Al día siguiente me desperté antes que Francisco, me dio sed, me vestí con una bata grande y floja que Margaret me había prestado, me quedaba grande de todos los lados, por lo que tomé una cuerda y me ajusté el vestido amarrando mi cintura. Bajé con cuidado a la cocina, no había nadie, ni siquiera los sirvientes, por lo que tomé un vaso de agua sin cuidado.
-Quiero hablar contigo- habló Aurora de la nada, me espanté y empecé a toser, me estaba ahogando con el agua. Al tranquilizarme le hablé.
-No tenemos nada de qué hablar- dije seca. Salí de la cocina, pero en la puerta me detuvo, me bloqueó la salida.
-Claro que tenemos de qué hablar- me miró desafiante -puede que hasta ahora tengas a Francisco bajo tu poder, tengas relaciones con él y diste a luz a sus primeros hijos, pero eso se acabará pronto, prostituta- le di una cachetada fuerte.
-No soy prostituta, estoy con Francisco por amor- le hablé con voz gruesa y en seco mientras le daba la cachetada.
-Eso nadie te lo cree, ramera- me jaló del cabello, también la tomé de él. Ella me aventaba manasos y yo puños, paré antes de lastimarla. Ella empezó a chillar agudo, ni los perros y gatos gritaban así cuando estaban en celo. Salió Francisco.
-¡Suéltala, Aurora!- me tomó y me protegió porque vino en el momento en que no le hacía nada -¿No crees que ya fue suficiente?- Francisco estaba enojado.
-Pero, es que... Tu... Yo... Nosotros...- dijo cortado, iba a llorar, empezó a hacerlo -¡Tú!- señaló a Francisco con enojo -se suponía que me ibas a querer y amar, se suponía que nos íbamos a casar y que yo estaría en su lugar todas las noches- sus lágrimas destruían todo su maquillaje -me diste una ilusión al escogerme, ¿por qué me haces esto?- rompió en llanto.
-Te escogí porque mi padre me dijo que lo hiciera- soltó seco, vió que fue muy agresivo de su parte, por lo que trató de suavizarlo -Desde que éramos pequeños, nuestros padres arreglaron nuestro matrimonio, el cual, nunca pudo ser porque quisieron fomentar obsesión en vez de amor- dijo mientras me tenía en brazos. Me miró -necesito hablar con ella por última vez- buscaba permiso en mí, acepté, me fui caminando al cuarto de Francisco, pero no me metí en él, escuchaba la conversación que tenía él con Aurora.
-¿Por qué ella y no yo?- preguntó -¿Por qué!- estaba desesperada.
-Princesa Aurora, esa es una pregunta fácil y difícil de responder. Escogí a Savannah antes que a usted porque la amo- me miró -desde que la conocí, me atrajo físicamente, me vuelve loco. Me gustó y, como seguía tratando con ella, me enamoré de su interior, de su personalidad y perspectiva...- sentía "mariposas" mientras hablaba.
-¿Pero por qué no intentaste tener esos sentimientos conmigo?- estaba parando de llorar, ella misma se limpiaba las lágrimas, sabía que quería que Francisco se las limpiará como a mí, pero era una acción incorrecta, él estaba casado, si hacía eso, Aurora pensaría que tendría más autoridad sobre mí y mis hijos.
-Lo intenté, muchas veces, pero no pude. Tu y yo somos opuestos en muchos sentidos, yo quiero el progreso de Rávena, y tú el sometimiento. No podemos congeniar.
-¡Si se trataba de eso, puedo cambiar!- comentó orgullosa -trataré a los esclavos y sirvientes como mis hermanos si eso deseas, pero, por favor, tómame y déjala- abrazó a Francisco, ella quería que Fran le devolviera el abrazo, pero él se quitó los brazos de Aurora, eso nos sorprendió a ambas.
-Eso no sirvirá de nada, ya te conozco, sé cómo piensas y con qué fin haces las cosas- habló con lástima -para la otra, sé más amable con la gente, así todos se enamorarán de ti y tu de ellos- se separó de ella y caminó hacia mí -La personalidad que tienes arruina tu físico, trata de enamorarte y no de obsesionarte con alguien- dijo en el camino. Al llegar a mí, tocó mi cintura -Vamos a dentro- me dijo y nos metimos. Estaba preocupada por Aurora, ella, dentro de lo que cabe, piensa que Francisco es el hombre de sus sueños, tal vez eso le metieron a la cabeza desde pequeña, como a Francisco, que le enseñaron la lengua materna de Aurora -¿en qué piensas?- me preguntó con una ceja alzada.
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Diario de una Campesina
Teen FictionUna mujer siempre ha querido tener un final feliz y casarse con su "Príncipe azul", y yo no soy la excepción. Inicios de la edad media, castillos, príncipes y princesas. Un reino con 4 posibles herederos y una campesina huerfana de madre con dos her...