Salgo del instituto mientras me peino con mis manos y me acomodo la ropa, mirando en el aparcamiento del instituto a ver si aún Mar me está esperando. Cuando no la veo por ningún lado, alguien me llama desde lo lejos:
–Ey, aquí, Eve.
Ahí me saluda, la chica que con un tormento de sus olas destrozaría todo lo que encontrase, menos mal que aún no he conocido esa parte de ella.
–Hola, Mar, perdona el retraso, ¿llevas esperando mucho?
–No, tranquila, tú has... estado muy ocupada, por lo que veo.
Río algo nerviosa y me paso el pelo por detrás de mi oreja.
–Oh, tranquila, solo... ayudaba a alguien.
"–Necesito que me hagas... un pequeño favor –me susurra cerca de mis labios, sin embargo, tartamudea y pronto su confianza se va al garete cuando deja caer su cabeza en mi pecho, avergonzada. –Joder, no sé cómo hacerlo.
–¿Eh? ¿Que no sabes el qué? –le pregunto, en una mezcla de nervios e incomodidad.
–Ligar. No sé cómo declararme a mi crush y he oído que tú has tenido parejas y que en tercero te retaron a que ligaras al mayor número posible de personas y bueno, eso, conseguiste a muchos, ¿puedes enseñarme?"
Y yo pensando que me iba a violar ahí mismo, madre mía. Y pensar que después de eso literalmente le he enseñado estriptis, cómo moverse y poco más ya que no tenía mucho tiempo. Más bien, bastante he tardado para lo poco que le he explicado.
–Uy, ¿tienes un ligoteo? ¿Quién es? –se emociona como una niña pequeña, dándose cuenta al instante y sonrojándose de inmediato. –Ay, perdón, me emocioné, perdóname.
Río sin pensarlo y le acaricio la cabeza, haciendo que me mire tímidamente.
–No te disculpes, también soy una cotilla, más bien mis amigos me llaman "maruja de pueblo". Así que, respondiendo, estaba ayudando a una chica a ligar, y le he enseñado la manera de seducir, nada más.
De nuevo sonríe y cierra los ojos, sin darme cuenta de que estoy sonriendo mientras la veo y le acaricio suave la cabeza, bajando por su frente hasta su mejilla, donde alzo su mirada, abriendo sus hermosos ojos a través de sus gafas, mirándome. Observo con cuidado cada detalle:
Su marca en su frente.
Sus pestañas.
Su hermosa nariz.
Sus suaves mejillas que dan ganas de morderlas y besarlas como una abuelita.
Sus... labios.
Esos... increíbles labios tan... jugosos, pequeños, pero tan... suaves.
Solo con bajar mis dedos a sus labios se nota la suavidad en ellos, Dios y si encima los abro un poco dan ganas de...
Vuelvo a mirar su notorio sonrojo y aparto mi mirada, quitando mi mano para rascar mi nuca, avergonzada.
¿Por qué he hecho eso?
–Bueno, emm... será mejor que v-vayamos a casa, ¡CADA UNA A SU CASA! Ya es tarde y supongo que tendrás hambre y estarás cansada, y emm... Eso, debo irme.
Sin esperar más me giro y empiezo a caminar hacia fuera del aparcamiento, siendo detenida por ella quien me mira con un brillo que se nota aun cuando está oscureciendo la tarde.
–Antes de irte... ¿Podrías quedarte con mi número? Quiero invitarte a comer, pero estaré ocupada estos días. Así puedo avisarte de cualquier novedad y no perderemos el contacto.
Me ofrece un papelito que tomo con una sonrisa, sin embargo, no espero que se agachara un poco para dejarme un beso en la mejilla, tomándome por completo por sorpresa.
–Bueno, ahora sí me voy. Nos vemos, pequeña estrella.
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~Hola a todxs!! Aquí está el siguiente capítulo al haber llegado al reto, y aparte que acabamos de llegar a 801 lecturas y estoy emocionada que crezcamos tan rápido!!
Sé que este capítulo es corto, lo tengo en cuenta, pero los demás ya empiezan a ser largos y tengo escritos hasta el 13 (justo ahora escribiré otro si me deja mi loro), así que espero que sigáis dándole mucho amor.
Para el siguiente capítulo tenemos que llegar a 20 votos y 15 comentarios, y si no llegamos el sábado subiré el capítulo, así me dará tiempo a tener más de sobra por si acaso.
Sin más que decir, bye bye!!~
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Anónima ✔️
RomanceEl mundo es jodido de por sí, y si encima las hormonas no dejan que descanses es aún más complicado, ¿cierto? Desde que recibí aquella nota anónima no he dejado de pensar... ¿Por qué diablos ella es tan especial? ¿Por qué ella ha hecho que sienta c...