28. Los illuminati.

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Gwen abrió los ojos exaltada y se levantó lo más rápido que pudo para buscar a James y Stephen, se sintió más tranquila al verlos despiertos solo que en otros contenedores de cristal.

Cuando sus ojos se encontraron con los de Stephen este la veía con preocupación pero parecía ver algo que llevaba en su cuello, se tocó con su mano derecha para saber de que se trataba y sintió un especie de metal, como el collar que le pusieron cuando la encerraron en la balsa al ignorar los acuerdos de sokovia.

Era para reducir y tratar de contener su poder.

—¡Este universo apesta!— se quejó América a través del vidrio.

Stephen trató de abrir un portal a lo que Gwen habló —No lo intentes, no servirá de nada mientras llevemos esto— señaló su cuello y muñecas aunque ella era la única que llevaba el collarín.

—¡Hey!— llamó Strange mientras tocaba el vidrio —¡Hey!¡Cerebrito! ¿En donde nos tienen?— al ver que seguían ignorándolo él continuó quejandose —No sé quien eres o que crees que estás haciendo pero estas situaciones casi nunca terminan bien para los científicos sin nombre así que...

La mujer pelirroja volteó y se quedó callado al ver que era Christine.

—Hola Gwen— saludó sonriente a la peliverde —Stephen.

—Ay no es cierto— exclamaron James y América al mismo tiempo.

—Señorita Chávez y Señor Rogers— saludó gentil a ambos adolescentes —Respondiendo a tu pregunta están en un centro de investigación bien asegurado, los cuatro junto con la capa y el escudo están aquí para vigilancia y análisis.

—¿Análisis?— preguntó Gwen.

—Pues si, son visitantes de otro universo, podrían traer enfermedades para las que no tenemos tratamiento, de ahí sus increibles peceras de policarbonato.

La hechicera asintió mientras se recargaba en el vidrio, Christine siguió explicandoles en que universo estaban, se encontraban en el 838 y ellos eran del 616, sabía sobre eso ya que era su especialidad algo que los sorprendió ya que ellos siendo hechiceros su conocimiento era muy bajo tratandose del tema.

—¿Como terminaste trabajando aquí?— preguntó Stephen —Donde sea que estemos.

—Yo me ofrecí— hizo una pausa —En tu funeral.

—Christine— comenzó a hablar Stephen para convencerla —Tienes que dejarnos salir, todos aquí están en riesgo.

—No haré eso.

—¿Por qué no?— preguntó Gwen acercándose amenazadoramente al cristal y soltaba su aura verde esmeralda, estaba comenzando a desesperarse ya que la claustrofóbia aumentaba.

Christine se sorprendió ante eso ya que se suponia que con el collarin que contenía los polvos de Vishanti le sería imposible utilizar su poder.

—Porqué son peligrosos— respondió con simplesa.

—Alguien de nuestro universo quiere a esa niña— volvió a hablar Strange —Y va a destrozar este universo hasta el último átomo para conseguir lo que quiere, me da igual si trabajas para los vengadores o para S.H.I.E.L.D.

—Para ninguno— lo interrumpió Mordo entrando al laboratorio con seis robots detrás de él.

—Entonces quien— alegó Gwen frustrada pero al ver que el cristal frente a ella se fracturó trató de calmarse otra ves —¿Hydra?

—Los illuminati— respondió dándole la señal a los robots de que avanzaran —Los verán ahora.

Las puertas a si izquierda se abrieron de ambos contenedores y las pulseras en sus mueñcas se unieron impidiéndoles mayor movilidad.

Ambos hechiceros salieron de allí siendo escoltados por los robots, no sin antes pedirle a Christine que cuidaran a los niños.

Mientras se dirigian al lugar en donde suponian estaban los illuminati Gwen observaba todo a su alrededor.

—¿Tantos robots solo para nosotros?— se burló Stephen con arrogancia.

—No son para tí— respondió Mordo con indiferencia —Son por ella— señaló a la sokoviana.

Mordo se fue por otro pasillo dejando a los dos hechiceros con los seis robots guiandolos. Al llegar a una larga puerta esta fue abierta y fueron empujados hacía adentro.

Gwen volteó a verlos con furia mientras sus ojos se iluminaban destruyendo así a los dos robots que los empujaron, Stephen no comentó nada al respecto, sin embargo las dudas lo comían vivo.

Dieron unos cuantos pasos hasta llegar a la una sala, frente a ellos estaban siete sillas con algunas siluetas sentadas sobre ellas.

—Stephen Strange, Gwen Maximoff, están en presencia de los illuminati, yo, el varón Karl Mordo— se presentó —El hechicero supremo declaro....

Fue interrumpido por el pelinegro que preguntó confuso por su nombre —¿Karl?

Un escudo bastante conocido por Gwen pasó a unos cuantos centímetros de ambos amenazando con golpearlos, su vista siguió el arma hasta que regresó con su portador, o más bien.... Su portadora.

—Capitana Carter, la primera vengadora— presentó a la castaña con uniforme.

—Peggy— susurró Gwen con sorpresa, esperaba que nadie la oyera que la capitana la escuchó decir ese apodo a lo que solo fruncio el entrecejo.

Mordo siguió presentando al resto del equipo pero Gwen se privaba de esa plática ya que estaba concentrada en Carter la cuál tampoco le quitaba la vista de encima, la castaña notó el collar del ejercito en su cuello pero no logró leer el nombre aunque era fácil de suponer que era de Steve.
Porqué si, ya le habían dicho que James Rogers también estaba allí el cuál era hijo de la hechicera peliverde que tenía alfrente.

La voz de Stephen la hizo volver a tierra
—¿Los cuatro fantásticos? ¿Sacaron un disco en los sesenta?— bromeó haciendo que el hombre más listo asintiera sonriendo.

—Perdón— habló la capitana Marvel —¿tu crees que esto es un chiste?

—Él tiene un tenedor en la frente así que diré que si, un poco— continuó refiriendose a black bolt.

—Agradece que no desea conversar contigo— exclamó Carter.

—¿Por qué?¿Le apesta la boca?— volvió a bromear haciendo que Gwen riera.

—Este Strange es más arrogante que el nuestro.

—No, solo estoy más vivo.

—Por ahora— atacó la capitana Marvel.

—Disculpa— Gwen se metió al escuchar eso —¿Quien te invitó a la conversación?— dijo dando dos pasos hacía al frente.

Si amenazaban contra la vida de Stephen, la de ella o de sus dos niños claramente iba a hacer algo al respecto.
El collar y las pulseras solo estaban porqué no quería iniciar una pelea que era seguro que los illuminati perderían porqué su poder aún tenia fuerza.

—Gwen— habló Reed deteniendola y lanzándole una mirada desaprobatoria a la capitana —Su presencia aqui desestabiliza la realidad— explicó con calma —Si dejan una impresión muy grande crece el riesgo de una incursión.

La peliverde respiró y se calmó para escuchar mejor lo que el grupo de héroes que tenia al frente tenia para decir.








































✔ 𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗟𝗢𝗩𝗘 ━━━━ Stephen StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora