La oscuridad de la habitación combinaba perfectamente con el sonido de las gotas de la lluvia caer del cielo y chocar con el suelo, los relámpagos sonaban de vez en cuando y la neblina invadía gran parte del lugar.
Una escena algo tétrica para la mayoría de las personas pero para una hechicera con el corazón roto en completa soledad era el escenario perfecto.
Gwen se encontraba en su forma astral en medio de la habitación con un libro levitando enfrente de ella, sus manos eran mayormente negras y su característica neblina verde la rodeaba.
Sus ojos eran de un verde llamativo y veía a un punto fijo.
Dentro de su mente se reproducía una imagen, una imagen que significaba dolor, sufrimiento, tristeza, felicidad y satisfacción para ella, muchas emociones para un solo momento.
Peggy Carter y su ex esposo Steve Rogers se encontraban bailando una canción lenta.
Sentía un nudo en la garganta pero a la vez era feliz al pensar que Steve tenía la vida que quería.
Habían pasado dos meses desde lo que pasó en Westview y no había día en el que no buscara a James o viera lo que hacia Steve con ahora su esposa Peggy.
Se lastimaba pero no podía evitarlo.
Volvió a su forma física, sus ojeras eran muy notorias y se veía aún más delgada de lo normal, definitivamente había caído en un agujero del que le sería difícil salir si es que algún día lo hacía.
Aunque muy en el fondo quería hacerlo.
Vio el darkhold en sus manos y lo arrogó al piso con furia, necesitaba ayuda urgente, pensaba en Wanda pero no la había vuelto a ver y tampoco sabía su paradero.
Entonces una idea le cruzó por la cabeza, tal vez aún tenía esperanza.
Se colocó sus guantes para cubrir sus manos que ahora eran completamente negras y recogió el libro del suelo para después salir de la pequeña casa.
Sintió la lluvia golpearle en la cara pero eso era bueno ya que así sus lágrimas eran menos notorias.
Dio un suspiro y avanzó con su aura verde rodeándola, definitivamente no tomaría transporte cuando podía volar.
Sería un largo camino a Nueva York pero a la vez era bueno para ella, necesitaba que el aire fresco la tocara.
Mientras transcurría el camino varias imágenes cruzaban por su mente pero solo tres nombres resonaban en la misma, Wanda, Steve y James.
Al llegar al santuario de los maestros de las artes místicas sus piernas temblaban, no sabía exactamente que estaba a punto de hacer pero sabía que necesitaba ayuda.
Avanzó a la puerta y tocó dos veces mientras se bajaba la capucha que la cubría de la lluvia hasta que un hombre le abrió.
—¿Puedo ayudarla en algo?— preguntó con amabilidad.
—Busco a Stephen Strange— exclamó.
La primera vez que conoció al hechicero (cabe recalcar que no lo conoció en las mejores circunstancias) le ofreció su ayuda para manejar mejor su magia pero ella negó debido a que creía que ella podría manejarlo.
—¿Quien lo busca?— preguntó nuevamente el hombre.
—Una ex compañera de trabajo.
El hombre asintió y le cerró la puerta nuevamente dejandola afuera.
Ella bufo levemente y se acomodó los guantes de sus manos mientras esperaba a que le volvieran a abrir.
Pasaron unos minutos en los que nadie salía nuevamente a lo que se dio media vuelta dispuesta a marcharse cuando la puerta fue abierta por si sola.
Dudosa entró viendo todo a su alrededor.
—¿En que puedo ayudarte?— la voz del hechicero la asustó un poco y se dio la vuelta para verlo.
—Strange— fue lo único que dijo ya que no tenía idea de que decir ¿Como iba a pedirle ayuda?
—¿Nos conocemos?— preguntó el pelinegro entrecerrando los ojos.
Cierto, lo había olvidado, el hechizo de memoria, nadie la recordaba y eso hizo que un nudo se le formara en su garganta al pensar que ninguno de sus amigos la recordaba ahora.
—Es complicado— exclamó después de unos segundos de silencio.
El hechicero arqueo una ceja y se acercó a ella, Gwen no sabía como deshacer su hechizo y no tenia idea de como explicarle todo al hombre sin que este creyera que estaba loca o tuviera alguna mala intención.
En cuanto menos lo espero uno de sus cabellos fue arrancado y ella se quejó sobandose la cabeza.
—Pero que mierda....— guardó nuevamente silencio al ver que el hechicero hacía un hechizo con su cabello.
Recordó cuando Agnes hizo lo mismo para mostrarle su pasado.
—Despues de tí— exclamó el hombre mostrándole un portal.
—Oh no, ya pasé por eso y no pienso— no pudo terminar cuando fue prácticamente arrojada al portal.
El hechicero le extendió la mano para ayudarle a levantarse pero ella lo ignoró y solo lo fulminó con la mirada.
Stephen sentía que la conocía de alguna parte y es por eso que quiso saber un poco sobre ella y la razón del porque lo había buscado.
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✔ 𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗟𝗢𝗩𝗘 ━━━━ Stephen Strange
AcakSegunda parte de "REALIDAD" Ahora que Gwen se encontraba completamente sola, la peliverde decide buscar ayuda y que mejor que la del hechicero supremo. Lo que ninguno sabía era que la hechicera lo ayudará con la bruja escarlata quien también es su h...
