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Le preparé las cosas a Bianca, le pedi a Santi si me hacia el favor de cuidar a Bianca, tenía que hacer un comercial.
Que Julián me recomendo en river y bueno, todavía no se con que jugador va hacer.
— portate bien con el tío hija. –la alcé. Cuidala porf.. ¡Mili!.
Se bajó del auto y nos abrazamos fuerte.
— no puedo creerlo. –me mira. Hola hermosa, yo soy Mili.
— yo me llamo Bianca, pero vos porque sos linda me podes decir Bianqui. –sonríe.
Le dio un beso en la mejilla.
— nosotros la cuidamos. –dice Santi. ¿Donde vas?.
— Julián me recomendó en River y me llamaron para hacer un comercial.
Se miraron.
— te llevamos y nos avisas cuando termines y vamos a tomar algo.
Me subí atrás con Bianca, manejo hasta allá.
— la madrina vieja dijo que mi papi trajaba acá, igual que el tío shulian.
— ¿por qué le decís vieja a Ornella?.
— porque mi tío shulian dijo que asi le decía mi papi y me quedo.
Milagros abrió la boca sorprendida, les dejo las preguntas a Santino mejor.
Me bajé y entre, me puedo encontrar con varías personas y la primera, Marcelo Gallardo, que suerte la mía.
— ¿Amira?.
— hola. –lo salude. Tanto tiempo.
— pero abrázame.
Me puse nerviosa, me acerqué y lo abracé.
— ¿qué haces por acá?.
— vine hacer un comercial, no se. –lo mire. ¿Por donde?.
Me señalo, al entrar me indicaron lo que tenía que hacer.
Al darme vuelta para ver con quién iba hacerlo, Matías.
Nos quedamos mirando los dos.
— bueno chicos, no es necesario que haya un beso, solamente se acercan y disimulan un.. ¿me están escuchando?.
Quiero irme corriendo, voy a acogotar a Julián.
— empezemos. –habla Matías por primera vez.
Teníamos que hacer como que estábamos jugando a la pelota encima, ay me voy a quedar sin aire.
— ¡Ya!. –gritan.
Matías empezó hacer jueguitos con la pelota, me acerqué para tratar de sacarsela.
— Acerquense. –grita. Ahora disimulen el beso.
YO CLARAMENTE LO IBA A DISIMULAR, PERO MATÍAS ME AGARRO LA CARA DIRECTAMENTE Y ME CHAPO.
Me hizo sentir millones de cosas en la panza encima, no.
Me separé rápido.
— perfecto. –nos sonríen.
Unos veinte minutos más nos quedamos organizando todo, llegó la hora de irme.
Santino no venía más, sabía que tenía que venir en mi auto.
Empecé a caminar hasta mi casa, pero sentí que me tocaron bocina me di vuelta para putear al viejo, pero era Matías.
— ¿para donde vas?.
— voy a buscar a Bianca.
— te llevo ¿donde está?.
Mierda.
— con Agustín. –mentí. Es acá nomas, voy caminando.
Mi cara cambió cuando Santino estacionó y bajo con Bianca en brazos.
La cara de Matías se transformó y la de Santino también al verlo.
Pero la mía cambió al ver llorando a mi hija.
— ¿qué le pasó?. –fui corriendo.
— se cayó del columpio perdón, perdón.
La agarré rápido y la puse contra mi pecho, Matías también bajo.
— ME MENTISTE. –le grita a Santino.
— salí volando mami. –llora fuerte.
Me quiero reír pero no puedo, es mi hija.
Le hice señas a Santi de que se vaya, que estaba todo bien.
— chau princesa. –le da un beso en la mejilla.
— chau tío, te quiero aunque me hayas querido enseñar a volar.
Solto una risita y se fue, me di vuelta para mirar a Matías.
— ¡mi amigo!. –dice mi hija.
Y tu papá.
— ¿por qué le dijo tío?. –me miro.
— creo que tenemos que hablar, pero acá no es el lugar.
Manejó hasta mi casa, Bianca en el camino se quedó dormida, tenía un chinchón en la cabeza pobrecita, la acoste en su cama.
Bajé y Matías estaba mirando las fotos que estaban en la caja, claramente nuestras.
— me dejaste de hablar. –empecé a hablar.
Lo asusté, tiro las fotos sin querer.
Me acerqué para ayudarlo, pero nos agarramos las manos, justamente las manos donde teníamos los anillos.
Me separé rápido.
— vos me dejaste de hablar. –me miro. Quiero saber la verdad Amira, es igual a mí boluda.
Me voy a largar a llorar.
Perdóname mi amor.
— me mandaste un testamento diciendo que no me amabas más, que no querías hablar nunca más conmigo, que fui un error, todo eso Matías estando.. –me quede callada.