Capítulo 3: Memorias fragmentadas

345 44 8
                                    

¿Qué estaba pasando ahora? ¿Por qué lo que Kaito y Shuichi habían dicho se le hacía conocido? La extraña sensación de estar ante una escena previamente vivida no se iba de su cuerpo. Se sentía algo débil, aunque probablemente se debía a que recién había despertado de una siesta merecida tras haber caminado tanto tramo con los dos pequeños, además de lo que había pasado en la ciudad de donde venían. Llamó a los menores para continuar con su camino una vez todo estuvo en orden y retomaron su ruta sin más detenimiento. Observaba el cielo nublado, le preocupaba que la lluvia comenzase a caer antes de que hubiese podido encontrar refugio para los menores, no quería exponerlos a enfermedades.

Pronto avistaron las ruinas de lo que alguna vez fueron granjas y grandes áreas de cultivos. El hedor de sangre, carne chamuscada y demás inundaba la zona, aunque el aroma aminoró cuando comenzaron a caer las gotas de lluvia, leve, pero fría. ___ se apresuró a poner a los pequeño bajo el techo de aquellas ruinas, al menos se aseguró de que no caería y aguantaría más de lo necesario hasta que la lluvia amainase. Se dedicó entonces a revisar la zona, vigilando que no hubiese nada ni nadie peligroso cerca, ella no debía exponer a los menores a nada que pudiese atentar contra sus vidas. Los cadáveres de animales y personas calcinadas se esparcían por el suelo, algunos estaban en tan mal estado que se deshacían con las gotas de lluvia, quedando en una masa oscura y que abundante olor a chamusquina, no obstante, no evitó sentir curiosidad acerca de la posición de los cuerpos. Al menos, los que pertenecían a los animales estaban ubicados de una forma curiosa, pues estos parecían estar rodeando lo que antes pudo ser una huerta, totalmente diferente de los de las personas chamuscadas, pues estos se aglomeraban en ciertos puntos, pero no formaban una curva casi perfecta como lo hacían los de animales quemados. ¿A qué podría deberse esto? Barajaba ma posibilidad de que hubiesen estado ante un peligro determinado, pues si preferían tomar el camino largo a pesar de estar siendo perseguidos para ser quemados, mucho temor debían tenerle a aquella zona que tanto buscaban evitar. Había algo más adelante a lo que probablemente no debería acercarse.

Decidió caminar un poco más para ver con sus propios ojos qué podría ser aquello a lo que los animales temieron tanto, pero solo encontró un pequeño claro lleno de flores que nunca había visto en su vida. No creía que simples flores pudiesen ser peligrosas, al menos, no hasta donde daba su conocimiento.

Se disponía a regresar cuando comenzó a sentir un olor bastante desagradable. No era de los cuerpos quemados ni nada por el estilo, simplemente era algo desconocido para ella, pero el hecho de que era insoportable ya era suficiente para hacer que se echase atrás con tal de alejarse de lo que sea que estuviese dejando salir semejante aroma. La lluvia comenzaba a amainar y las flores de aquel pequeño claro, sorprenden en gente, comenzaban a abrirse ante la disminución notable de las gotas de lluvia, ¿eran esas cosas lo que olían así? No se lo preguntó dos veces, simplemente de alejó hasta no sentir más aquel olor. Decidió volver con Kaito y Shuichi al no haber encontrado nada peligroso o interesante, aparte de aquel sitio cargado de flores extrañas con aroma insoportable a los que ellos no le tendrían interés alguno. La lluvia cesó completamente luego de unos minutos. Momento de partir.

-Más adelante está la ciudad donde viven nuestros abuelos, ¿no? _cuestionó Kaito a su hermano, quien de encontraba pensativo_ ¿Shuichi?

-Oh, lo siento, es solo que desde hace rato estoy sintiendo un olor extraño... Y no me gusta nada _comentó en respuesta a las palabras de su hermano_

-Ahora que lo dices... _inició el pelimagenta tras olfatear un poco_ Que asco, ¿qué es lo que huele así?

A ___ se le hizo familiar el aroma, pues era el que había percibido cuando estuvo en las cercanías de aquel prado extraño. ¿Tan lejos llegaba su olor? Realmente era fuerte, además de insoportable. El paisaje comenzó a cambiar radicalmente conforme se alejaban de aquellas ruinas de granjas, volvían a ver césped verde y árboles en buen estado, no como los incinerados que vieron anteriormente. Kaito se distrajo observando algunas mariposas a un lado del camino, por lo que se retraso con respecto a su hermano y la peli___.

Un grito proveniente de aquel menor fue lo que causó que los dos regantes se detuviesen y volteasen a ver, notando que el pelimagenta no se encontraba junto a ellos.

-¡¿Kaito?! ¿Dónde estás? _llamó su hermano volviendo sobre sus pasos y hallando a su hermano tendido en el suelo, se le dificultaba respirar y comenzaba a palidecer_ ¡Kaito! ¿Qué te pasa?

-¿Qué le ha pasado? _cuestionó la peli___ llegando con ambos niños, inmediatamente preocupándose del estado del pequeño. Comenzaban a marcarse mucho las venas de sus manos y piernas. ¿Por qué se le hacia conocido ver aquello? Quedó ensimismada unos instantes antes de volver a la realidad. Tomó al menor en sus brazos y retomó el camino a su próxima parada, la ciudad que se debía encontrar más adelante_ ¡No te quedes ahí, Shuichi, vámonos! Debemos ver que alguien atienda a Kaito. _añadió, sacando al menor de su trance debido a su preocupación y ambos comenzaron a correr para acortar distancias todo lo posible_

La ciudad no estaba demasiado lejos, pero teniendo que cargar al menor, se le dificultaba bastante acortar distancias corriendo. Igualmente, se sobrepuso a su cansancio debido a que la preocupación por su estado superaba con creces la fatiga. Debía llevarle con un doctor inmediatamente. Por alguna razón sentía ya había visto algo similar en otro momento, aunque no lograba recordar dónde o por qué, sentía malas vibras con solo verlo, eso era suficiente para indicarle que estaba pasando algo que era cualquier cosa menos bueno. La ciudad, para su suerte, no parecía haber sufrido daño alguno, lo mismo para sus habitantes, aunque no parecía ser el caso de los atacantes, sus cadáveres se esparcían por todas las afueras, habían puesto fin a ma invasión enemiga. Justo lo que necesitaban, eso quería decir que las probabilidad de curar a Kaito era bastante alta. Sin esperar mucho más, corrieron al interior de aquella ciudad, siendo reconocidos los menores por los guardias de la entrada debido a que hacían visitas constantes a sus abuelos en aquella ciudad.

Step by Step [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora