Creo que jamás hubiera pensado que ver las estrellas me haría tan feliz.Y es que al caer la noche, Jungkook y yo nos acurrucamos entre las mantas y almohadas, observando la noche y la oscuridad, porque ahora mismo somos parte de ellas. Me permito ver su rostro únicamente por una pequeña lámpara portátil de luz cálida que el castaño traía y ahora se encuentra en el suelo, sobre la tierra, un poquito más arriba de nuestras cabezas.
—Creo que esa constelación de ahí se parece a ti —la apunto.
—No es cierto —comienza a reír.
—¡Sí lo es, fíjate bien, tiene tu nariz!
Los dos no hemos parado de reír desde hace largos minutos, mientras apuntamos el cielo y las formas que encontramos entre las estrellas. Y es gracioso a la vez, porque la mayoría de las personas siempre buscan formas en las nubes, pero nosotros...
Nosotros en las estrellas.
—Ésa de ahí tiene la forma de tus ojos —apunta.
—¿Cuál?
—Ésa, mira.
Él toma con una delicadez impresionante mi mano y la guía a la constelación. Sus dedos rozan los míos, están cálidos y eso me provoca escalofríos.
Aunque ya no siento frío, puesto que Jungkook me había prestado su chaqueta hace unas horas, y aunque insistí que no, él lo hizo y tuvo que quedarse sólo con una camiseta puesta. Quizá es por eso que su piel está tan cálida, y es que su cuerpo se obliga a sí mismo a generar calor.
—¡Es verdad, se parecen a mis ojos! —sonrío enormemente cuando la veo—. Son hermosas, Jungkook... Las estrellas son muy lindas.
Digo, aún deleitando el cielo, a pesar de que casi estoy por marearme gracias a las luces.
—Sí, son bonitas.
Pronuncia él en voz baja, y es ahí cuando me volteo a verlo y noto que su mirada no estaba viendo el cielo como yo, si no a mí, y eso me sorprende un poco.
Él me observa con atención, y al mismo tiempo el viento ocasiona que sus cabellos sean dispersos por su frente. Mantiene sus labios a medio abrir, se ven secos y rojizos como la mayor parte del tiempo. Tiempo en que no son besados por mí. La camiseta blanca que trae puesta se infla cada vez que nos sorprende una nueva corriente de aire. Debe tener frío pero no lo dice para no preocuparme, y es innegable aquel hecho, puesto que sus mejillas lucen tan rojizas que pareciera que alguien le aplicó rubor.
Justo ahora el cielo ha perdido mi atención.
Alguien la ha arrebatado.
Alguien frente a mí.
Y perdónenme, estrellas, pero Jungkook es más bonito.
—Sabes que no amo a Min Ho, ¿no? —hablo en un susurro tan bajito que sólo él podría escucharme—. Aquel día mentí.
—Lo sé.
Responde de la misma forma, y lo sigo mirando. Aunque todo el tiempo sus ojos sonríen cuando me ven, sé que esconde algo más allá que no quiere soltar. Pero me cuesta entender todo.
—¿Puedo hacerte una pregunta, Jungkook?
—Sí.
—¿Qué sucedió con tu madre?
Él deja de mirarme de inmediato, sus ojos nuevamente se posan en el cielo y temo por su reacción. Aunque entendería si no quiere decirme, después de todo nunca ha hablado de ella, sólo su abuela se la recuerda o las llamadas que jamás contesta al parecer.
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Filoaster | JJK [+21][✔] ©
Fanfiction𝗟𝗜𝗕𝗥𝗢 #𝟭 || Por la universidad se había corrido el rumor de que Jungkook tenía un pene pequeño, y él no pretendía desmentirlo. ¿Por qué? No sabía. "Tampoco me incumbe", pensaba. Jeon Jungkook se trataba de un misterio, del que yo quería saber...