❝ Alfas, seres primitivos que actúan conformé a sus instintos mas profundos.
Louis Tomlinson es un pequeño alfa fuera de lo común en esa comunidad, de naturaleza tímida y personalidad cálida, nada brusco como suelen ser los de su raza. En cambio Har...
Decir que estaba nervioso, era quedarse corto. Estaban a punto de llegar y tendría que preparar a Louis para la sorpresa. Así que detuvo el auto un poco antes de llegar en una zona arboleada, Louis lo miro confundido sin entender, no había nada allí más que hermosos árboles y no recordaba haber empacado tiendas de campaña como para quedarse allí; Volteo a mirar a su lobo y elevo una ceja en señal de interrogación.
—¿Hazz, ya llegamos? —pregunto dudoso el leoncito. Harry suspiro y volteo a verlo.
—¿Lou tu confías en mi? —bueno a decir verdad eso sorprendió aun más a Louis que no sabía que pensar, pero aún así respondió.
—Claro que si Hazz, pero no entiendo porque esa pregunta ahora —contesto
—Entonces necesito que voltees y me dejes vendarte —fue ahí que Louis bajó la mirada a sus manos y se encontró que sostenía un pañuelo de ceda azul. Bien eso lo había dejado por demás confundido, miro hacia la ventana, el bosque, trago grueso y asintió. No creería que Harry le hiciera algo malo, pero, ¡Vamos! era extraña su propuesta.
—Amor deja de darle vuelta al asunto es solo para no arruinar mi sorpresa— río —Ya estamos cerca y quiero que... realmente deseo que esto que he preparado para nosotros sea tan mágico como espero —lo tranquilizo con una caricia en su mejilla.
Siguieron lo que restaba del camino y si antes Louis estaba nervioso ahora estaba que no podía más, no había parte de su cuerpo que no sudara, solo deseaba llegar de una buena vez.
El auto se detuvo, Harry bajo de el, abrió la puerta de Louis y lo tomó de la mano para ayudarlo a salir. Camino junto a él sosteniendolo de la cintura hasta llegar a la puerta de una hermosa cabaña. No pudo resistirse así que para la sorpresa de Louis, Harry lo levanto de sus piernas al estilo princesa lo ingreso al lugar, camino por el living hasta llegar a un gran vental con puerta corrediza... al salir de la casa lo bajo le dio un beso en su mejilla y le quito la venda suavemente.
—llegamos Amor —le susurró al oído. Al abrir sus ojitos, Louis no podía creer el hermoso paisaje que tenía frente a él, la Arena blanca, el sonido del mar ahí tan cerquita suyo, sonrió ampliamente y volteó a ver a Harry.
—Alfa esto es maravilloso —lo beso, tomó su mano y lo llevó corriendo por el camino de arena directo a la orilla del mar donde se detuvo para besarlo, tan profunda y amorosamente, porque de todos los lugares que pudo imaginar que podían ir... ese sin dudas era el mejor de todos. Se separaron y juntaron sus frentes, sonrieron sintiendo sus corazones en sintonia.
—¿Te gusta amor? —Louis asintió repetidas veces como niño pequeño.
—Es un hermoso lugar, Hazz —contestó maravillado por tal belleza, frente a él.
—Entonces ven, debemos desempacar y de paso te muestro la cabaña, luego podremos hacer lo que mi Alfita desee—lo beso suavemente en una de sus mejillas.
—Amor no hay nada que yo desee en este momento que no me hayas dado ya —y una pequeña lagrima de felicidad bajo por su mejilla.
—Esto recién comienza amor, tu solo disfruta.
Se dedicaron a conocer los alrededores de aquel hermoso lugar y al llegar la noche, cansados, sólo pudieron descansar un poco para disfrutar en su siguiente día.
Al día siguiente se levantaron temprano, Louis desbordaba de felicidad y solo con mirarlo Harry se sentía realizado.
—Vamos a nadar Hazz —le susurro—. Vamos amor despierta hay un día maravilloso afuera, anda vamos —le decía besando sus mejillas, Harry sonrió, lo agarro de su cintura y lo volteo en la cama hasta quedar casi sobre él, le regalo una hermosa sonrisa y lo beso, trasmitiendo en ese beso todo el amor que sentía por el.
—Anda vamos amor tu ganas —porque no había cosa que le negará y menos si lo despertaba de esa manera.
Salieron de la casa tomados de la mano, era un lugar tan increíble que parecía salido de otro mundo, y era solo para ellos dos. Corrieron, nadaron, se sentaron en la arena mientras Harry lo abrazaba por la espalda.
—¿Eres feliz? —preguntó Harry. Esa simple pregunta pero que encerraba tanto para Louis, hace cuanto tiempo no se sentía así de pleno en su vida, solo aquella única vez que de niño fue con sus padres a la playa, ese único día, su único recuerdo inolvidable antes de que su familia colapsara.... ese día fue el niño más feliz del mundo mientas hacían castillos de Arena y reía junto a sus padres...Suspiró.
—Jamas pensé volver a sentirme así de feliz mi lobito —giró su rostro y lo beso.
La tarde estaba cayendo, y despues de haber almorzado y conversado sobre algunos planes a futuro, Louis dijo:
—vamos al mar Hazz, una última vez antes de volver adentro — pregunto.
—Lo que mi Alfita desee —contesto, se levantaron y corrieron al mar, el agua ya no estaba tan tibia como en la mañana pero no importaba ellos nadaron igual... fueron hasta donde el agua llegaba a su torso, se detuvieron, se abrazaron, sus ojos brillaban en anhelo y emoción, sus cuerpos se acercaron, sus bocas se unieron en un beso suave, lento, pero lleno de sentimientos encontrados. Juntaron sus frentes —Te amo Hazz, me haces sentir tan completo—le susurro y Harry juró sentir un millón de mariposas revolotear locamente en su estómago, antes de corresponder a la confesión de su amado.
—No hay nada que quiera más en el mundo que ser feliz a tu lado... te amo tanto Louis —lo beso pero esta vez más intensamente, Louis se sentía perdido, deseoso, sus miedos estaban ahí pero solo por esta vez ya no les haría caso... el quería, deseaba ser uno con Harry, su león lo quería, ese era su momento. Dio un pequeño salto y enredó sus piernas al rededor de la cadera de Harry, él se sorprendió pero aún así lo sostuvo de sus muslos fuertemente. Iniciaron un vaivén lento su deseo crecía conforme pasaban los minutos.
—Hazme sentir completo Hazz — lo beso —Por favor —suplicó con la convicciónde que realmente quería pertenecer a esos cálidos brazos que le abrazaban firmemente.
—¿Estas seguro amor? Quieres que salgamos y vallamos a la cabaña— pregunto un poco inseguro Harry, pues había visto a su alfita llorar y gritar desesperado entre sueños por ayuda y de igual forma, negarle llegar hasta el final nuevamente.
—Estoy seguro, aquí y ahora —no lo pensó, lentamente bajo sus shorts y su ropa interior, lo volvió a sujetar y fue entrando lentamente, siempre mirando sus hermosos ojos, el agua ayudaba mucho al momento, Louis lo abrazo y gimió en su boca, no había nada más hermoso que hacerle el amor a la persona que amaba mientras en el horizonte el atardecer caía y el naranja bañaba la imagen más hermosa que jamás olvidaría, su alfita gimiendo en sus brazos, diciéndole cuanto lo amaba, pronunciando su nombre en susurros ahogados, sus ojitos brillando y lo supo, supo que el paraíso no era el lugar en donde estaban... El paraíso estaba en los brazos del Alfa que amaba.
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