Era un precioso medio día, en la bella Tomoeda, los alumnos de la secundaria del mismo nombre salían de sus clases.
En el parque pinguino muchas personas paseaban, se sentaban o hasta niños que salían de la escuela con sus padres se refrescaban con un delicioso helado o raspados.
Una grupo de amigas de la secundaria se dirigían al puesto de helados después de las clases siempre era su punto de reunión, ya que algunas estaban en salones diferentes.
Dos jovencitas de 14 años de cabellos negros y ojos azules y otra de cabellos largos y ojos verdes, se disponían a formar la cola correspondiente para un suculento y delicioso helado.
Mas aya dos jovencitos de 16 años también iban por un helado, eran también de la misma secundaria, venían conversando sobre los exámenes que se avecinaban la siguiente semana.
Ellos no sabían que se tenia que formar la cola correspondiente, uno de ellos, pide los helados para ambos y se ponen a un lado.
La dos jovencitas y sus tres amigas, estaban esperando y justo cuando a la de ojos verdes le tocaba ir por su helado, otra mano toca del mismo, y al verse es que ambos se quedan prendados el uno del otro.
El joven de cabello castaño y mirada ámbar, se quedo perdido en esos bellos ojos esmeraldas que lo cautivaron de sobremanera, haciendo que un hermoso sonrojo aparezca en su bella piel canela clara.
_Lo-lo si-siento, pensé que era mi pedido.-Dijo el jovencito con un hermoso brillo en sus ojos, pero sin perder el contacto con los de ella.
Ella estaba muda de la impresión que le acaba de dar ese joven, jamas habia visto a una criatura mas hermosa como el, y esa bella sonrisa en la que se perdió para siempre mucho mas.
_Yo-yo, no te pre-preocupes.-Dijo demasiada sonrojada y bajando la mirada.
Sus demás amigos, vieron todo picaramente y sonriendo complicemente, el amigo del joven un muchacho de lentes y ojos azules, eran mucho mas que amigos con la joven de cabello negro y mirada azul así que cuando se miraron sonrieron y se guiñaron el ojo en señal de complicidad y muchas cosas mas.
El carraspeo del heladero hizo que volvieran a tierra y despertaran de su ensoñación, haciendo que ambos se sonrojen y bajen la mirada.
_Entonces jóvenes, para quien es el helado de chocolate con fresas.-Dijo sonriendo el heladero.
_Es para ella.-Dijo embobado viéndola.-Yo invito.-Dijo sin dejar de verla.
_No, no es necesario!!-Dijo ella levantando la voz, estaba demasiado nerviosa, era la primera vez que se sentía así con alguien.
_Vamos Sakura no desperdiciaras ni rechazaras la buena intención del joven verdad?-Dijo su amiga amatista, recibiendo el helado y dándoselo a su amiga.
_Gracias, pero no se queda así, te lo voy a pagar.-Dijo ella sonrojada.
_Claro, la próxima que tu y yo salgamos, Sakura.-Dijo mirándola intensamente.-Soy Shaoran.-Dijo reverenciandola.
Eso para sus amigas y todos los curiosos significaba que el joven ahí presente esta queriendo cortejarla y necesitaba su permiso.
Ella estaba atónita, muda y su respiración demasiado agitada, si una de sus amigas no le da un codazo para que responda, ella seguía igual.
_Yo.-Dijo insegura, ese joven era un bombón suculento para una mujer mas hermosa y ella no se consideraba como tal.-A-acepto.-Dijo bajando la mirada.
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𝑉𝑜𝑙𝑣𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑇𝑖
RandomSakura y Shaoran son dos jóvenes enamorados a punto de terminar sus estudios universitarios. Lo tenían todo, amigos, familia y un buen futuro económico y laboral. Pero todo cambió una noche en la que Sakura tiene un accidente y la dan por muerta. Se...