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— para mí este esta bien. –dice Ornella. ¿O no?.
— si, ese vestido te queda re lindo.
Estamos en el shopping con Ornella y Sofía, buscando ropa para año nuevo. Las bendis se quedaron con los padres.
— no me gusta. –se sienta Ornella. Todo me queda mal, horrible.
— estás re linda. –la mire. No digas boludeces tonta.
— no me gusta.
Ahora estamos tratando de ver que mierda le gusta a Ornella, esto del post parto yo lo pasé y se perfectamente lo feo que se siente, pero voy a ayudarla.
Terminamos de comprar y fuimos a merendar algo, estamos las tres sentadas afuera, hacía un calor encima.
— voy a llamar a Julián. –se levanta Ornella.
— ¿para qué?. –le pregunta Sofía.
— tengo que saber cómo esta mi hijo, por eso.
Se levantó y se fue a llamarlo.
— que difícil es ser mamá. –suspira Sofía.
— los primeros días no te querés separar de ellos, es muy entendible.. igual no es difícil, es hasta que te acostumbras.
— ¿tendrías otro?.
— no, me gustaría tener más hijos.. pero ahora no, más adelante. –la mire. ¿vos?.
— siempre tía, nunca mamá. –hace amor y paz con los dedos.
— eso decís ahora. –me reí. Medio que en el parto puteas a dos manos, pero después es todo "hermoso".. hasta que te empiezan a romper las cosas, a caminar, etc.
Me quedó mirando con trauma y yo me reí, volvió Ornella y terminamos de merendar.
Volvimos a casa, Bianca estaba saliendo de la pileta, Julián le estaba cambiando el pañal a Luca, Matías estaba con un broche de tender la ropa en la nariz.
ENTRÉ LOS DOS ESTABAN TRATANDO DE CAMBIAR A UN BEBÉ.
— mi hijo. –va rápido Ornella. Yo también que lo dejó con estos inútiles, por Dios, perdón.
— bueno eh, que tu hijo se cague feo no es mi culpa. –habla Matías.
— yo lo estaba cambiando bien. –dice Julián.
— ¡le pusiste el pañal al revés!.
— ¿vos cómo estás mi amor?. –me acerqué a Bianca.
— bien mami, te extrañe. –me abrazó.
Estaba toda mojada, ay mi amor.
La alce y fui a bañarla, en eso viene Matías, me da un beso.
— ¿cómo la pasaron amor?.
— bien, estuvimos tres horas las tres para decidir que llevar. –me reí. Te compré una camisa y un pantalón re lindo y a esta bebé, le compré un vestido hermoso.
— pero yo camisa de fútbol. –me mira Matías.
— ¡no!. –lo mire. Anda y preparame la ropa de Bian.
Se fue, yo terminé de bañarla. La alcé y caminamos hasta su habitación, la cambié, la peine mientras le sacaba el pelo.
Ya por último nos sentamos a comer todos juntos, habíamos hecho ravioles con salsa blanca, estaban muy ricos.
Bianca se fue acostar al pecho de Julián.
— fa me re cambió. –habla Santino.
— pasa que vos no fuiste papá y no se pone celosa. –me reí.
— que pendejita consentida. –se ríe Sofía.
— culpa de ella. –mire a Ornella.
— bueno che, esta bien que sea así, a mí no me molesta. –nos mira mal. Total la hice re buenita.
— tremenda es, cómo el padre.
— a mí no me metan en eso. –levanta las manos Matías.
Mire nuevamente a mi hija, estaba dormida en los brazos de su tío Shulian.
Definitivamente mi hija tiene el amor de todos, me encanta, me hacen muy feliz.