Cuando Kaito se despertó sintió una sombra esbelta que lo observaba, parpadeó lentamente pensando que era su esposa, encendió la pequeña lámpara que está en la habitación y al ver que no es ella si no la prometida de Shaoran es que la miro con incredulidad.
Se levantó como resorte por la intromisión de la joven, pero ella lo miraba con atención y a la vez con intensidad. Kaito ante esa mirada estaba confundido, miró a su alrededor y al no ver a Sumi es que empezó a sentirse inquieto.
—Tampoco está mi prometido—dice con cierta urgencia y molestia—. Aunque no nos hemos presentado con formalidad es obvio que tenemos algo en común.
—¿Me está insinuando que mi mujer está con Li?—frunce el ceño—. Eso es imposible.
—¿De verdad?—cruza sus brazos—¿Y porque no está con usted?
—Seguro que fue al baño o…
—Dejémonos de hacernos tontos—se acerca con los ojos grises llenos de determinación—. No es coincidencia que ninguno de los dos este en este momento.
El cuerpo de Kaito tembló ante esta conjetura, Sumi no puede ni debe hacerle eso, un sentimiento de celos, desesperación y furia está formándose en su ser. Los ojos de Kim son brillantes y llenos de malicia.
Sin mirarla sale como loco a buscar a su mujer, unos hombres que están haciendo guardia ese día le dijeron que la vieron irse por la parte donde guardan los instrumentos de cosecha. Como loco es que llega al lugar y está con ganas de asesinar a alguien.
—¡Sumi se que estás ahí, sal ahora mismo!—los celos lo estan carcomiendo, comienza a perder el control como en Inglaterra, no quiere volver a tomar esas malditas pastillas para la ansiedad y depresión, él está perfectamente solo está ahí por su mujer que le está viendo la cara de cornudo—¡Sumi, ven acá!
No le interesó llamar la atención y levantar a todos que en ese momento están descansando, imaginar que ésta con Shaoran y no con él que todos estos años ha esperado por ella lo convierten en un maniático y jura que Shaoran se las va a pagar si la toca un solo pelo.
La puerta se abre, sus ojos azules están llenos de coraje, celos y rabia contenida, cuando está por jalarla a ella y golpear a Shaoran lo que ve lo deja perplejo y en completo ridículo.
—¿Señor Yuna?—una cabellera rubia y ojos azules lo ven con curiosidad—¿Disculpe está bien?
—¿Que…? Pero…. tú, él…—señala al hombre de cabellos castaños oscuros y ojos azules que lo ven con asombro—¿Ustedes son los que han estado todo el tiempo aquí?
La pareja se mira con vergüenza, Kaito en ese momento se siente un reverendo idiota, se dejó llevar por los celos y despecho de la prometida de Shaoran, cuando Sumi no es la que está ahí. Chill sigue mirándolo fijamente, Mark la abraza con posesión y Kaito sin saber que decir por la venguenza que le corroe.
—Sentimos molestarlo señor, es que esa mujer es tan apasionada—la de ojos azules sonríe convenciendo a Kaito de quienes estuvieron dentro de ese lugar son ellos dos y no los que él pensó—. No hemos visto a la señora Yuna por aquí.
Kaito se siente como un imbecil, es la primera vez que lo toman de esta manera, más allá Kim está incrédula, estaba segura de que Shaoran estaba con Sumi por eso sin ningún pudor fue al espacio donde Kaito dormía para persuadirlo y llenarlo de intrigas para que él como el marido engañado le dé un buen escarmiento a Shaoran.
Su plan original fue quedar como una víctima y agraviada ante su prometido, llamar a Leran e intervenir en esto, además de hacerle una visita a Sumi. Pero cuando vio a Chill y a Mark salir juntos es que su sonrisa se borró y se quedó muy confundida.
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𝑉𝑜𝑙𝑣𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑇𝑖
RandomSakura y Shaoran son dos jóvenes enamorados a punto de terminar sus estudios universitarios. Lo tenían todo, amigos, familia y un buen futuro económico y laboral. Pero todo cambió una noche en la que Sakura tiene un accidente y la dan por muerta. Se...