37: Lo opaco de su mirada Parte: 1, Harry

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Si le pagaran por cada sueño húmedo muy caliente y que podía sentir con si de la mismísima realidad se tratara con Louis, tendría al menos casi 10 dólares. Una semana había pasado desde aquel sueño en donde el pequeño alfa había aparecido y se había negado a irse de su subconsciente.

__¿Qué estás haciendo, Harry Styles?__susurró para sí mismo, llevando  sus grandes manos para su rostro un poco avergonzado, pues unos minutos antes había estado masturbandose mientras pensaba en el chico que tanto le gustaba, descubriendo así que todo en él poco a poco iba perteneciendole a aquel necio Leoncito.

Era un día sábado, por lo cual no tenía que ir a la Universidad, pero si tenía que terminar muchos proyectos de diferentes materias que eran para la próxima semana, gran mierda que estaba siendo la vida o mejor dicho los profesores, pues gracias a ellos parecía un camello que tenía 3 jorobas de puro estrés en su columna y cuello.

__Quiero morir.

Exagero, mientras caminaba al pequeño escritorio en su departamento para comenzar a teclear en la computadora letras al azar y que esperaba le dieran una muy buena calificación en su reporte de psicología, porque la verdad sea dicha, había tenido tantas cosas que hacer y lidiar con su trabajo de medio tiempo, que no sabía ni como era esa en específico.

__¡Pinches profesores putos! __exclamó, golpeando la mesa cuando termino de escribir una página del reporte.

Al pasar los minutos, se perdió tanto en su tarea que no notó que estos se habían hecho horas y cuando vio la hora en su pequeño reloj al lado de la cama, no pudo evitar dejar caer la quijada con verdadero asombro, pues pasaron de ser las 1 de la tarde a ser las 2 de la madrugada en punto, cosa que lo dejó anonadado pues siquiera había comido la cena y ahora que lo pensaba su estómago estaba rugiendo necesitado de una buena comida.

__Es muy tarde__llevo su dedo índice y pulgar a su barbilla y rasco suavemente en una mueca pensativa
__Si como algo contundente engordare o cuando me acueste a dormir lo vomitare __entonces llegó a la conclusión de que lo mejor sería un vaso de leche caliente y un tazón hasta la mitad de fruta picada.

Unos minutos después cuando tuvo lista su "cenyuno" como lo había catalogado por ser su cena y a la vez desayuno por ser ya de madrugada, comenzó a comer sentado en el sillón grande de su sala, frente al televisor.

__No hay nada bueno__dijo cuando después de hacer zapping y revisar todos los programas en la televisión, no encontró nada que llamara realmente la atención.

Estaba reclamando e insultando su mala suerte en encontrar algo bueno en la tele, que no había notado que tocaban la puerta principal hasta que se calló y dejó su berrinche.

__¿Quién demonios es a está maldita hora?__maldijo enojado con el que estuviera al otro lado de la puerta molestandole a esa hora de la madrugada cuando deseaba terminar su tarea y maldecir los programas en la televisión.

Se puso de pie y camino a la puerta a pasos realmente pesados fingiendo haber estado durmiendo para despistar a quien osara llegar a tocar la puerta a esa hora, topándose con la imegen de un Louis con las mejillas rojas con labios abultados y suavecitos y claro por sobretodo, en sus ojos carentes de brillo que se veían más sexuales que nunca.

__Lou...__iba a preguntar algo lógico como: ¿Qué haces aquí?  Pero todo rastro de lógica desapareció en el momento en que aquel dulce chico, estampó sus suaves y regordetes labios hermosos sobre los suyos y le impidieron decir palabra alguna, siguiendo el apasionado beso de forma que no sintió en que minuto Louis se encontraba a horcadas encima suyo a la altura de su pelvis, ambos en su cama y con las respiraciones agotados.

__Hazme tuyo__susurró Louis en su oído y con su mirada opaca fija en el gran bulto que se había levantado en forma de montaña en sus pantalones, queriendo devorar todo del alfa frente a él, que perdido en el deseo comenzo a tocar con sus grandes manos por doquier.

Después de todo, era un sueño, ¿Cierto? No perdía nada tocando un poco.

Después de todo, era un sueño, ¿Cierto? No perdía nada tocando un poco

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COMPAÑEROS  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora