¡Maldito Whatsapp! (Libro 2 después de ¡Bendito Whatsapp!

Cap. 28

Narra Elliot

Aún seguía algo enfermo, pero gracias al medicamento que mi compañero de departamento me había facilitado, me sentía mucho mejor. El problema era que ahora tenía una seria encrucijada mental que no dejaba de molestarme desde hace un rato. Mi compañero era...¿Extraño? No encontraba la forma correcta de definirlo. Tal vez si repaso lo sucesos en mi mente logre entenderlos un poco más y llegar a una conclusión lógica o por lo menos convincente para mi paz mental.

1.- Percy era muy silencioso, no hablaba más de lo necesario y cuando lo hacia su timbre de voz era bajo...increíblemente suave y bajo. Tenia que esforzarme un poco para alcanzar a escuchar lo que decía. Aunque no debía descartar que tal vez era tímido.

2.-Era super friolento, era cierto que el clima era una locura en Paris...pero el usaba abrigo o sudadera, una bufanda y hasta un gorro dentro de casa. Cuando lo miraba me daba mucho calor.

3.-Por alguna razón en los últimos dos días me había hecho el desayuno, la comida y hasta la cena. Siempre era un "Hice demasiado...puedes tomar una porción si gustas"

4.-No entendía como veía con esas grandes gafas redondas que todo el tiempo se veían empañadas, tal vez por el calor de su cuerpo con tanta ropa encima. Tal vez por eso su cabello negro era corto.

5.- Seguro era un super humano, porque no sentía fácilmente dolor.

Se que ese ultimo sonaba como un pensamiento tonto, pero es que no sabia que más pensar sobre él. Solo tenia que recordar lo que había pasado ayer por la tarde.

***

Estaba sentado en el sofá individual buscando seriamente un trabajo en el periódico, no podía relajarme hasta que no tuviera alguna fuente de ingresos decente en Francia. Sin dinero no podía buscar a Willow ni seguir pagando el lugar que había conseguido con mucha suerte. Vi a Percy limpiando en la sala, tan cubierto de ropa como siempre y de lo más tranquilo. No me sentía mal de no ayudarlo, antes cuando lo vi limpiando la cocina pregunté si quería ayuda y él me dijo que no.

Todo estaba normal, había marcado uno que otro trabajo que iría a revisar, cuando el movimiento de un mueble llamo mi atención. Lo observé de reojo levantar un poco el sofá de una esquina y lo siguiente que vi fue la pata de ese sofá...cayendo sobre su pie. Sorprendentemente no grito, solo lo vi agacharse un poco y apretar los puños. Me levante y me acerque un poco a él.

—Oye...¿Estas bien?—Se que no era la pregunta más inteligente de todas, pero fue lo primero que cruzo por mi mente. Él se limito a asentir efusivamente—¿Quieres que te revise?¿Te acompaño al médico?—negó con la misma efusividad que antes.

—Si me permites...necesito un momento— No alcance a responder a ese susurro por que el ya iba camino a su habitación. Solté un pequeño suspiro. A lo mejor yo no le caía bien. Iba a dejarlo estar cuando un pequeño estruendo llego de su habitación. Me acerque a la puerta velozmente y toque suavemente—¿Paso algo? Perdona que sea tan insistente, pero acabo de...—La puerta se abrió solo un poco, solo podía ver una pequeña parte de sus gafas.

—Estoy bien...es que se cayeron unos libros del estante.

—Eso no sonó como...— levanto el pulgar interrumpiendo mis palabras como una forma de decir "Estoy bien, adiós" porque luego cerró la puerta de nuevo.

Me despeiné el cabello y decidí que era mejor no seguir molestándolo. Si él decía que estaba bien entonces seguro yo solo exageraba. A lo mejor había visto mal y no se lastimo en ningún momento, negué antes de volver a sentarme en el sofá a seguir buscando un trabajo.

***

Ahora ya sabía que, si se había lastimado un poco, porque en la mañana, antes de que saliera como en los últimos días, lo vi cojeando. Era un chico muy terco porque se negó a recibir ayuda, a lo mejor había ido al médico, lo que sonaba más lógico que dejar que un extraño que no tenia conocimientos de medicina te revisara.