podré comerlos-, dijo con su hermosa sonrisa, ya tenía todo planeado.

-Bien, ¿ya tienes sueño?-, dije y asintió ¿Quieres un masaje?-, dije y asintió aún más entusiasmada, es una consentida.

La descendencia de los KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora