El tic tak del reloj resonaba, Stephen y Gwen se encontraban sentados al pie de las grandes escaleras del santuario desde hace una hora y ninguno había dicho alguna palabra.
Llegó un punto en el que el sonido del reloj logró desesperar a la peliverde y con un movimiento de manos lo despedazó en millones de pedazitos.
—Hasta que me digas toda la verdad la magia estará prohibida para ti— habló Stephen mirándola desconfiado mientras movía una de sus manos para ponerse en guardia pero su magia parecía no funcionar.
—Ni lo intentes mago de fiestas— exclamó Gwen —Ya me encargué de eso.
La chica dio un sorbo a su taza mientras veía las runas que había hecho al rededor del santuario mientras Stephen había estado distraído, no podía creer que lo había hecho en menos de cinco minutos pero agradecía mentalmente al darkhold y a Agatha por esas lecciones.
—¿Que hiciste?— cuestionó interesado.
—Runas— con la mirada le indicó que volteara a ver a uno de sus costados —Un hechizo básico pero muy útil.
Gwen dirigió su mirada a Stephen y sus ojos se cambiaron a un color verde intenso, logrando entrar así a la mente del hechicero.
Le iba a mostrar todo lo que le había estado ocultando, definitivamente no quería hablarlo con palabras saliendo de su boca así que decidió hacerlo mentalmente.
—Estaba casada con Steve Rogers— exclamó mostrandole el día de su boda con el capitán.
Stephen nunca habló con el capitán, solo se habían visto una vez.
—Él se quedó en el pasado y te dejo....— susurró tratando de conectar los puntos pero al risa amarga de Gwen le hizo saber que estaba erroneo.
—Así no fueron las cosas.
Dicho esto le mostró cada detalle de lo que había pasado en Westview, a Stephen se le hizo una estúpidez su principal problema, que Gwen no pudiera tener hijos no era su problema ni una buena razón para que las diferencias en su matrimonio iniciaran.
La peliverde le mostró que si habían podido tener un hijo en Westview lo cual causó cierta curiosidad en el hechicero.
"Así que ese es James" pensó al ver al niño de cabello verde con rasgos físicos parecidos a los del capitán América.
Finalmente vio como Wanda y Gwen tuvieron que renunciar a su sueño de una vida perfecta por las anomalias que provocaban en el pueblo.
—Hiciste lo correcto— comentó Stephen en un inútil intento de aninarla al ver su rostro de tristeza.
—Si pero hacer lo correcto me costó a mi hijo y mi esposo.
Gwen se mordió ligeramente el labio, Wanda también lo perdió todo en ese pueblo, le preocupaba su hermana pelirroja.
—Eso no tuvo nada que ver con Rogers, su matrimonio fracasó desde el momento en que hubo falta de comunicación entre ustedes— Stephen se quiso golpear al oír su palabras, en su mente sonaban mejor —Lo siento.
—Tal vez tengas razón— pensó Gwen.
Eso era cierto y ahora que ella lo pensaba mejor ya no le dolía el hecho de que Steve no se hubiera quedado con ella, lo que le dolía era haber perdido a su único hijo.
—No imagino el dolor que sientes al haberlo pedido— exclamó él refiriendose a James —Pero esta no es la forma de recuperarlo.
El hechicero se acercó a ella tomó sus manos viendo el tono negro que las cubría, la magia caótica, al igual que la mayoría de la magia tenia su lado bueno y malo pero la que Gwen practicaba era la peor de todas.
—Lo sé pero James es lo único que me queda— respondió Gwen con voz baja llena de dolor —Es mi única esperanza, lo perdí todo.... Mi vida era mucho mejor antes de que Thanos llegara a la tierra.
—No lo hasta perdido todo.
—No necesito tu lástima— lo interrumpió con un tono molesta, detestaba que sintieran lástima por ella.
—No es lástima, yo puedo ayudate, podemos seguir practicando la magia si tan sólo tú hicieras también tu parte.
Gwen soltó una risa ingenua, ¿Ella era la que fallaba? No, bueno... En realidad sí pero no lo iba a admitir frente Strange, después de todo ella no debía doblegarse ante nadie y menos ante alguien que tenia menor porder que ella.
Ella la era la hechicera Esmeralda y podí hacer lo que crea mejor.
Al pensar mejor sus palabras sintió como su respiración se aceleraba, ella nunca había pensado así antes.
Dio dos pasos hacia atrás temerosa ante sus propias ideas
"Desata tu poder, solo le tienes miedo por no llegar a ser lo suficiente"
—¡Callate!— se gritó a si misma mientras trataba de salir de ese ataque de pánico que estaba sufriendo.
Stephen trató de acercarse a ella sabiendo con exactitud lo que estaba pasando, el darkhold había logrado afectarla pero antes de que pudieras ayudarla fue empujado por la magia de Gwen.
La peliverde salió de allí rodeada de su aura verde, lo que menos quería era lastimar a alguien por no saber controlarse.
Había sido una mala idea ir a pedir ayuda.
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✔ 𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗟𝗢𝗩𝗘 ━━━━ Stephen Strange
РазноеSegunda parte de "REALIDAD" Ahora que Gwen se encontraba completamente sola, la peliverde decide buscar ayuda y que mejor que la del hechicero supremo. Lo que ninguno sabía era que la hechicera lo ayudará con la bruja escarlata quien también es su h...
