Las semanas pasaron de forma aburrida para la pequeña familia de Louis, pero por fin se acercaba el verano y Henry estaba muy emocionado por visitar la playa con sus padres. O tal vez solo con Harry, teniendo en cuenta la gran barriga de su madre, que la mayoría de las veces lo obligaba a estar tumbado durante gran parte del día.
— Y para los castillos de arena, necesito cubos, palas... ¿Qué más? —el cachorro torció su nariz, pensativo. Se encontraba sentado en la alfombra junto a su nido, donde Louis estaba tumbado después de "ordenarlo".
— No sé, amor, mamá está durmiendo. —Louis balbuceó, suspirando por haber encontrado por fin un lugar cómodo para relajar sus músculos.
El cachorro resopló, pero asintió, tecleando lentamente la lista en el móvil del omega. De pronto, una videollamada apareció en la pantalla y Henry respondió, sonriendo al ver a su padre.
— ¡Papá! ¿Vamos a ir a la playa mañana? —preguntó con entusiasmo, hablando demasiado cerca del micrófono.
— Cachorro. —Harry saludó con una sonrisa. — No sé, ¿cómo está mamá?
— Gordo. —dijo como si fuera obvio, arrancándole una sonrisa al alfa.
— Embarazado, Henry. ¿Está dormido? —curioseó, sonriendo de lado cuando el cachorro asintió con la cabeza.
Harry había estado llamando a Louis durante toda la semana, preocupado por la etapa final de su embarazo. Quería estar cerca en todo momento, por eso pediría su licencia de paternidad cuando las niñas vinieran finalmente al mundo, no quería perderse ni un segundo de sus pequeñas alfas.
Oh, sí. Harry lo sintió en el aroma y su estómago se revolvió de ansiedad. Tendría dos pequeñas alfas a las que enseñar todo lo referente a ser un alfa, y aunque no tenía un libro sobre ello, se sentía preparado.
La sensación le recordó a su padre, y también cómo fue la primera vez que se contempló realmente como un alfa. Fue cuando aún era un niño escuálido, y ver sus colmillos brillando en el espejo llenaron su joven pecho de orgullo. En ese momento corrió a mostrárselos a Louis, quien valiente como era, los tocó con la punta del dedo, elogiando a Harry.
— Bien, estaré en casa pronto, ¿de acuerdo? —murmuró, arreglándose el cabello mientras miraba a su cachorro a través de la pantalla. Las redondas mejillas de Henry le hicieron sonreír con cariño. Su hijo estaba tan tímido e inseguro de tener dos alfas en casa que ablandaba su corazón. — Te quiero, omega.
— Yo también te quiero, papá. —susurró, lanzando un beso a la pantalla del celular antes de colgar.
El cachorro decidió unirse a su madre, disfrutando de su acogedor aroma mientras dormía. El nido podría ser considerablemente pequeño para Louis, pero la menor cantidad de almohadas y cojines permitió que su columna se mantuviera recta, así que Henry solo pasó por encima de la enorme barriga, y se acurrucó en el pecho del omega que lo abrazó protectoramente.
— No estoy gordo. —murmuró antes de besar la frente del niño.
— Hermoso, mamá, con tus mejillas rosaditas. —Henry bostezó, olfateando la fuente aromática de su madre con adoración y luego quedándose dormido.
Louis odiaba despertarse y tener que levantarse por sí mismo después. Los nidos eran demasiado bajos, por lo que se arrastró hasta el mueble más cercano de la habitación para apoyarse y ponerse de pie, pero antes de que pudiera tirar todo de la pequeña cómoda, Harry lo sostuvo por los codos, ayudándolo a levantarse con cuidado.
— ¿Pesado? —preguntó el alfa, besando la mejilla llena de Louis. Tenía el rostro redondeado por el embarazo.
— Mucho. —resopló, crujiendo su espalda al estirarse. — ¿Dónde está Henry? No sentí que dejara el nido. —suspiró, acurrucándose en el pecho uniformado de Harry. — Hueles bien.
ESTÁS LEYENDO
Five Years After You || L.S
Hayran KurguAmantes desde la infancia, Louis y Harry son jóvenes lobos enamorados, pero cuando son convocados por el ejército, Styles parte hacia la guerra contra los media raza, quienes luchan en busca del poder de Inglaterra, dejando atrás a su omega sin una...