Capítulo 38

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Inglés moderno: -…-
Inglés antiguo: ^…^
Nórdico antiguo: /…/
Galés antiguo: *…*
Latín: ~…~
Lengua pársel: ¡Negrita!.
Pensamientos: '…' (todos los pensamientos, no importa el idioma).

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Balthezar observaba a Blaise, aunque el joven no parecía darse cuenta. De hecho, Blaise observaba a la gente de la tribu con bastante atención. Balthezar inclinó la cabeza hacia un lado cuando la mano de Blaise se movía cada vez que un miembro de la tribu se acercaba a él. Ese movimiento le hizo pensar a Balthezar que Blaise estaba nervioso. No culpaba al adolescente por su nerviosismo, pero había pensado que Blaise lo habría ocultado mejor. Sin embargo, su mente no podía permanecer concentrada en Blaise por mucho tiempo. Estaba preocupado por la realización que había tenido. No quería revelar el único hecho que podía arruinar su vida. Esto significaba que concentrarse en Blaise, aunque fuera por unos momentos, le permitía un ligero respiro de esos pensamientos. El único problema era que los pensamientos no se alejaban por mucho tiempo.

La atención de Balthezar se vio repentinamente apartada de sus pensamientos por un ruido. Se giró y miró en la dirección de la que procedía el ruido. Sus ojos se abrieron de par en par cuando unas arañas gigantes empezaron a dirigirse hacia la tribu. Todos los hombres lobo llevaban sus armas y algunos tenían magia que prácticamente brillaba en sus manos. Balthezar reconoció eso como magia salvaje. Sólo ciertas criaturas habían sido capaces de aprovecharla. Las que podían eran las que la época actual consideraba criaturas oscuras. Las arañas se detuvieron y parecieron mirar fijamente a los hombres lobo.

Balthezar hizo lo que tenía sentido para él. Avanzó con cuidado, aunque Blaise intentó detenerlo. Logró mantenerse fuera del alcance del muchacho. Se acercó a los hombres lobo. *¿Qué está pasando?* Uno de los integrantes del grupo lo miró. Esperó a que le dieran algún tipo de respuesta sobre por qué esas criaturas estaban en el bosque. Sabía que no deberían estar allí, aunque eso era porque Salazar no les habría permitido vivir allí. El hombre había creído que las arañas gigantes eran demasiado peligrosas para permitirlas cerca de cualquier criatura viva.

Antes de que la persona pudiera responder, el Quetzalcóatl salió volando de donde se había escondido y se envolvió alrededor de Balthezar. Éste miró a la serpiente voladora. La criatura miró a las arañas y les siseó de forma amenazante. Las arañas parecieron agitarse al ver a la serpiente. Una de ellas se acercó. -Deben dejarnos pasar. Tenemos vía libre en este bosque-. Balthezar enarcó una ceja. Esas palabras eran algo que no había esperado. El bosque era para todo el mundo, pero los que Salazar había escogido para que estuvieran vinculados a la tierra del bosque eran los que tenían vía libre.

Ambrosia se acercó. Le dedicó a Balthezar una leve sonrisa. Luego miró a las arañas. -Creen que tienen vía libre en este bosque, pero sólo estás aquí porque se lo permitimos. No son ustedes los que están atados a este bosque y se les permite tomar decisiones. Un tonto semigigante los introdujo en este bosque. Si realmente pensáramos en librar este bosque de ustedes, podríamos hacerlo. Sin embargo, no lo hemos hecho porque creemos que puedes ser útil en su protección-. Siguió lanzando una de esas miradas altivas y poderosas que podían molestar a cualquiera que se lo permitiera.

Balthezar ladeó la cabeza. Decidió que era hora de intentar practicar un poco más su inglés. Se puso más erguido y se unió a Ambrosia. Miró a la criatura que había hablado. -Este bosque pertenece a Salazar. Utilizó su magia para proteger la tierra. Sólo aquellos a los que él dio el poder pueden decidir esas cosas-. La araña le miró fijamente. Era un hecho que el bosque había pertenecido a Salazar. Él había sido el que había comprado la tierra conocida como el Bosque Prohibido. Cada fundador había comprado una porción de terreno para Hogwarts e incluso para Hogsmeade. Salazar había tomado el bosque porque sabía la ventaja que supondría.

La criatura le miró. -¿Y quién eres tú para decirnos lo que podemos y no podemos hacer?- Él sabía quién era Ambrosia. Este chico era alguien que no conocía. Balthezar frunció el ceño. Parecía que no habían podido hablar con la persona que los había puesto allí.

Ambrosia habló antes de que Balthezar pudiera hacerlo. -Es el heredero apropiado. Volverá al rincón del bosque que le permitimos utilizar. Harás bien en recordar la última vez que cruzaste la línea-. Balthezar se preguntó qué quería decir con eso, pero guardó silencio. Ella era la jefa de la tribu.

La criatura hizo un ruido. -Nos iremos por esta vez. Tendremos esta tierra-. Ambrosia le dirigió una mirada. Las criaturas se fueron entonces. Balthezar frunció el ceño y miró a Ambrosia. Ella negó con la cabeza y lo condujo a la cabaña en la que se alojaba con ella y Pandora. Blaise los siguió.

Balthezar la observó mientras ella lo invitaba a sentarse. Lo hizo. Ella se sentó también y suspiró. -Esas criaturas fueron traídas por el jardinero que Dumbledore tiene trabajando aquí. Parece creer que tiene derecho a añadir las criaturas que quiera a este bosque. Les hemos permitido quedarse porque impiden que la gente entre en este bosque. Sin embargo, creen que tienen derecho a todo-. Balthezar frunció el ceño. Esto no era algo que quisiera escuchar. Sabía que Salazar no aprobaría a esas criaturas.

Asintió después de un momento y decidió dar otra oportunidad al inglés. -Lo entiendo. Por favor, sepa que a Salazar no le habría gustado esto-. Ambrosia asintió. Todos tenían sus propias ideas sobre lo que debía ocurrir. Era un hecho de la vida. Se sentaron en silencio. Todos sabían lo que había que hacer. Sin embargo, Balthezar se alegró de la distracción. Cuanto más tiempo pudiera evitar pensar en lo que iba a tener que hacer, mejor. Al fin y al cabo, estaba a punto de cambiar su vida de una manera que la llegada al presente no había podido. Sólo esperaba poder sobrevivir a ello.

BLOOD OF SALAZARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora