Han pasado tres semanas desde la fiesta de las Flores Rojas y de la fiesta de navidad donde el Rey regala una canasta con comida a ciertas personas del Reino. Francisco no ha venido a mi casa, si acaso lo hace dos veces por semana. Me preocup porque se ha comportado distante en las pocas veces que hemos salido, no es el Francisco que me trataba con cariño o me besa, ahora él no acepta nada de mí. ¿Habré dicho algo malo?, ¿qué pasó con su familia?, ¿o será Aurora?, ¿se habrá enamorado de ella como debe de ser y por ello ya es distante conmigo? Mi padre y Amara preguntaban por él, yo solo les decía que tenía un problema familiar, no especificaba más porque ni yo sabía de qué se trataba.
Fui a cazar y vender animales, era mi rutina de todas las mañanas desde que mi madre murió, no hubo novedades durante el día sino que, cuando regresé a mi casa, escuché su voz, giré la cabeza buscando el lugar de su procedencia y lo vi con su traje de Príncipe, se veía muy guapo. Vi a una joven rubia de rulos con un vestido muy elegante y de color lila, ella giró tantito su cabeza y la reconocí, era Aurora, me enojé sin razón al verla. Quería espiarlos, y eso hice. Me acerqué lo más que pude para escuchar su conversación, pero no tanto para que evitar que me viera.
-Francisco- le habló Aurora con una voz muy aguda, al parecer así hablaba, era su voz -nunca me habías hablado ni mirado y, últimamente hasta me tomas de la mano y bailas conmigo- ¿bailar?, conmigo nunca ha bailado. Me enojé -no sé a qué se deba este repentino cambio pero, cada día me estoy enamorando más de ti, y por tus gestos, diría que tú de mí- ella lo miró.
-Verás, al principio creía que el amor se daba por si solo, pero ahora entendí que no es cierto, lo tienes que obligar y forzar.- ¿qué tontería está diciendo?, ese no es Francisco, el Francisco que conozco y con el que he convivido cree que el amor se da de repente, tú no lo obligas, sino él a tí. Era obvio que mentía, pero su actuación era muy sincera y mis sentimientos tan fuertes que dudada de mi capacidad de diferenciar sus pensamientos reales actuales -Decidí acercarme a ti porque en dos meses nos vamos a casar y ni siquiera sé tú color favorito- Aurora se rió.
-Tendremos nuestra noche de bodas para hablar de eso y de otras cosas más, cariño...- acarició su rostro, me enojé de mas, tanto fue mi enfado que me puse roja de la cara, quería ir a golpear a la "Princesa" Aurora por hablar y actuar así, y también a Francisco por dejar que lo toquen. Mientras caminaban, los seguí -Francisco- el mencionado volteó a verla -¿Cómo podría hacerte feliz?, ¿qué puedo cambiar de mí?- ¡qué gran pregunta!, ahora sí, Francisco le iba a decir todo lo insoportable que es.
-No te preocupes de eso, puedes ser como tú quieras, no importa, serás mi esposa, tengo que aceptarte como eres- contestó. ¿Qué!, ¿y qué hay de sus intereses compulsivos en la joyería y moda que tanto molestan a Fran?, ¿qué hay de sus pláticas aburridas de economía y de tratar mal a las personas para conseguir lo que quieres? No podía creer lo que estaba viendo y escuchando.
-Aww, Francisco, ¡te amo!- lo abrazó -Eres tan dulce... Sabía que esa apariencia fría solo era para apantallar mientras ocultabas tu verdadero ser- siguieron caminando mientas ella tomaba su brazo y se pegaba a él. La verdad es que él casi no hablaba, ella no dejaba de hacerle pregunta tras pregunta. Que fastidiosa. Su voz, sus temas de conversación, su egocentrismo, todo de ella era molesto. Solo se cree superior porque es Princesa y se va a casar con Fran. -¿Qué opinas de los sirvientes?, ¿recuerda a la mucama de cabello rojo?- se rió a carcajadas -pobre mujer, su hijo enfermó y ella también, la despedí porque no quiero sirvientas enfermas, ¿qué tal si me contagia?, sería inaceptable. Me rogó que no lo hiciera porque no tiene como sostenerse, pero no me importó, es decir, ¿a quién le va a importar?, No es mi culpa que quiera enfermarse meimtras está a mí cargo- volvió a reírse más fuerte. Francisco imitó su acción, pero su risa fue fingida. -Ay, que fea ciudad- dijo al ver Rávena -¿Si nos vamos al Reino de mi padre, verdad? La ciudad es bonita y más grande, ¡podrás gobernar con mano dura y tener mas riquezas!
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Diario de una Campesina
Genç KurguUna mujer siempre ha querido tener un final feliz y casarse con su "Príncipe azul", y yo no soy la excepción. Inicios de la edad media, castillos, príncipes y princesas. Un reino con 4 posibles herederos y una campesina huerfana de madre con dos her...