Capítulo 20 Parte 2

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Prov Raya

Me sostenía de sus hombros y me impulsaba saltando sobre este, sus piernas se encontraban abiertas evitando así que resbalaba.

Los graves gruñidos que salían de su boca resoplaban justo en mi cuello, el crujir de sus dientes y el movimiento de las cadenas me tenían aturdida.

Pedía a la madre Luna no sucumbir al placer. No debía permitir que me anudara.

Así nos mantuvimos hasta que sentí como su cuerpo se contraía, así que baje de él inmediatamente para luego continuar con la mano, haciendo así que se corriera.

-Desátame ahora-, dijo paseando su nariz por mi cabello y aspirando mi olor.

Me acerqué más a él para así lograrlo y cuando se encontró libre tomó mi cuerpo entre su manos para posicionarme en la cama.

Su mirada continuaba roja además de ida, recorría mi cuerpo una y otra vez, y noté que se encontraba duro otra vez.

-Abre las pierdas

-Nam

-Hazlo-, dijo tajante y obedecí, su intensa mirada me decía que no era momento de contradecirlo, pero estaba nerviosa.

Si bien la vez anterior había sido capaz de sacarlo de mi interior a tiempo, dudo mucho que lo logre estando él sobre mi.

Se colocó de rodillas en la cama y abrió mis piernas aún más, tomó mis manos y las aprisionó con una de la suyas sobre mi cabeza y me penetro de una.

Decir que sus movimientos eran fuertes o bruscos era quedarse corto, era bestial, la cama crujía y chocaba intensamente contra la pared.

Su respiración se encontraba sobre mi boca, más no me besaba, solo me observaba fijamente.

Atacó mi cuello dejando lamidas y mordidas a su paso. De mi boca salían sonoros gemidos por los múltiples orgasmos que me había provocado, pero este no se detenía.
Salió de mi interior y halo mi brazo para ponerme de pie.

Energía no tenía, me había agotado no por la cantidad de veces que lo habíamos hecho, porque básicamente eran dos, sino por lo brusco de sus movimientos.

-Conviértete-, ordenó sin más

-¿Que?

-Ademas de coqueta, sorda

-Si estás molesto deber..- trate de decir inútilmente

-Ven aquí gatita escurridiza y conviértete, no lo repetiré-, dijo para luego alejarse un poco permitiéndome hacerlo.

Luego de observarme mientras se tocaba realizó la misma acción, quedando así ambos en nuestra forma lobuna.

Su enorme lobo negro era aún más intimidante con esos ojos rojos, era como si todo de él me dejara estática, receptiva y sumisa.

Ahogue un gemido cuando se posicionó detrás de mi, deslizándose con nada de tacto en mi interior.

Su pene era aún más grande en su forma lobuna y lo había enterrado en mi de la forma menos delicada posible.

Las penetraciones eran fuertes y contantes y cuando el orgasmo me golpeó nuevamente sentí el nudo formarse.

¡Maldición!

Así nos mantuvimos hasta que el nudo se deshinchó.

Se transformó nuevamente a su forma humana, pero yo continuaba sin poder moverme, así que cuando lo hice este me tomó en brazos y me coloco en la cama nuevamente.

Se veía cansado y sudoroso, caliente y sexy en partes iguales, lo observé unos segundos hasta que quede dormida.

...

He tenido muchas formas de despertarme, pero sin duda despertar por una lamida en tu intimidad era una muy satisfactoria.

Repetía la acción sacándome más de un gemido hasta sentí su dura entrepierna deslizarse hacia  arriba para luego ser introducida dentro de mi.

Perdí la cuenta de cuántas veces tuvimos sexo, no se si fue por la extrema actividad física o porque en realidad fueron demasiados.

Creo que fue la segunda.

Se encontraba dormido a mi lado, y mi estómago crujía, mire el reloj 3:00 pm, padre iba a matarme.

Tomé mi ropa y luego de pasar rápidamente al baño me la coloqué para bajar por algo de comer.

-Sigues viva-, dijo Jin con enormes ojeras en sus ojos

-Tu no te ves mejor créeme-, dije, pero claramente no era cierto, lo magullado y adolorido que mi cuerpo se encontraba me lo hacían saber.

-Si, descubrí que tener a dos alphas en una misma casa con el celo, y uno de ellos disfrutando, mientras el otro se encuentra en abstinencia bajo supresores y solo puede escuchar, no es la mejor situación.

-Lo siento por eso, ¿Taehyung la paso tan mal?

-De hecho si, necesitó dos omegas contratadas para no salir a hacer un desastre.-, dijo y solo asentí

-Tu amigo omega estuvo por aquí esta mañana.

-¿Vino a buscarme?

-Pregunto si, y le explique, pero dudo que en realidad te buscara, parecía más querer escapar, es raro que un omega huela a mandarina, por lo general los olores cítricos son para los alphas.

-El huele rosas, no a mandarina

-Creo que me confundí-, dijo con una tenue riza en su rostro

Los pensamientos abarcaban toda mi mente, ¿como es que me había anudado y no pasó nada?, quizás fue por la marca que yo misma le hice.

Comí algo  y cuando estaba terminando con lo ultimo de mi plato su fuerte aroma llegó a mí, había despertado.

Mire a Jin horrorizada para luego ver cómo Nam bajaba las escaleras totalmente desnudo.

-Yo lo retengo mientras subes o te tomará aquí mismo, date prisa.-, dijo Jin para luego abalanzarse sobre él

Salí corriendo escaleras arriba hasta el segundo piso, hasta que sus fuertes brazos me tomaron y literalmente arrancaron mi ropa dejándome desnuda, cuando trató de acercarse corrí otra vez, no quería que me tomara en las escaleras, cualquiera podía vernos.

Cuando estuve a punto de entrar a la habitación volvió a tomarme.

Me colocó pegada a la pared y se posicionó detrás de mi, para luego de pasar su lengua por mi cuello, adentrar su mano entre mis piernas y empujarme hacia atrás para tener acceso a mí, tomando ahí mismo.

La descendencia de los KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora