Capítulo 25

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Sumi:

Cuando llamé a Akiho para que regrese a casa con los niños su celular estaba apagado eso empezó a inquietarme mucho. La amenaza de esa mujer no era ninguna broma, está celosa y despechada por lo que ha pasado con Shaoran.

Sigo insistiendo y ella no me contesta, decidí ir al parque a buscarlos, eso implicaba a que mi hijo se aleje de mí pero era eso o dejar que lo lastimen, pedí a los guardaespaldas que me lleven, resultó que solo hay dos ya que los demás se fueron con ellos. Debería estar aliviada pero no es suficiente.

Tengo un mal presentimiento.

Al llegar al parque los empecé a buscar, pero no había rastro de ellos, un pánico se apoderó de mí, pedí a los guardaespaldas que me ayuden a buscarlos, había gente con niños y mascotas pero ni Akiho ni Liam estaban en ningún lado.

En eso veo en un árbol a Liam, corrí como loca a su lado llamándolo pero al verme se levantó de golpe y me miró con mucho rencor. Me quedé congelada por la forma en como me ha mirado.

—¿Qué haces aquí?—me pregunto con su ceño fruncido—. La mamá de Taiki me dijo qué estás triste por qué no quiero hablarte pero es la verdad, tú ya no quieres a papá, tampoco a mí.

—Hijo eso no es cierto, te amo como no te lo imaginas, eres mi vida entera—me trato de acercar pero él se aleja desgarrando mi corazón—. Hace tiempo tu papá y yo hemos estado teniendo problemas, pero no tiene nada que ver contigo, el amor que te tenemos sigue siendo el mismo.

—¿Ya no amas a mi papá?—pase saliva, no puedo decirle que jamás he amado a su papá, me acabo de dar cuenta que esa palabra lo he descubierto con Shaoran, nuestro encuentro de la noche anterior me ha hecho ver que estoy perdidamente enamorada de él, y Kaito solo es un tema de agradecimiento por haber cuidado de mi desde que mi familia murió—. Él es bueno, lo extraño, quiero verlo.

Sus lágrimas me rompen en pedazos, me acerque a su lado tocando su cabello achocolatado, ese mismo que tiene Shaoran, sigo preguntándome cómo es posible que sean idénticos, necesito que Yukito llegue ya para que me ayude con todas estas dudas y conjeturas.

Cuando estoy sentada con él, una sombra se acerca a nosotros, levanté la mirada y un hombre todo de negro está frente a nosotros, mi corazón me gritó un peligro inminente. Me levanté cubriendo a mi hijo, justo ese hombre sacó una navaja y mis ojos se abrieron de par en par.

Intenté gritar pero su voz me estremeció, solo cubrí a mi hijo y ese hombre se acercó tanto a mí que no pude reaccionar sintiendo la navaja cerca a mi estómago. Sude frío, sus ojos me traspasaron y en ellos había intensidad y maldad.

—Esto es para que perras como tú se aleje de hombres comprometidos—rápidamente logré tomar su mano y forcejeando hice que mi hijo corriera a buscar a Akiho.

—¡Mamá!—gritó Liam asustado.

—¡Estaré bien cariño!—le dije para que pueda irse y buscar ayuda—¡Vete!

Ese hombre solo quiere hacerme daño a mí, con todas mis fuerzas traté de que soltara la navaja pero rozó uno de mis brazos haciendo un corte. Estaba en desventaja, el tipo venía como un felino hacia mi que me apoyaba en el árbol jadeando por el cansancio.

Veo alrededor y la gente está alejada de nosotros por eso no se dan cuenta de la situación, si grito me clavara la navaja. Cuando veo la navaja siendo preparada para ingresar a mi corazón, un golpe seco se escuchó haciendo que ese tipo caiga al piso noqueado. Veo al causante y es uno de los guardaespaldas que nos cuida. Tras ella está Akiho, Taiki y Liam que me ven con preocupación.

—¡Sumi!—grito Akiho alterada—¡Estás sangrando!

—¡Mami!—mi pequeño me abraza, ese abrazo es todo para mí, no me importo la herida solo sentir a mi hijo conmigo—¡Perdón mamita!

𝑉𝑜𝑙𝑣𝑖𝑒𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑇𝑖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora