Never Grow Up

8.5K 1.1K 1K
                                    

— Mamá, ¿qué es un destinado? —Henry preguntó, aferrado a su madre como un pequeño koala.

Estaban acostados juntos en el sofá mientras veían caricaturas. Louis acariciaba el cabello de su hijo esparcido sobre su pecho.

— ¿Dónde aprendiste la palabra, cachorro? —cuestionó sin quitar los ojos de la televisión, absorto en el olor suave de su bebé.

—Hablando con Alex, dijo que somos destinados. —el niño sonrió, incluso sin entender el término.

— Lo dijo, ¿eh? ¿Y qué sabe él de destinados? —Louis se rio, dirigiendo su atención al pequeño omega.

Se divertía con las curiosidades de su cachorro durante todo el día, siempre le pedía que respondiera preguntas de las más simples a las más absurdas.

— Hm... creo que no mucho. —Henry movió el labio pensativo, queriendo saber más al respecto.

— Los destinados, cariño. Son inseparables, incondicionales y románticos. Amantes del alma... ¿Te gusta Alex? —indagó divertido, apretando la pequeña nariz del curioso omega.

— Sí, comparte sus galletas conmigo. —el pequeño se encogió de hombros, no entendiendo muy bien la explicación de su madre. Louis sonrió tiernamente, besando la parte superior de la cabeza del cachorro.

— Muy bien, amor. Alex es un buen alfa. —aseguró, envolviendo sus brazos alrededor de la espalda del niño, llenándolo de besos. — Mi bebé apestoso, vamos a cenar.

Luke tardó en regresar debido a un incendio en el este de la ciudad. Cuando llegó, los omegas ya dormían juntos en el antiguo nido del cuarto de Henry. Parado en el marco de la puerta, los observó descansar a ambos. Louis sollozaba bajo, inquieto en sus sueños. El corazón del alfa se apretó en su caja torácica. Hacía mucho tiempo que Louis no lloraba durmiendo, y Luke sabía lo que eso significaba.

Esa noche, el omega renunció a su forma humana para dormir, rodeando protectoramente a su bebé, colocando su hocico cerca de la pequeña fuente aromática.
Aferrándose al pelaje de su madre, Henry se acurrucó en el calor de Louis, asegurándole que tenía compañía, y entonces así silenciando los lloriqueos del lobo blanco.

Luke negó con la cabeza, acercándose sigilosamente para aromatizar a Louis y calmarlo, como en los viejos tiempos.

Después de consolarlo terminó decidiendo que debía darles privacidad, así que se dirigió a dormir a su propia habitación.

Un tanto pensativo y con su lobo silencioso, Luke se durmió solo sobre la cama matrimonial.

༺♡༻

Por la mañana, Henry fue el primero en despertar, sonriendo al ver a su mamá en su forma de lobo. Le parecía increíble el pelaje blanco y siempre se hundía en él, aplastando sus pequeñas manos en el montón de pelo.

No fue diferente esta vez.

— ¡Es hora de despertar, hora de despertar! ¡Quiero jugo, mamá! —el pequeño omega trepó al lobo. Abrazando su cuello, levantó la oreja blanca y acercó su boca. — ¿Mamá? ¿Buenos días?

Louis resopló por el hocico, moviendo su oreja hasta que su hijo la soltó. Los ojos azules del lobo se abrieron y se tumbó boca arriba, manteniendo al cachorro esparcido en la región cálida. Cuando las pequeñas manos de su niño jugaron con su gran boca, Louis le lamió la cara, arrancándole una risita.

༺♡༻

— Buenos días, omega. —Luke sonrió al entrar en la cocina, encontrando a Louis de espaldas preparando panqueques. Lo abrazó, dejándole un beso en la mejilla.

Five Years After You || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora