Cap.26

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Narra Sammuel

Me sentía muy perdido, habíamos tenido que volver a casa más rápido de lo que esperaba. No me quejaba por que no es que me gustara mucho salir de casa, para terminar rodeado con tanta gente en el centro comercial. Aunque había conocido a dos personas interesantes el día de hoy, pero eso no significaba que me gustara socializar o que se volviera una nuevo hobbie chocar con personas o hablar con desconocidos. En fin, cuando había llegado abajo, Briana estaba llorando, no me quiso decir por qué y Ryder no me ayudo en nada con su "No es el momento de hablar de eso" solo terminó dejándome a la deriva. Luego simplemente la había subido a su espalda y ella estaba realmente triste.

Ahora yo me encontraba en mi habitación, recostado mirando el techo como si este fuera a darme las repuestas de lo que estaba sucediendo. Si claro, como si fuera tan fácil. Tenia ese pequeño sentimiento de incertidumbre en el pecho que no me dejaba en paz, como si me hubieran hecho a un lado...no me gustaba ni un poco, aunque no podía quejarme demasiado, por qué a veces yo no estaba de tan buen humor y si podía ser un poco esquivo a unirme a sus planes...resople suavemente, viéndolo así era muy egoísta de mi parte quejarme.

Esperaba no me estuvieran escondiendo nada malo como Brian...pensar en ese nombre solo hizo que esa opresión en mi pecho aumentara de forma dolorosa. Frunci el ceño algo molesto, tomé una almohada cercana para ponerla en mi rostro y grite lo más fuerte posible. Por que muy en el fondo...en ese lugar donde tenía guardada la cajita de mis emociones...yo lo extrañaba muchísimo, pero no quería admitirlo.

Tomé mi celular para buscar un número, necesitaba hablar con quien sea para distraerme un poco. Lo cuál era un poco tonto tomando en cuenta un detalle...¡No tenía más amigos! Oh dios, ¿Por qué era tan malditamente depresivo y nada sociable? Pero entonces como si un rayo de luz se cruzará en el oscuro camino de mi vida...ok, eso fue muy dramático incluso para mi.

Negué suavemente y me concentre en el nombre que apareció en mi lista de contactos. Me preguntaba si Troy habría vuelto a casa a estás alturas...no había pasado mucho tiempo, si acaso unas dos horas desde que estuve en el centro comercial. Pero enserio quería hablar con alguien y en vista de las circunstancias, no perdía nada con intentar, ¿No?

Sammuel: Hola, soy el chico con el que chocaste en el centro comercial.

Sammuel: Me preguntaba si tendrías algo de tiempo.

Sammuel: A lo mejor no y yo estoy aquí molestando, pero quería saludarte.

Sammuel: Aunque técnicamente ya lo hice.

Sammuel: Y creo que no estas disponible justo ahora. Espero que tu día de compras este saliendo bien.

Sammuel: Perdona tanto mensaje.

Dejé mi celular a un lado y me cubrí el rostro con las manos, eso había sido muy patético. Si hubiera un premio a la persona más solitaria y lamentable en el mundo...seguro que lo ganaría por mucho o con mi suerte me descalificarian por ser un profesional en el tema. Suspiré por que ahora no sabia en que gastar mi tiempo, no es que tuviera muchas aficiones actualmente. Leer un libro no era una opción, empezando por que no había traído ninguno conmigo.
Ni siquiera mi edición favorita de Romeo y julieta que tanto me costó comprar.

Ay no...supe que estaba jodido cuando mis ojos se humedecieron. Rayos, no tenia ganas de deprimirme justo ahora. Él se había ido hace mucho tiempo, ¿Por qué no podía solo superarlo y ya? Suspiré como tanto lo hacía últimamente, tomé mi celular para abrir el Spotify. Busqué mi lista de reproducción para deprimirme a gusto, por qué claro, si me iba a poner triste mínimo iba a entrar en el ambiente adecuado para llorar hasta cansarme. Mi depresión, mis reglas.

¡Maldito Whatsapp!  (Libro 2 después de ¡Bendito Whatsapp!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora