Epilogue

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Unos años después...

Una semana para el baile de primavera...


— ¿Todo bien, querido? —Louis le sonrió de lado a Henry, sirviendo la taza de su hijo con una buena cantidad de té.

El omega de casi diecisiete años asintió con la cabeza en señal de agradecimiento, bebiendo después el líquido caliente.

El silencio se cortó cuando las gemelas bajaron chocando a su hermano menor por los hombros, de modo que los tres terminaron empujándose mutuamente en medio de la cocina.

— ¡Van a arrugar el uniforme! —Louis regañó con las cejas juntas, poniendo sus ojos azules en blanco.

Los cachorros de edad cercana sonrieron sin mostrar los dientes, acomodándose en la mesa para el desayuno familiar.

Las alfas Styles crecieron de manera veloz, convirtiéndose en hermosas niñas de diez años con sus largos rizos oscuros y sus ojos verdosos. Las chicas se mantenían unidas bajo cualquier circunstancia, incluso para proteger a su hermano omega de absolutamente nada.

Con el género establecido, Ava y Evie alcanzaron rápidamente el hombro de su hermano mayor, quien al igual que su madre, no poseía una gran altura. Tanto Henry como Collin, el alfa más joven, tenían todo el aspecto y los gestos de Louis, mientras que las chicas eran una copia de su padre.

Con el paso de los años, Harry se convirtió en el comandante de la ciudad y Louis dejó la escuela para convertirse en escritor y pasar más tiempo con sus hijos. Los ingresos de la familia eran buenos, por lo que los cuatro niños estudiaron en una de las mejores escuelas de Londres, lo que sin duda aseguró que los cuatro llevaran uniformes de color azul marino y blanco, dejando a Louis enfadado a las siete de la mañana por la forma en que se tiraban en las sillas y tomaban el desayuno.

— ¿Te invitó? —el alfa más pequeño mojó una galleta en el té de su hermano y luego le dio un mordisco.

— No. —Henry gruñó, jalando la taza hacia él con el ceño fruncido. — Toma tu propio té.

— Es un idiota, sin duda. —Evie rodó sus ojos verdes, arreglando su uniforme oscuro. Ava concordó con su hermana, sirviéndose un poco de jugo.

— Cállate. —el mayor gruñó de nuevo. — No estamos en un buen momento, ¿sí? No creo que me vaya a invitar. —volvió a dirigir sus ojos azules a su té, resoplando de frustración.

— Pensé que solo eran amigos. —susurró Ava, espiando a Louis que estaba de espaldas preparando los panqueques.

— Lo somos. —aseguró su hermano, mordiéndose el labio después.

— ¿No se besaron ese día? —murmuraron los más jóvenes, todos inclinados en dirección a Henry para saber lo qué estaba pasando en su vida.

A diferencia de cuando era niño, Henry estaba muy unido a sus hermanos. Era el ejemplo a seguir de los cachorros y su relación con ellos era de las mejores. Al ser el único hermano omega, lo respetaban como si fuera Louis, solo que eran más íntimos. Aunque eran pequeños, creían que podían ser algo así como los mejores amigos de Henry, hablando de enamoramientos y de popularidad de la escuela.

No había ningún secreto entre los niños Styles.

Ni siquiera con mamá.

— Papá viene, pequeños chismosos. —avisó Louis, y todos se enderezaron, fingieron indiferencia por el desayuno.

Harry entró en el comedor con una ceja arqueada.

— ¿Buenos días? —preguntó confuso, besando la frente de todos uno por uno, los niños sonrieron, arrugando la nariz cuando el alfa abrazó a Louis por la espalda, besándole el cuello. — Buenos días, cariño.

Five Years After You || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora