Filoaster | JJK [+21][✔] ©

|Cap ₄₈|Hacer el amor.

—¡Fondo, fondo, fondo!

Grito, golpeando mis puños una y otra vez contra mis muslos, mientras justo ahora Jungkook está bebiendo su sexta copa de vodka de piña. Yo en cambio voy por mi cuarta y siento un pequeño mareo.

¿Cómo agarramos tanto vuelo?

El castaño termina de beber y relame sus labios, cerrando sus ojos con una expresión infinita de satisfacción.

—Nunca me dijiste que tienes tanta resistencia con el alcohol, Jungkook —bebo de mi copa.

—Que tenga resistencia no significa que no esté ebrio, ___ —sonríe, echándose para atrás y apoyando sus codos en la colchoneta de la silla reclinable—. Es más, estoy muy ebrio.

Él se reincorpora para agarrar la botella y servirse otra copa, yo sólo puedo deleitar lo sexy que luce con las mangas de su camisa blanca remangadas y los cuatro botones del cuello desabotonados, mientras una ráfaga de viento nos sorprende y provoca que sus cabellos se alcen con el aire.

Sus labios brillantes y mejillas rojizas a causa del vodka. No lo intenta para nada, pero es la persona más sexy y hermosa que he conocido.

¿Cuánto llevamos sin tener intimidad?

La pregunta me sorprende de la nada.

Él no ha intentado nada hasta ahora. Sólo besos y sonrisas, sin embargo estoy bien con eso. Me agrada compartir tragos y hablar de estupideces bajo la luna. Además, el hecho de que en ningún momento prendimos alguna otra luz aparte de la vela del pastel, lo hace muy genial, como siempre.

Nunca perdemos la costumbre de encontrarnos en la oscuridad.

—¿Te he dicho que me encantan tus pecas, ___?

Río internamente. Él está muy ebrio.

—Sí, Jungkook, sí lo dijiste.

—¡Es que lo son! Juro que lo son. Me fascinan, siempre las miro, es como si tu hermosa cara fuera el universo y tus pecas las estrellas —sacude su cabeza—. Espera, ¿ya te dije que eres hermosa? Porque lo eres. Eres aterradoramente hermosa.

—Basta.

—Bastón.

—Cállate.

—Callejón.

—¡Jungkook!

—¿No estábamos jugando, Cielo?

Esa palabra me estruja los músculos. Y es que me doy cuenta que nunca antes la palabra "cielo" había tenido tanto sentido como ahora, al salir de sus labios y hacerme sentir que soy su cielo.

—Pues qué mal juego —digo.

—Y qué mal jugador.

El castaño se levanta del asiento y prende su celular, el cual se lo pone muy cerca de la cara. Me imagino que es para leer mejor a causa de su ebriedad. Sólo puedo reírme en voz baja.

—¿Qué haces?

—Baila conmigo —me tiende su mano.

Justo ahora la canción "Saturn" de Sleeping at last está sonando en su celular sobre la mesa. Y casualmente la adoro... Sobre todo su conmovedora letra.

—¿Vas a cantarme también? —acepto su mano.

—Podría cantarte las canciones que quieras, ___.

Él rodea sus manos por mi cintura y yo acaricio su cabello, mirándolo con diversión.

—Me gusta tu cabello largo —susurro, revolviendo los mismos.

—Entonces no me lo cortaré nunca más.