28 || Extra

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Cuando Henry terminó su carrera de psicología, Louis soñó ilusamente con su cachorro regresando a casa, pero a diferencia de sus deseos, su hijo pasó a compartir piso con su prometido en los suburbios de Londres. No era lujoso, pero era lo que podían permitirse con su sueldo de pasantía, que tampoco era mucho, pero el primogénito de los Styles estaba feliz.

Alex estaba haciendo una residencia en medicina, obstetricia, mientras que Henry ayudaba a un psicólogo del hospital en el área de niños. La pareja trabajaba en la misma unidad, lo que resultaba un poco incómodo cuando tenían desacuerdos en casa, ya que terminaban intercambiando gruñidos y miradas molestas por los pasillos. Aparte de eso, Henry estaba completamente contento.

Radiante.

A diferencia de sus padres.

Louis estaba aburrido de trabajar solo en casa y con la invitación de la editorial donde publicaba sus libros, decidió que no estaba tan mal que aceptara el puesto de editor. Podría compaginar su escritura con su nuevo trabajo, además el dinero extra era algo positivo.

No es que el dinero lo fuera todo, al fin y al cabo, Harry había vuelto a ascender de rango, convirtiéndose en jefe de la unidad central, por lo que el dinero no era un problema, pero... Harper, la secretaria de su esposo, sí lo era.

Un gran problema.

— Baño. —Louis protestó cuando Harry tocó el pomo de la puerta, deteniéndose en el umbral con una ceja arqueada.

— Dormimos en una suite, Louis, el baño está justo ahí. —Harry puso los ojos en blanco y entró en la pieza.

— El baño de invitados, huéspedes, lo que sea, no quiero ese olor en mi habitación. —el omega contuvo un gruñido, tecleando ávidamente en su laptop que estaba sobre su regazo. El alfa respiró hondo, frotándose los ojos antes de darse la vuelta.

En el pasillo, se encontró a Evie con el ceño fruncido, mirándolo de arriba a abajo.

— ¿Qué? —Harry murmuró de mala gana, recibiendo un encogimiento de hombros desdeñoso.

Adolescentes. Ugh.

— Ella apesta. —Ava refunfuñó al abrir la puerta, mirando a su padre y a su gemela de pie en el pasadizo. — Mamá debería...

— Silencio, vuelve a hacer lo que sea que estabas haciendo. —gruñó impaciente.

Sus gemelas eran muy entrometidas, por suerte Collin estaba pasando sus vacaciones con Henry o habrían sido cuatro contra él.

— ¿No puedes reemplazarla? —Evie musitó frente a la puerta del baño que compartía con sus hermanos en el pasillo.

Las alfas eran apegadas a su madre, así que sabían de todo el estrés que el omega había tenido sobre sus hombros en el último mes, cuando Harry por fin ocupó el cargo.

— No por el momento. —se frotó el cuero cabelludo, visiblemente cansado. — No tengo tanto tiempo allí y... Ella me ayuda mucho, es complicado.

— ¿Acaso es una cachorra que no puede contener su propio aroma? —Ava resopló con los brazos cruzados, apoyada en el marco de la puerta, juzgando al alfa con sus ojos verdes. Harry se enderezó con la barbilla en alto, mientras miraba fijamente a la chica que se limitó a rodar los ojos, y a regresar a su habitación en silencio. Evie hizo lo mismo, dejando solo a su padre, algo bastante común en las últimas semanas.

Harry sabía lo ofensivo que era para un omega tener a su alfa oliendo a otro, e incluso si era poco, Louis lo sentía. Al principio no fue un problema, considerando que además de estar enlazado, el omega entendía que la chica se sentaba prácticamente a su lado, y que también cada cierto tiempo debían salir juntos en la patrulla, pero la situación cambió drásticamente cuando Louis la vio.

Five Years After You || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora