Someone You Loved

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A la mañana siguiente, Henry se despertó muy temprano para ser domingo. Se encontraba sujetando el párpado de Harry con su dedo, esperando a que se despertara pronto.

Meterle el dedo en la nariz al alfa no había funcionado y el cachorro ya se estaba cansando.

— ¡'Arry! Tengo hambre. —protestó, decidiendo levantar el otro párpado de su padre. — ¿Alfa? ¿Hola? —Henry se quejó, haciendo que Harry gruñera, apartando las manos del cachorro de su cara.

— Cinco minutos más. —dijo, poniendo su brazo sobre sus ojos, protegiéndolos de la luz.

— Uno, dos, tres, cuatro, CINCO ¡Listo! Es hora de despertar. —el cachorro sonrió, tirando del brazo del alfa con ambas manos. — ¡Buenos días, 'Arry! Quiero panqueques.

Harry se rio, abriendo solo un ojo para mirar a su hijo arrodillado a su lado.

— Buenos días, pequeño. Es demasiado temprano para tanta energía, ¿no crees? —respondió con la voz ronca por el desuso.

Parpadeó con sus ojos hinchados, frotándolos.

— ¡Es domingo, 'Arry! ¡Día de parque! —el cachorro indicó como si fuera evidente, bajando de un salto de la cama. — Necesito un taburete para poder lavarme los dientes, necesitaré ayuda. —bostezó, mirando al alfa tumbado.

Harry asintió y se levantó para ayudar al pequeño a cepillarse.

༺♡༻

Después del aseo matutino, Harry se dirigió con su cachorro a la panadería más cercana, incapaz de preparar un desayuno decente.

El cachorro había pedido panqueques, chocolate caliente y un cupcake con mermelada. El alfa cumplió con todo lo que el niño deseaba, observándolo comer con una sonrisa de lado.

— ¿Puedo llevarle uno a mamá? Le encantan las fresas como a mí. —dijo mientras le daba otro mordisco al cupcake con las mejillas embarradas de crema roja.

— Claro, omega. —Harry sonrió, extendiendo su brazo para limpiarle la mejilla. — ¿Qué decías de los parques los domingos? ¿Es un hábito? —arqueó una ceja, tomando de nuevo su café caliente.

— No sé qué significa hábito, pero mamá me lleva al parque todos los domingos, jugamos a la pelota y nos divertimos mucho. —sonrió, llenando sus mejillas con la masa y terminando el cupcake.

— Um... y la mierd- —el alfa suspiró. — ¿Va ese tal Luke con ustedes? —arqueó las cejas y dio un largo sorbo a su café.

— A veces. —se encogió de hombros. — ¿Quieres venir con nosotros hoy? —Henry preguntó entusiasmado, siendo sus mejillas sonrosadas el blanco de atención de Harry.

— Sí, claro. —terminó su café, limpiándose la boca después. — Vamos a por el cupcake y a por tu madre, y luego iremos al parque. —dijo mientras se levantaba y ayudaba a su hijo a bajar del banco tapizado con su mano libre. — ¿Está bien? —sonrió de lado, guiando al cachorro hacia el cajero.

— Sí, alfa. ¡Será divertido! —el pequeño sonrió, eligiendo el cupcake que le regalaría a su mamá.

Harry llevó al niño al apartamento para recoger su mochila y algunos juguetes, pero hubo otros que el propio Henry prefirió dejar en casa de su padre, alegando que dormiría allí más a menudo.
El alfa ni siquiera lo cuestionó, estaba ansioso por tener una rutina con su pequeño en la que se quedara con él al menos los fines de semana.

— ¡Mamá! —el cachorro exclamó mientras se lanzaba a los brazos de Louis, quien todavía estaba en la puerta del piso donde ambos vivían.

El omega se levantó con el niño en su regazo, olfateándole el cuello, y besándole la cara y la cabeza.

Five Years After You || L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora