✔ 𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗟𝗢𝗩𝗘 ━━━━ Stephen Strange

3. Trucos de un mago

Stephen ya estaba en el campo de entrenamiento esperando a la hechicera la cual llegó con una diferente apariencia a la que llevaba cuando llegó.

Gwen se quedó observando su capa por unos segundos la cual se encontraba levitando a unos cuantos centímetros de él.

—¿Como se llama?— preguntó señalándola.

—¿Que?

—La capa ¿Como se llama?

—Solo capa.

—¿Osea que no tiene nombre?

—Vamos a practicar o vas a seguir preguntando sobre capas.

Gwen río bajo ante eso, hacer que Strange perdiera la paciencia definitivamente se estaba volviendo uno de sus pasatiempos favoritos.

—¿Que sabes hacer?— preguntó Stephen.

Gwen inclinó la cabeza y entró por unos instantes a su mente sin necesidad de acercarse, después la chica chasqueo los dedos y desapareció frente a la mirada sorprendida de Stephen reapareciendo minutos después detrás de él.

—Bien— sonrió el pelinegro
—Comenzaremos con algo más interesante.

Apenas le dio tiempo a Gwen de reaccionar cuando fue atacada por la magia de Stephen, ella sonrió con arrogancia ya que consideraba su movimiento algo torpe.
Ambos comenzaron así una batalla amistosa de magia.

Hasta que en un momento dado Stephen se encontraba levitando de arriba a abajo por el poder de Gwen.

El hechicero se liberó y se acercó a ella para tomar su brazo y empujar sobre su pecho sacándola así de su forma física.

—¿Enserio? ¿Forma astral?— preguntó Maximoff.

—No es mi mejor movimiento pero quiero comprobar una teoría.

La peliverde asintió y levantó ambas manos, agradecía que sus guantes aún las cubrían, sacó su aura verde y la arrojo a Stephen haciendo que este también saliera en su forma astral.

Stephen sonrió ante el acto, su teoría era cierta, Gwen podía usar su poder aunque estuviera en forma astral.

Gwen movió su mano izquierdo al lado izquierdo haciendo que su forma física volviera a ella, Stephen imitó su acto.

—¿Enserio no tienes control sobre tu magia?— preguntó —Porque lo hacen con mucha facilidad.

—Digamos que practique sola en el bosque.

Y en parte era cierto, había practicado con el darkhold pero esa parte no podía decírselo, las palabras de Agatha aún seguían grabadas en su mente, el libro de los condenados.

—Creo que iré a dormir.

—De acuerdo, descansa, mañana seguiremos practicando.

Stephen se despidió de ella con una sonrisa y Gwen solo hizo una ligera despedida con la mano.

[........]

Para Gwen las noches se habían vuelto un tortura, los recuerdos de las personas en Westview sufriendo a causa de su poder se repetían una y otra vez en su cabeza cada noche.

La peliverde se removía en su cama de un lado a otro con los ojos cerrados, de sus labios salían quejidos y gemidos de dolor y desesperación.

Enfrente de su habitación, Stephen se encontraba despierto sentado en la orilla de su cama, eran las dos de la madrugada y no podía conciliar el sueño debido a los ruidos de la chica, se encontraba en su forma astral para así dejar descansar su cuerpo.

Pensaba seriamente en si ir a ver como estaba o quedarse allí y decirle a la mañana siguiente.

—¡¡James!!— el grito de la hechicera bastó para que Stephen volviera a su forma física y se dirigiera a verla, pero también una pregunta llegó a su cabeza ¿Quien es James? Después lo averiguaría.

—¡Gwen!¡Despierta! Estas teniendo una pesadilla...

Gwen se despertó exaltada, su respiración agitada, gotas de sudor recorriendo su rostro y lágrimas queriendo salir de sus ojos.

Stephen no tuvo otra idea más que abrazarla protectoramente.

Gwen se quedó en estado de shock durante unos segundos asimilando la situación, estaba bastante segura de que había escuchado a su hijo llamarla.

—Lamento haberte despertado— exclamó la peliverde removiéndose en los brazos de Stephen para apartarse.

No tenía la confianza suficiente como para abrazarlo y para ser sincera no quería ningún tipo de contacto físico, todo le recordaba a James ó Steve y eso la rompería.

El pelinegro se apartó al ver que ella quería safarse de su abrazo, ni él tenia idea del porqué esa acción al verla tan vulnerable.

—Está bien— respondió —Quieres hablar sobre....

—No, estoy bien— ella sonrió falsamente —Estoy bien.... Estoy bien, bien.... Creo que ya deberías volver a tu habitación.

Sabía que era grosero echarlo cuando él había salvado de su pesadilla pero quería estar sola, necesitaba volver a usar el darkhold y con él a su lado no podría.

—¿Segura?— preguntó dudoso.

—Si, estaré bien— ahora sonrió con honestidad aunque eso era de lo que menos había en la mayoria de sus palabras.

—De acuerdo, buenas noches....

Stephen se levantó de la cama y volvió a su cuarto aunque nuevamente no pudo volver a dormir, quiso asegurarse de que Gwen estuviera mejor volviendo a su forma astral y velar su noche desde su cuarto.

Gwen por otro lado, se quitó los guantes que llevaba en sus manos y comenzó con su hechizo, en su cabeza solo rondan un solo nombre.

James.

Todo sea por amor........