Sumi:
De tanto pensarlo al final decidí ir al departamento de Shaoran, tuve que pedirle a Akiho su ayuda para con mi hijo, no me gusta mentirle ni ocultarle cosas pero no me gustaría que piense mal de mí.
Vi mi outfit y me gusta lo que veo, mi vestido es holgado y cómodo, mis zapatos con plataforma no tan altos, mi cabello está suelto, y uso un poco de perfume, no me gusta mucho el maquillaje, me gusta estar sin él.
Los guardaespaldas me llevan al lugar, lo conozco porque es ahí a dónde me llevó Shaoran ese día que encontré a Kaito con su secretaria, aún me incomoda recordar pero es extraño que no sienta celos y mucho menos me afecte. Bajé del auto y subí a verlo. Estoy con el corazón retumbando en mis oídos, me acicalo el vestido y doy un toque al timbre.
Por más que espero no sale y eso me está poniendo un poco ansiosa, él me pidió que vaya y estoy casi en contra de mi voluntad, ahora que no está…
Volví a tocar una vez más, cuando escuché pasos muy acelerados. Giré hacia la causa y ahí lo veo, viene tambaleando y eso me preocupa, por un momento pensé que estaría ebrio pero no es así.
Cuando llega a mi lado se abraza de mi dejándome muy impactada, siento que se frota en mi hombro, sus manos también recorren mi cuerpo haciendo que reaccione de una manera increíble.
—¡Shaoran que tienes!—trate de levantarle pero era inútil, su cuerpo me pone mucho más pesado complicando las cosas—¡Donde están las llaves!
De su saco es donde saca las llaves, me las entrega y entramos al departamento, se sienta en el sofá pero lo veo muy incómodo e inquieto, como si el cuerpo le molestará y picara todo.
—Sumi ahhh—me asusta—. Me han…
—¡Por los dioses te han drogado!—Es en ese momento que me di cuenta del problema, alguna vez Kaito llegó así a Inglaterra, y con toda su fuerza de voluntad es que entró a la ducha y llamé al médico dando como diagnóstico un cuadro de intoxicación por droga desconocida—. Te ayudaré a bañarte.
Con todas mis fuerzas ingresamos a su habitación, no quería bañarse me mira con gestos sugestivos y eso…
—Sumi te necesito—gruño con desesperación y eso acelera mi corazón—¡Por favor!
Empieza a sacarse la ropa a vista y paciencia de mi que estoy sonrojada y avergonzada, su virilidad en vez de asustarme me está complicando las cosas, intenta meterse a la ducha pero no lo pensé más, tomé su cuerpo que estaba caliente y a punto de estallar con consecuencias letales.
—Te ayudaré—susurre bajito, me puse frente a él con todas mis emociones y sensaciones a punto de desfogarse. Me beso como loco, su boca es maravillosa y desesperada, tomé sus cabellos que son suaves para luego cruzarme de piernas a su cintura. Lo deseo tanto, sé que me estoy aprovechando de la situación pero ya no puedo contenerme más.
Estando desnudo puedo ver lo hermoso que es, su piel es de color canela brillante, que junto con sus ojos ámbar me están quemando viva y no me importa arder en esas llamas que claman por mí. Su necesidad por culpa de la droga es tan fuerte que rompe mi vestido, eso en vez de asustarme me excitó mucho más.
Su boca posee mi cuello haciendo que bote un gemido, baja por mis hombros y mi clavícula, mis manos recorren con avidez su espalda tan fuerte y poderosa así como sus pectorales duros y tonificados. Estoy en el paraíso, Shaoran es un hombre maravilloso en todos los aspectos, su boca me está llevando al cielo y no podré resistirme mucho tiempo.
Sentir su boca en mis pechos hace que de un grito, él sigue navegando en todo mi cuerpo, me siento amada, mujer, hace tanto tiempo que no experimentaba esto y él me está llevando a la locura total. Jalo sus mechones chocolate que tanto me gustan, esos mismo que tiene Liam, no entiendo cómo es que se parecen tanto, pero no voy a pensar en eso ahora, un temblor se apodera de mi cuerpo justo en el instante que su lengua juguetea en mi centro.
ESTÁS LEYENDO
𝑉𝑜𝑙𝑣𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑇𝑖
RandomSakura y Shaoran son dos jóvenes enamorados a punto de terminar sus estudios universitarios. Lo tenían todo, amigos, familia y un buen futuro económico y laboral. Pero todo cambió una noche en la que Sakura tiene un accidente y la dan por muerta. Se...