8. Regreso a casa

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Volver a Westview no era su mejor opción, las personas que se encontraban allí la miraban con temor e ira pero necesitaba darse un respiro.

Los recuerdos invadieron su mente al pasar frente a la casa en donde Steve y ella tuvieron su última relación matrimonial estable, por esí decirlo.

Se acercó y miró por la ventana al tiempo que levantaba su mano y movía solo sus dedos.
Frente a ella se formó la escena de su último baile antes de que el hex fuera destruido, antes de que la familia que ella quería tener se quedara como solo un recuerdo.

Pronto el baile acabó y la escena desapareció, sus ojos picaron y sentía como su pecho se hundía pero una voz interrumpió su tristeza.

—¡Mi Maximoff favorita!— se limpió las lágrimas y volteó a ver a la mujer que le hablaba.

—Hola Agnes— formó una sonrisa no muy honesta.

—Qué milagro verte por aquí, ¿Quieres acompañarme? Prepararé unas ricas galletas con chocolate.

Antes de que la peliverde pudiera negarse fue tomada del brazo y ambas se dirigieron a la casa de Agatha.
Entonces una idea cruzó por su cabeza, necesitaba aclarar varias de sus dudas y que mejor que la bruja que sabía sobre ella más que ella misma.

Al llegar Gwen cerró la puerta con llave y formó runas alrededor de la casa para después despertar a Agatha de su vida falsa.

—Quiero que me digas todo lo que sabes— exclamó con tono firme antes de que la bruja pudiera si quiera abrir la boca.

Agatha le sonrió —Sabia que necesitarías mi ayuda— habló con triunfo pero su sonrisa orgullosa fué borrada al ver las manos de la hechicera —No, tu no deberías practicar magia con el darkhold.

—¿Por qué?

—Va encontra de tu naturaleza ¿Quieres que te diga todo lo que sé sobre ti?

Gwen asintió pero sentía cierto miedo por la respuesta aunque claramente su postura se mantuvo firme y dispuesta, no mostraría ese miedo, ya no más.

—La hechicera esmeralda nace de lo bueno que hay en todo el universo— comenzó a hablar mientras caminaba al rededor de Gwen —Por eso la magia del Darkhold no te ha resultado muy bien ya que es todo lo contrario, el libro te está frenando y esto... — Agatha tomó una de sus manos y la levantó para mostrarla —Es solo el principio, el darkhold acabará corrompiendote y formando algo mucho más peligroso que la bruja escarlata.

—Entonces que libro debo ocupar.

—Querida tu no necesitas uno— canturreo la pelinegra —Lo que necesitas es seguridad pero por lo que veo eso será imposible de recuperar para ti....

—Dime como lo hago— Gwen avanzó a Agatha con seriedad haciendo que la bruja diera unos cuantos pasos hacía atrás.

—Remueve la mala hierva, deja que tu pasado no afecte a tu futuro.

Gwen entrecerro los ojos ante esa frase, cansada por la respuesta volvió a encantar a Agatha y salió de allí como paso firme.

Estando afuera y lo suficientemente lejos se pasó las manos por la cara mientras suspiraba, no le encontraba sentido a las palabras de Agatha.

—Parece que lo que escuchaste no era lo que querías.

Volteó poniendose en guardia, miró a Stephen con total desconfianza ya que para ser sincera, no queria dañar a alguien que concideraba un amigo además de no saber con que fin se encontraba allí.

—¿Como me encontraste?

—Solo te seguí.

Gwen lo continuó viendo desconfiada hasta que trató de relajarse y miró al horizonte.
Ante esto Stephen dio unos cuantos pasos hasta acercarse a ella y quedar a su lado, con la mirada dirigida al mismo punto que la joven mujer.

—Yo también tuve a alguien con quien creí pasar el resto de mi vida— comenzó a hablar Stephen recordando a Christine —La amaba más de lo que pudieras imaginar... Y creeme que en un momento de debilidad hubiera hecho lo mismo que tu.

Gwen no respondió, sin embargo su atención estaba enfocada en cada una de las palabras del hechicero.

—Al final las cosas no salieron como esperaba.... Y tomamos caminos separados.

—¿Borraste de su memoria?¿Te borraste de sus recuerdos?¿Le hiciste creer que tu jamás exististe en su vida? — atacó con palabras sin delicadeza.

Stephen volteó a verla —No, pero al igual que tú deje que formara una vida feliz sin mí en el camino sin importar que tanto me afectaría a mí.

Gwen dirigió su mirada al hombre que tenia al lado —¿Ella es feliz?

Stephen inclinó un poco la cabeza —Realmente no lo sé en estos momentos, lo único que te puedo asegurar es que está mucho mejor sin mí.

Esa oración era dolorosa para él pero si quería ayudar a Gwen necesitaba abrir su corazón para generarle confianza.

Por otro lado la joven pensaba en esas palabras, Steve era feliz con Peggy, ella misma lo había visto, tal vez era momento de dejarlo atrás, si de verdad quería a Steve tenia que dejarlo ser feliz pero James.... James... Lo mismo pasaba con él.

Su pequeño hijo no existió en su universo y jamás existirá, debía aceptarlo por más doloroso que sea.
Al menos James también era feliz en otros universos, o eso quería pensar, su muchacho también era feliz.

—¿Y yo?— pensó en voz alta —¿Yo seré feliz?

—Eso dependerá de tí— respondió Stephen con delicadeza.

El silencio se hizo presente al acabar su conversación, ese pequeño intercambio de palabras les había sido de gran ayuda, a ambos ya que sentían que se habían librado de un peso que cargaban en sus hombros, hablar realmente ayudaba y como todos dicen, si te guardas emociones tan grandes como esas podrías enfermar.

¿Quien diría que el amor sería tan hermoso y doloroso al mismo tiempo?



























✔ 𝗔𝗡𝗢𝗧𝗛𝗘𝗥 𝗟𝗢𝗩𝗘 ━━━━ Stephen StrangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora