Regina se la pasaba todo el día en mi casa, no sé despegaba de Milo y de mí en ningún momento. Según ella, prefería estar en mi casa que en la suya, se sentía más tranquila y aliviada. Nunca la corrí, comprendía un poco lo que ella pasaba, necesitaba a alguien o a varios para que la ayuden, Francisco hizo eso conmigo en su momento, quiero que Milo lo haga con ella. Quiero que la ayude a volver a ser la de antes.
-¿Me puedes pasar las cebollas?- le pregunté a Regina, quién me ayudaba a cocinar. Ella veía a la ventana que daba directamente a la carpintería de Fran, ahí estaba mi amado esposo, Milo y mi padre con mis hijos en brazos. Ella estaba sonrojada e ida en sus pensamientos, pensaba en alguien -¿Regina, me oyes?- ella volvió en sí.
-Sí, disculpa Princesa- me pasó la cebolla y volvió a meterse en sus pensamientos mientras veía la ventana. Terminé de cocinar sin su ayuda, la dejé que fantaseara con lo que sea que pensaba. Me seguía hablando de "usted" aunque le había dicho que me tuteara, la dejaba porque esa era nuestra educación, respetar a la Realeza. Ella se dio cuenta de ello cuando me quité mi mandil -Discúlpeme, Princesa, no me había dado cuenta de que terminó de cocinar sin mí- dijo apenada. Sonreí.
-No te sientas mal- me senté en una silla y recargué sobre la mesa con mis brazos cruzados apoyados en ella, la miré -mejor dime en qué o quién pensabas...- se sonrojó.
-En nadie- desvío los ojos mientras que su blanca tez se hacía más roja que sus cabellos, reí.
-Vamos, no tienes por qué avergonzarte, tengo el presentimiento de que sé en quién piensas, pero quiero confirmarlo- volví a hablar -¿Por qué te sonrojas al ver a la ventana?- ella me miró, estaba roja como tomate.
-Princesa, ¿cómo supo que usted estaba enamorada del Príncipe Francisco?- me preguntó tímida.
-¿La verdad?- ella sintió -nuestra historia es un poco complicada, no es como la de los demas- se sentó en una silla que estaba cerca de mí -Él estaba comprometido con una mujer pero nos amábamos, el problema era que yo no sabía eso, confundía mis sentimientos con otras cosas, pero cuando lo vi besando a su prometida, mi corazón se partió y lloré mucho, pasaron los días y supe que ese sentimiento era amor...- ella me miraba más confundida que antes -... Sé que lo que te dije no te ayudará de nada pero, para saber si es amor, tienes que estar pensando en él todo el día y toda la noche, la mayoría de veces hasta lo vez en sueños- volteé a ver la ventana, ahí estaba Francisco, se veía guapo como siempre, empecé a sonrojarme -Cuando vez a esa persona, te sonrojas, tartamudeas y siente cosas raras en el abdomen, a veces también en todo el estómago. Sientes que el tiempo pasa muy lento, deseas que solo estén ambos, si tienes hijos, deseas que solo estén los cuatro, en una casita lejos de las personas para poder ser feliz sin que nadie más los moleste. Quieres que esa persona sea feliz porque sabes que así encontrarás la felicidad, quieres que tus hijos sean felices porque así eres feliz. Si tu amado y tus hijos lloran, lloras con ellos; si sufren, sufres con ello...- salí de mis pensamientos sacudiendo rápidamente y brevemente la cabeza -...bueno, el punto es que si amas a alguien, eres feliz, inclusive si estás lejos de él, solo basta verlo para saberlo.
-Entonces, creo que sí me enamoré...- susurró, la oí.
-¿Te gusta Milo?- pregunté tranquila, ella se puso roja -eso es un sí- sonreí -¿sabes qué es lo mejor?, tú le gustas- ella me miró triste.
-¡Eso no puede ser!- sus ojos estaban llorosos -Soy una mujer que ha sido usada, tengo la maldición de que ningún hombre se fijará en mí por ello. Si lo hace, cuando lo descubra me dejará. Milo fue uno de los primeros en saberlo, él me aprecia pero no me ama, ¡él me ayuda porque su madre sufrió!; mi corazón confunde el buen trato que me da y me enamoré. Él no me aceptará, no soy virgen.- ella lloró mientras tapaba sus ojos y se hacía bolita en la silla, nunca me ha contado lo que le ha pasado pero sí me .
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Diario de una Campesina
Teen FictionUna mujer siempre ha querido tener un final feliz y casarse con su "Príncipe azul", y yo no soy la excepción. Inicios de la edad media, castillos, príncipes y princesas. Un reino con 4 posibles herederos y una campesina huerfana de madre con dos her...