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— ¿estuviste con Aldana o no? Porque yo no estoy enterado nada de eso.
— no Nahue, no. –mire el celular. Te juro por Bianca que no.
— entonces listo, ustedes no tienen que darle bola a los comentarios de la gente, es al pedo chino. Se hacen un mal ustedes.
— Ami esta embarazada y todo lo hace peor, no se que hacer.
— ya se que esta embarazada y encima esta vez me enteré por redes y no por Julián. –se cruza de brazos.
— ¿co, ¿cómo qué por Julián?. –hablé sin entender nada.
— ¿qué? No nada, ni se lo que dije.
— Nahuel. –lo mire bien. ¿Vos te enteraste de Bianca antes qué yo?.
— no. –se ríe. Sabes que te hubiera dicho.
— le hiciste la existencia imposible a Agustina.. Nahueel, decime la verdad.
— ¡te estoy diciendo que no! Ya me voy, me esta esperando Valen.
— pero te estoy hablando, no, no podes ir..
No, no terminé de hablar porque me había cortado la videollamada.
Caminé hasta la sala, estaba Ami mirando una película mientras comía pochoclos. Bianca estaba en el jardín, me acosté al lado de Amira, la abracé acostandola sobre mi pecho.
— ¿qué pasó?. –me mira.
— te amo mucho ¿sabes? Me haces muy feliz, el pibe más feliz.
— te amo más. –me da un beso.
— ¿podes creer qué vamos hacer papás de nuevo?. –le hablé emocionado. Vamos hacer papás.
— ¿vos decís qué se viene el varoncito?.
— si mi amor. –sonreí.
— si es nena, buscamos al nené más adelante, pero si es nené, cerramos fábrica.
— ¡no! Yo quiero tener muchos hijos, tenemos que tener muchos hijos.
— claro, vos no los paris, es ponerla nomas. La que sufre soy yo.
— mi amor. –le agarré la cara. Cuatro hijos.
— no, con dos estamos bien, Bianca se nos muere.
Me crucé de brazos y se subió encima mío para hacerme cosquillas, no la quiero sacar a la mierda por su panza, me da miedo. Pero no me gustan las cosquillas tampoco.
Me comenzó a dar besos y yo sonreí, pase mis manos por todo su cuerpo. Se separó y me quedo mirando malisiosa, le agarré de la nuca y volvimos a besarnos, la alcé con cuidado y caminé hasta la habitación.
— ¿estás segura?. –la mire.
— si mi amor.
Me sacó la remera y paso sus manos por mi espalda, le saque la remera con cuidado, bajé mis besos hasta su panza. Le desabroche el corpiño con una mano, full experiencia tengo, vieron? Ya aprendí.
Comencé a entrar con cuidado, yo estaba tratando de ser re delicado y Amira re bruta. Pero la amo.. y la pasamos bien juntos, nos necesitábamos tanto.
(...)
— papi. –viene corriendo. Que raro que hayas llegado temprano vos.
— tenes un concepto re feo de mí hija.
Saludé a su seño, la subí a la parte de atrás del auto, empecé a manejar hacia casa.
— ¿mami?.
— esta en casa mi amor. –la mire.
— le tengo que pedir el celular prestado para hablar con Enzo, mañana es su cumpleaños papi.
Puse cara de culo, que me importa a mí que sea el cumpleaños, no tiene porque hablar con ese pendejito.
— que lastima amor. –me reí. Nono, no podes.
— tenes que aceptar nuestra relación papi, en algún momento iba a pasar.
No le digo nada porque es chiquita, pero salió igual que Amira en ese sentido, dios. Llegamos a casa, saludo a su mamá, le dio el celular al toque.
La mire mal obviamente, subí hasta la habitación para arreglar la cama, la perra estaba acostada encima.
— salí Tokio, dale. –palmee la cama. Abajo, abajo.
Me miraba y seguía acostada ¿ven por qué odió a los perros? Son re tontos.
La alcé con cuidado porque encima estaba preñada, era lo que me faltaba.
Amira entro a la habitación haciendo que me asuste.
— viste, yo sabía que la querías en el fondo, viste, viste.
— ¡no es lo que parece! Solamente estaba bajandola de la cama.
— pero si te esta dando besitos, que hermosa que sos hija.
Se acercó a nosotros y empezó hacerle mimos a la perra, estoy indignado. Me encontró en una situación que no tenía que verme nunca.
— ella también te quiere dice, sos su papi preferido.