En el camino no podía parar de verlas, eran tan perfectas, tan pequeñas e indefensas, no habrían estado aquí, con nosotros si Raya no las hubiese protegido.Las cachorras tenían el olor de su madre y será así hasta que cumplan los diez años, los alphas impregnamos nuestro olor en los cachorros para hacerles saber a los demás lobos que son nuestros, Raya lleva haciéndolo desde antes de partir, incluso Jin tuvo que abrir su ventanilla por lo intenso del olor.
Llegamos directamente a la casa del bosque, le pedí a Jin que le avisara a su padre que la habíamos encontrado y cuando se retiró nos adentramos a la habitación.
Recosté las cachorras en la cama y hablé
-Debes darte un baño- dije, se notaba lo incómoda que estaba, su cuerpo tenía cortes y mordidas, sangre supongo de ella y ajena también.
Solo asintió y se adentró a este, me quede con las pequeñas un rato hasta verlas dormidas y luego la acompañe.
Me acerqué a ella y la abracé por detrás, esta se tensó.
-Soy yo, esta bien-, dije para relajarla, -Lo lamento, no las cuide bien.- dije con verdadero arrepentimiento.
-Descuida, estamos bien, las tres.- dijo girando su cuerpo para abrazarme. Ambos estábamos bajo la lluvia artificial de la regadera, yo lleno de miedo y dudas y ella solo se aferraba como si su vida dependiera de ello.
-¿Viste al alpha Lee?- dije
-Ahora solo quiero abrazarte-, respondió y así nos quedamos hasta que escuchamos las cachorras llorar.
Salió del baño con prisa y cuando la seguí ya se encontraba en la cama con ambas, estaba envuelta en una toalla y se preparaba para colocar ambas cachorras a comer.
Me puse un pantalón rápidamente, -iré a preparar algo de comer-, dije y salí sin esperar respuesta.
Al cabo de un rato cuando faltaban apenas unos minutos para la comida estar lista, Raya bajo las escaleras y se adentró a la cocina.
-Ya casi está, ¿se durmieron?
-Si, muero de hambre
-Debiste quedarte arriba, yo la subiré
-Descuida, están dormidas, además cuando lloran mi cuerpo me avisa, es muy raro.-, dijo y al ver mi cara de extrañeza siguió, -la leche de mis senos se desborda-, dijo entre risas.
-¿Fue doloroso?, lamento no haber estado contigo en el parto.
-Con la primera fue más doloroso, cuando nació trataron de arrebatármela la escondí y comencé a pelear con ellos, cuando volví se la habían llevado y comencé a sentí dolor de nuevo, ahí nació la otra.
-Lee Min Oh la tenía- dije
-Maldito, debí matarlo cuando pude.- dijo con claro odio.
Estaba mejor, su semblante mostraba mejoría, pero los golpes aún se mostraban en su piel.
Saque la comida y la serví en platos para comenzar a comer, está lo hacía con hambre y rapidez.
..
Cuando comimos, tocaron a la puerta, eran mis hermanos acompañados de un poco despierto Jimin con Yoongi sujetándolo y el padre de Raya.
Luego de un reencuentro entre padre e hija y de bastantes lágrimas del omega está nos comenzó a contar lo qué pasó.
Al parecer la tenían drogada en todo momento, despertó por los dolores al parir encontrándose con varios alphas incluyendo a los Lee y casi todo el Consejo de Líderes a su alrededor.
Luego comenzaron una disputa para ver quien le quitaba la cachorra y esta corrió hasta esconderla para luego atacarlos, ajena al hecho de que tendría otra.
Su padre estaba aliviado, aunque molesto con los Lee en los que tanto confió, ahora no quedaba más que sus cuerpos quemados.
-¿Que tan involucrado estaba el doctor?-, dije dirigiéndome a Yoongi.
-Mucho, dijo que cuando lo supo, se lo comunicó al consejo, al parecer le ofrecieron dinero por el cachorro, querían los dotes con los que nacería para usarlos a su favor. También dijo que les contó a ustedes sobre estos para así retenerte y que pudieran llevarse a Raya- respondió este
-¿Que dotes?- dijo Raya
-Te contaré luego-, dije hacia ella -Creo que deberían irse, gracias por la ayuda, a todos, no veo a Jungkook aquí, supongo que ya se fue-, dije y Jin asintió dándome la razón.
No quería ser brusco, pero ahora solo quería estar con las pequeñas y mi pareja, quería solo su compañía y sabía que Raya pensaba igual.
Cuando se retiraron volví a hablar con mi compañera, contándole todo sobre lo que el médico había dicho.
Subimos al cuarto encontrando a ambas aún dormidas una sobre la otra, sus patitas se movían por los espasmos al dormir y aveces gritaban entre sueño.
Era increíble la cantidad de pelo que poseían.
Nos transformamos y las tomamos para luego recostarnos sobre el piso y enrollarnos con ellas en medio.
Todo estará mejor desde ahora.