Imagina estar en Nueva York, en vísperas de navidad... solo.
Adam odia la navidad.
Alissa ama todo lo que tenga que ver con navidad y fiestas.
Adam es serio y tranquilo.
Alissa es energética y feliz
Tan diferentes, pero tan iguales.
¿Serán una buena...
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Años después.
22 de marzo 2025
Observo a Alissa removerse hasta encontrar una posición cómoda para dormir y suelto un suspiro, paseo mi mirada por su rostro sereno, sus pestañas largas que alcanzan a rozar sus pómulos, sus lindas pecas se notan mucho y de su boca, que está entreabierta, salen pequeñas respiraciones. Puedo lucir algo loco o como un enfermo por estar viéndola con atención cuando está dormida, pero no puedo evitar hacerlo.
Bajo más mi mirada hasta caer en su enorme vientre que parece que está a punto de explotar, Alissa y yo seremos padres.
La noticia me cayó de sorpresa, pues era algo que no habíamos planeado hasta que pasara un poco más de tiempo, pero una vez más, el destino nos dijo que no sirve de nada planear las cosas.
Así que aquí estamos, 9 meses después, esperando a que nuestro primer hijo decida salir a conocernos, no puedo evitar sentirme nervioso, mi padre me dijo que es algo típico en padres primerizos. Estos meses los he estado pasando leyendo artículos en internet sobre bebés, también compré libros donde hablarán sobre la maternidad, para lograr entender un poco a mi estrellita.
Si me preguntan cómo fue enterarme de que iba a ser padre, fue una situación llena de emoción, nervios y diversión.
~
10 de julio 2024
Llego un poco cansado a la casa, mi cabeza está a punto de explotar y mi estómago está revuelto como si acabara de salir de una montaña rusa, agregando los ligeros mareos que siento desde días atrás.
—¿Ali? —Busco a mi esposa por la sala, me dirijo a la cocina, dónde podría estar por la hora que es, y porque últimamente se la pasa comiendo últimamente. Pero tampoco la encuentro.
Salgo por las puertas corredizas que dan hacia el gran patio trasero de nuestra casa para buscarla ahí, pero solo encuentro a Duque, nuestro perro golden retriever. El nombre fue idea de Alissa, una vez me ve, corre a saludarme con emoción, tanta que casi me tira al piso.
Juego unos pocos minutos con él, ya que un mareo me ataca de manera brusca. Cierro mis ojos y trato de calmarme tomando aire.
Una pequeña mano que reconozco al instante se posa sobre mi hombro y me volteo con lentitud para ver el rostro de mi linda mujer, me preocupo cuando veo sus ojos un poco rojos. No soy el único afectado últimamente, ella fue la primera en tener unos extraños cambios de humor y un hambre feroz que me da un poco de miedo, si les soy sincero.
En menos de 10 minutos pasa lo siguiente: está feliz, pasa un minuto, me dice que tiene hambre, me apresuro a prepararle algo de comer y al minuto siguiente está llorando porque cree que me utiliza como su esclavo; para después terminar refunfuñando porque no le estoy cocinando y ella está muriendo de hambre. Sus palabras, no mías.
