77: Seguridad y amor, Harry

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¡Por fin!

Harry Styles se sentía tan completo como nunca antes lo había sido, pero ahora sólo tenía una pequeña inquietud que le molestaba en su corazón que se volvía frágil al estar entre los brazos de Louis, el alfa que ahora dormía plácidamente en la misma cama que él y que con sus fuertes piernas le arropaba bajo las sábanas y cuya expresión en su rostro no era ni más ni menos que la del placer de estar durmiendo seguro y amado.

Una pregunta llegó como un latigazo que le dejó ardiendo el cerebro con aquella inquietud que ya no debería sentir al estar juntos y al saberse correspondido por su leoncito:

¿Me dejara al despertar?

¡No!

No podía ser, Louis le había confesado que le amaba y está vez no tenía aquella pequeña llama de inseguridad en su voz como la primera vez que lo dijo.

¡No!

Estaba seguro de que su alfita le amaba tanto como él  hacia, pero sólo recordar todas aquellas veces en que tenían sexo en las madrugadas, la pasaban tan bien para que luego Louis se fuera de su lado dejándole con un enorme vacío en su pecho, le hacía sentirse un poco mal, aunque todo era distinto ahora. Louis le había dicho que lo amaba, había gemido su nombre en su oído en distintas tonalidades de voz con cada embestida justo en su punto de placer y había estallado en miles de luces  de colores hermosos y diferentes entre si, estando únicamente en sus brazos.

—No te marcharas otra vez, ¿Verdad?
—preguntó a la nada creyendo profundamente dormido a Louis.

—¿Adónde iría cuando estamos en una playa, alejados de la civilización?
—escuchó la ronca voz de su alfa de León, con su aliento picando en su oído ya que había susurrado, haciendo que su lobo interno se agitara y moviera por doquier, ladrando como un perro común y corriente.

—Suena estúpido, lo se —admitió la respuesta más lógica a la pregunta de su querido León —. Pero antes, solías huir de mi en las madrugadas —dijo abrazando al chico tan posesivo como era y se sentía en ese momento y ¡Joder! Tan caliente, que incluso quería tatuarse en la tibia piel contraria, acariciando los bonitos muslos de su lindo muchachito, hasta llegar a la punta más redonda de aquellas finas y suaves nalgas —, justo después de hacerme delirar en placer
—susurró en el oído de Louis, sintiendo como este se estremecia a su tacto y por las palabras dichas.

—Y-yo no lo recuerdo —Louis tartamudeo y Harry sintió que su corazón iba a romperse, hasta que su leoncito continuó con su frase —, pero si quieres recordarmelo, me tienes entre tus piernas.

¡Demonios!

¡Louis Tomlinson no era legal!

Tan encantador.

Tan sexy.

Tan lindo y tierno y a la vez erótico y sucio, sin duda eran el uno para el otro y eso ya nadie podía negarlo.

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COMPAÑEROS  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora