92: Creación de la mente o...¿Realidad? Harry

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__No podemos seguir de esta forma, ¡Entiendelo! porque no quiero que me vean como un bicho raro, no quiero que me juzguen por andar tomado de la mano, que me ignoren, hablen mal de mí y desechen de la sociedad, ¡Todo por un maldito alfa, que al fin y al cabo nunca podrá darme hijos!

Harry despertó con gruesas lagrimas corriendo por sus mejillas y su respiración agitada, aquellas palabras se habían escuchado tan claras y reales que le dejaron con un profundo miedo en el corazón, su mente le estaba jugando chueco de nuevo y él sólo podía preguntarse: ¿Por qué?

Louis estaba a su lado, acostado en la cama envuelto por sus brazos y ronroneaba tranquilo mientras dormía, había aceptado casarse con él y quedaron después de hacer el amor durante la noche, que se casarian la próxima semana después de hablar con el padre y el padre adoptivo sobre su sexualidad, por eso sabía que ese sueño no era más que una mentira para dejarle temeroso por cualquier resultado negativo, pero confiaba en Louis. Su Louis. Su leoncito, y eso no iba a cambiar nunca.

-¿Qué pasa, cielo? -escuchó la voz ronca de su amado en su oído, haciendo cosquillas en la sensible piel por el susurro suave -. Estas preocupado.

¿Debería contarle sobre su pesadilla? Se preguntó, pero no quería preocupar más a Louis, porque estaba muy nervioso respecto a hablar con su familia de su sexualidad, puesto que lo haría el lunes por la tarde y estaban en Miércoles por la mañana del día después del lobo de fuego, el día que quedaría grabado en su memoria por toda la dulzura demostrada por su Louis.

-Sólo una pesadilla sin importancia, amor - dijo ocultando la verdadera razón de su exaltación mañanera provocada por un sueño que quisiera nunca se hiciera realidad -, no te preocupes, lindo.

Louis le sonrió con ojitos cerrados por el sueño y se sintió un poco más tranquilo por tenerlo a su lado y no estar solo en un momento de debilidad como ese, por lo que agradeció el hecho de haberle propuesto vivir juntos.

Feliz por los últimos pensamientos que llegaron a su mente, se levantó de la cama cuando 5 minutos después de haberse despertado alarmado por la pesadilla, sonó la alarma de su celular avisandolede que era tiempo para alistarse y así ir a la escuela. Tomó un baño con Louis sin segundas intenciones, se secaron con toallas y salieron del cuarto de baño sólo para dirigirse a la habitación que compartían a colocarse el uniforme que tocaba llevar ese día a la escuela.

-Ven, te ayudaré con la corbata -le dijo Louis con una sonrisa y recordó que como nunca le quedaban bien los nudos, el leoncito siempre tenía que arreglarlos -. Eres un desastre con los nudos, Harry.

-Sólo hay un nudo que se que te encanta -dijo besando el cuello de su hermoso novio, sintiendo el estremecimiento que le recorrió el cuerpo entero como propio.

-Eres es-especialmente bueno en ese, mi lobito -Louis acaricio sus muslos y subió sus manos hacía su trasero amasando la zona con pasión, sacandole de lo profundo de su garganta un gemido necesitado -, quiero estar aquí dentro más tarde, ¿Te parece?

-Mmmm -gimió necesitado -, sabes que siempre serás bienvenido a formar parte de mi cuerpo -llevo sus manos a la cabeza de Louis que descansaba en su hombro derecho y lo separó de él un poco, sólo para acercarse y besarlo lento y muy suave. Deleitandose con los suaves, rojizos y gruesos labios de su rey, porque había comprendido que en su alma, mente, cuerpo y corazón, aunque él fuese el legítimo dueño, Louis Tomlinson siempre gobernaría sobre él y todo lo que fuera suyo, por eso, tomó con sus manos las mejillas de su futuro esposo e intensificó el beso cambiando de ángulo y llevando a su lengua a jugar estratégicamente con la de su leoncito, que gemía entre beso y le llevaba su cordura sin siquiera saberlo -. Quiero comerte completito.

-De-debemos ir a trabajar -dijo Louis recordándole los deberes que ahora tenían que llevar a cabo -, en la noche te daré lo que desees, mi precioso lobo.

-Lo esperaré ansiosamente -y mientras Louis se daba la vuelta acomodando la prominente erección en su pantalón, él aprovechó para darle una nalgada que hizo jadear a Louis provocativamente.

-En la noche -le dijo Louis en un tono de advertencia.

-En la noche -repitió él.

Y una vez las erecciones se fueron, salieron de su hogar y caminaron juntos pero no tomados de las manos como tanto quisieran por miedo a las malas vistas que todos sus vecinos les regalaban cada vez que salían tomados de las manos. Una vez había pensado en mandarlos a todos al carajo, pero Louis le dijo que debían respetar a sus vecinos y quedaron en caminar juntos aunque no pudieran tocar sus manos, según Louis aún así podrían sentir el calor del cuerpo contrario y él aceptó o el simple hecho de estar profundamente enamorado de su hermoso chico.

Mientras caminaban, en la calle la gente les veía con dureza y su aroma les dejaba saber el desagrado que sentían al verlos caminar juntos y compartiendo algunas sonrisas cómplices que sólo las parejas que se aman pueden compartir y eso aunque no lo demostrará y no le diera mucha importancia, tal vez si le incomodaba y le hacía doler un poco el corazón por el simple hecho de que a Louis si le importaba en demasía.

Esta triste.

Entonces no pudo evitar preguntarse si el sueño que le había puesto nervioso era creación de su mente o si podía ser realidad algún día.

¡No!

Hicieron una promesa de por vida y él iba a ser todo lo posible para cumplirla hasta el último día de su vida.

Hicieron una promesa de por vida y él iba a ser todo lo posible para cumplirla hasta el último día de su vida

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COMPAÑEROS  (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora