Capítulo 30: Flores en rojo vivo.

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Aquella misma noche era la última de aquellas molestias celebraciones por la unión de dos familias nobles. ___ estaba hasta los cabellos de irritación debido a la cantidad de "cerdos adinerados" que plagaban las calles. Muchos de ellos sumamente desagradables bajo el efecto del alcohol. No soportaba que le coquetearan o intentasen tocar sin su consentimiento. Se encontraba en compañía de Himiko observando las calles desde lo alto de un techo, donde nadie les molestaba. Hasta donde alcanzaba su vista se veían luces de colores cálidos, gente caminando, cantando, bandas tocando y muchísimos puestos pequeños. Esperaban que aquella noche el bullicio no durase demasiado, pues no habían dormido absolutamente nada en las últimas dos noches a causa del escándalo.

-La última noche al fin... _musitó la pelirroja tras un largo bostezo. Frotó uno de sus ojos con la esperanza de que esto le ayudase a aclarar su vista ante el sueño_

-Estos nobles sí que son pesados. ¿A nosotros qué más no da si se casan o no? Que vayan a celebrar a sus casas...

-Eso, eso... _dijo vagamente la pelirroja. Ambas féminas seguían mirando con aburrimiento a la gente ir y venir gritando incoherencias e improperios. La mirada de la pelirroja iba de un lado a otro, denotando cansancio y aburrimiento, hasta que sus orbes rojizos quedaron fijos en algo al final de la calle_ ¿Qué es esta vez?

-¿Qué pasa, Himiko? _preguntó ___ ante el cambio de tono en la voz de su amiga_

-Mira allí _señaló_ ¿Ahora quieren desfilar con antorchas o algo así?

-¿Con toda la iluminación que hay? Deben estar ebrios... _dijo, pero gritos hicieron acto de presencia, lo cual las alertó a ambas de que algo no iba bien_

Por aquella calle se acercaban personas portando antorchas, en un inicio creían que era cosa de los nobles pero se equivocaron radicalmente. Los puestos cercanos a aquellos puntos luminosos comenzaron a arder y la gente comenzó a dispersarse para dar paso a aquellos individuos. Al fuego siguieron flechas y se escuchó el sonido de metales impactar unos con otros. Una vez estuvo todo al alcance de su vista ambas entendieron lo que estaba ocurriendo. Estaban bajo ataque, pero no comprendían de dónde habían salido tantos enemigos en solo cuestión de segundos. Tanto ___ como Himiko bajaron de aquel techo y corrieron donde sus respectivas familias. Avistaron a los guardias que mantenían antes el orden en las fiestas ayudando a la gente a evacuar mientras anunciaban que se estaba llevando a cabo una invasión enemiga. Refuerzos no tardaron en llegar para contener a los agresores. ___ terminó separándose de su amiga debido a que tomaron caminos diferentes mientras eran guardias por aquellos guardias, pero tenían la vaga esperanza de verse en el refugio luego.

Al echar la vista atrás pudo ver grandes columnas de humo y el resplandor de las llamas que consumían todo a su paso. Comenzó a hiperventilar. Estaba pasando de nuevo, era casi como en su mal recuerdo en aquella ciudad. No quería vivir una repetición de aquellos hechos, menos aún en el cruel caso de que su familia fuese parte de las víctimas. En medio de aquel torbellino de pensamientos terminó por separarse de su abuela y hermano menor, por mucho que trató de encontrarles, la gente corría en cantidades y era imposible localizarlos. Decidió que era mejor salir de aquella multitud antes de verse arrastrada por ella y permaneció en la pequeña entrada de uno de los callejones que había entre las casas de la calle. Se permitió calmarse aprovechando la tranquilidad al estar lejos de la corriente de personas que huía bajo la dirección de los guardias, pero no se lo permitió por mucho tiempo. Escuchó pasos resonar a través del callejón, al voltear se vio dos sombras correr por la calle trasera. Por un momento creyó que eran enemigos, pero escuchar metales chocando y ver chispas producidas de los mismos le ayudó a comprender vagamente que había dos personas enfrentándose allí. Se acercó a paso silencioso y se escondió tras unas grandes cajas de madera que encontró pegadas a la pared a su derecha. Sí, se estaba llevandona cabo el enfrentamiento entre dos personas, bastante buenas con el dominio de la espada, debía decir. Por la silueta de una de ellas, dedujo que se trataba de una chica, el otro le superaba con creces en altura y la musculatura de su cuerpo daba a entender que era un hombre. La chica le superaba por mucho en habilidad, pero él respondía con fuerza, era un combate igualado para ambas partes.

-No lo haces nada mal, pequeña rata _dijo el sujeto entre risas_

-No necesito halagos provenientes de la escoria que se atreve a invadir este reino _contraatacó ella, sintiéndose notoriamente ofendida_ ¿Cómo te atreves a invadir el palacio con tu escuadra de buitres carroñeros? ¡No subestimes a la familia real!

-¡Ese viejo ya me tiene harto! ¡Es hora de que entregue su lugar se tome unas vacaciones permanentes!

-¡Insolente! ¡¿Cómo osas insultar al rey?! ¡Nadie que se atreva a mentar palabra contra los aliados de mi reino quedará sin castigo! ¡En guardia! _espetó ella e inmediatamente se lanzó al ataque_

-Mis asuntos no te incumben. ¡Los míos solo quieren derrocar a ese maldito pacifista! ¡Este reino tiene suficiente poder para dominar todo el continente y su rey desperdicia su potencial militar haciendo treguas y alianzas! ¡Seguramente su hijo será igual de imbécil que el padre!

-¡Maldito, deja de blasfemar contra la familia real!

-¿Y si no lo hago qué? ¿Me vas a matar? _se burló, recibiendo luego un corte en su brazo a canbio de aquellas palabras_

-¡Te rebanaré y te daré de comer a los perros como la basura que eres!

-Nada mal... Pero un corte como este no significa nada... Pero de igual modo, deja de hacerme perder el tiempo. ¿Dónde está él?

-Lejos de tus garras, eso seguro.

-Mis compañeros deben estar barriendo los pasillos del palacio. Será cuestión de tiempo antes de que le encuentren. Su cabeza será un regalo perfecto para nuestro querido líder.

-¡No os dejaré poner una mano sobre el príncipe y la reina! _exclamó la fémina. La situación estaba peor de lo que imaginaba. Habían invadido incluso el palacio, justamente cuando menos guardias había en este desde que se avistaron tropas salir y otros tantos se dispersaron por la celebración. El enemigo lo planeó todo demasiado bien para ser cierto_

Step by Step [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora