Capítulo 26: Nervios

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La casa era tan acogedora como daba a entender su imagen externa. Las paredes blancas le daban un toque de elegancia y ver la gran cantidad de libros que adornaban las estanterías daba a entender que era un hogar de gente culta. Estaba totalmente limpia, ni una mota de polvo o telaraña era visible. Las ventanas abiertas daban paso a brisas agradables que elevaban un poco aquellas cortinitas rojas. Mientras la anciana preparaba el té, la reina se quedó hablando animada mente con el nieto de la susodicha, quien era un encanto de persona con aquella mirada inocente y su hiperactividad. El chiquillo no era nada ingenuo, podía llegar a hablar de cosas que pequeños de su edad no entenderían. Probablemente porque también estudiaba para ser como su hermana y su abuela. Las tazas de té fueron servidas en compañía de dulces galletas pequeñas, desprendían un aroma agradable y su sabor no dejaba nada que desear, aunque era ligeramente diferente al que bebían en el palacio. No por la calidad o algo similar, sino que la anciana explicó que era una infusión que usaba algunas hierbas medicinales. Aquella en especial ayudaba a la relajación de los nervios. A ambos, reina y príncipe, les sentó de maravilla.

-A propósito, ¿___ no se encuentra? _preguntó la reina_

-Oh, ahora mismo está en su habitación, debe de estar estudiando nuevamente. Pasa el día sumida en sus libros.

-Da gusto escuchar que es tan devota al estudio.

-Si desea verla puedo llamarle. De todos modos es hora de que aparte la mirada de las hojas. Tanta lectura en un cuarto pequeño le va a hacer mal _concluyó la anciana mientras se levantaba de su asiento_

-¿No será mejor no molestarla?

-Para quien se dedica a la medicina es mejor conservar la buena vista. _rió la anciana mientras iba escaleras arriba a buscar a la peli___. La reina continuó bebiendo su té tranquilamente_

-¿___ no es el nombre de la chica de la que tanto habla Kiyo? _preguntó el pelimorado, dejando sobre el pequeño plato su taza humeante de té_

-Se hicieron muy buenos amigos. Kiyo dijo que en comparación con él, ella era un médico excepcional. Sus conocimientos le rebasaban con creces.

-Para que Kiyo lo diga...

-No se puede esperar menos de dos personas espléndidas. Talentos así aparecen sin que uno se dé cuenta.

-¿Y por qué viven acá si se les considera salvadoras del reino?

-B-Bueno, eso es un tanto difícil... Si fuesen médicos nobles sería un caso diferente... Pero al provenir de los barrios bajos, dar un título semejante en público es muy complicado... Los nobles no lo aceptarían tan fácilmente. Así que tu padre y yo pensamos otorgarles un hogar aquí. Cuando se haga pública la noticia, será mejor tomada si se trata de un médico común de la franja media.

-Ah... _musitó_ Pensaba que el consejo era más inteligente... _susurró, su madre se echó a reír ante sus palabras_

-¿No acaba de caer bien?

-Ellos nunca me van a caer bien... _sentenció, bebiendo otro sorbo de té_

Se escucharon voces en el piso superior y luego pasos apresurados en la escalera. La anciana volvió a aparecer con su típica sonrisa amable. Al parecer ___ tardaría un poco más en bajar desde que tenía que ordenar su habitación. Había pasado todo lo que iba de la mañana haciendo anotaciones importantes y agrupando los resultados de sus recientes investigaciones, tenía todo hecho un desastre. Hojas por todas partes, hierbas secas en los rincones y frascos ocupando todo su escritorio. Se le escuchaba correr de un lado a otro arriba. La reina no evitó reír ante esto, su hijo en cambio comenzó a ponerse nervioso. Él no era el mejor socializando ni soportando tanta compañía de gente desconocida. Además, después de haber sido el centro de las miradas de las nobles, tener otra chica cerca se le haría un tanto incómodo. La fémina finalmente bajó las escaleras totalmente arreglada.

-Mis disculpas por la tardanza, abuela, altezas. Tuve problemas arriba. _se disculpó, haciendo una reverencia un tanto exagerada. El pelimorado no recordaba que su voz fuese tan agradable. Claro, después de las voces chirriantes de los nobles y sus esposas e hijas, aquello era como escuchar a un ángel cantarle una canción de cuna_

-___, te ves tan agraciada como te recordaba. ¿Aunque un poco más activa? _habló la reina, tomando la mano de la peli___ y haciéndola girar para verle detalladamente_ Toda una mujer, diría.

-Me avergüenza. Sigo siendo una chica que no sabe nada del mundo.

-A mi parecer sabes bastante. Demasiado diría yo. _afirmó la mayor, la peli___ rió con ciertos nervios_ Ya que estamos, ¿qué tal si te unes a la charla? _preguntó, luego se acercó así oído y susurró unas palabras_ Mi hijo está algo tenso por culpa de sus admiradoras, le vendría bien tu compañía.

-¿Eh...? _susurró ella en respuesta_

-El pobre está nervioso porque no acostumbra a salir y ser acosado con la mirada no es muy agradable. Todo un problema. No sabe lidiar con las chicas.

-Suena agotador... _musitó ella_

___ no rechazó la invitación de la reina, tomó asiento al lado de su anula, justo frente al de hebras moradas, que miraba a todas partes sumamente nervioso. Por un momento ___ pensó que el té no hacía efecto, luego reparó en que eran tantos sus nervios que una taza no era suficiente, así que se ofreció a llenarla de nuevo. Sí, el té a Kokichi le sentaba de maravilla, pero recordar que tenía a dos personas delante no ayudaba mucho. La peli___ ya no sabía qué hacer para que dejase los nervios y su madre intentaba hacer que se relajase hablando con él y su abuela de vez en cuando, pero no pasaban ni 3 segundos antes de que volviese a entrar en semejante estado de pánico.

-Alteza, ¿le apetece dar una vuelta? He oído que hoy hay un pequeño espectáculo en la plaza. Seguro que le resulta entretenido. _propuso la peli___ al príncipe, quien abrió los ojos, denotando su sorpresa ante la repentina invitación. Le dirigió una mirada de pánico a su madre, pero esta le mostró una sonrisa que no le gustaba nada_

-¡Excelente idea! Kichi, ¿por qué sales a tomar aire? Creo que estás un poco pálido.

-¿Q-Que yo qué? _preguntó él, queriendo desaparecerse en ese mismo instante_

-Vamos, vamos... _animó su madre, empujándole por los hombros suavemente mientras la peli___ y su abuela iban detrás_ Cuídalo bien, ¿sí? Pasearse entre la gente no es precisamente su fuerte. El pobre es demasiado tímido.

-N-No me avergüences... _musitó él_

-Tranquilo, alteza. Se sentirá mejor si respira un poco de aire fresco _afirmó la peli___ y luego ambos salieron de la casa_

Step by Step [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora