Capítulo 31

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Shaoran:

Este día está siendo el mejor de mi vida, se acaba de confirmar que Liam es mi hijo, el hijo que Sakura y yo tenemos juntos. Eso quiere decir que ella tuvo el accidente estando embarazada y aún así ese maldito hombre la sacó del país, todo por su maldita obsesión por tenerla.

Porque eso es lo que Yuna siente por Sakura, una obsesión enfermiza que puede ser fatal si sale de prisión o lo que es peor, huye de ella. Mi madre sigue con todo este remolino de emociones y sentimientos así como yo, ahora más que nunca debo proteger a las dos personas más importantes de mi vida. Y no me importa lo que tenga que hacer para ello.

—Vamos con los demás hijo, no podemos demorar tanto porque pueden sospechar, en especial Sakura—veo el sobre y otra vez la sonrisa no se va de mi rostro—. Quiero ver a mi nieto¿Crees que sea posible?

—Está en su habitación en este momento, es un niño muy inteligente y muy aplicado—ella sonríe, de hecho le recuerda a mi cuando tenía su edad—. Este sábado lo llevaré al cine y a tomar un helado. Si deseas puedes unirte.

—Quiero acercarme a él con dulzura y mucho cariño—sonreí—. A partir de hoy vendré todos los días.

Asentí, salimos al comedor y al verla no evité abrazarla y llenarla de besos, siento que se acurruca en mi pecho y soy el hombre más feliz del mundo. Se levanta y con algo de vergüenza por haberla besado es que le ofrece a mi madre un plato de deliciosa comida preparada por ella.

A pesar de haber perdido sus recuerdos, la sazón sigue estando intacta, es como si lo tuviera en la sangre. Ahora que lo recuerdo tengo que llevarla para que un médico neurólogo la valore, si ella tiene recuerdos intactos de la cocina puede que también tenga recuerdos de su especialidad; la docencia.

—¿Shaoran?—la miré y está con las mejillas coloradas, muero por besarla pero debo controlarme—. Hice tres leches de chocolate¿Deseas probarlo?

—El chocolate es mi favorito cariño—sus ojos verdes se iluminan—. Has adivinado mi postre favorito.

—No sé si sea eso es que el día de hoy amanecí con un vago recuerdo acerca de un pastel de chocolate y una cena deliciosa, llegaba a un lugar pero no podía ver a dónde y a quién iba a ver—mis ojos se dilatan y pase saliva, ese recuerdo es de la noche que me sorprendió en mi departamento, esa mágica noche donde nos entregamos por primera vez—. A veces siento que ya nos conocemos de hace tiempo Shaoran, pero es solo eso, una intuición.

—Sumi¿Qué pasaría si en tus recuerdos anteriores, estuviera yo?—eso la deja un poco confundida—. Me refiero a que si logras verme en algún recuerdo de tu pasado.

—Creo que podría ser el comienzo de estar recuperando mis recuerdos y creo que…—lo piensa pero al final no me dice nada más—. Olvídalo, es imposible lo que estoy pensando.

Me da un tierno beso para irse a la cocina, estoy seguro que quiso decir sobre el parecido que tenemos Liam y yo. En ese momento escuchamos pasos bajando las escaleras, mi madre tiene mucha suerte, él está bajando con un libro en su mano, está leyendo y a veces que frunce el ceño, significa que algo le dificulta.

Definitivamente es idéntico a mí.

Al vernos su mirada se entrecierra pero no me ve a mí, giro de reojo y mi madre lo observa embelesada, se acerca a nosotros con el ceño mucho más fruncido y cruzado de brazos, es obvio que no está contento con la presencia de mi madre, y me enorgullece que sea así, amoroso y protector con su madre, pero debo hacerle entender que no todos somos malas personas y lo que hizo mi madre ya quedó en el olvido y que está arrepentida.

—¿Qué hace está señora aquí?—Shinomoto y Tsukishiro está vez centran su atención en nosotros—. No es bienvenida aquí, usted es mala, habló muy feo a mi mamá.

𝑉𝑜𝑙𝑣𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑇𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora