Capítulo 13: Farsa

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Decir que no estaba nerviosa era una gran mentira. Su abuela le envió al palacio para atender al mismo príncipe. ¿Y si algo salía mal? Solo decapitarla no iba a ser suficiente para pagar semejante error. Caminaba de un lado a otro de su habitación, murmurando incoherencias en un vano intento de no enloquecer. El médico real llamó a la puerta, haciéndola brincar del susto y sacado la de su trance. Inmediatamente le permitió pasar, calmándose todo lo posible.

-Usted es ___, ¿verdad? Yo soy Korekiyo Shinguji, el médico real. Tengo entendido que estaré asistiéndola para llevar a cabo la... Cirugía del príncipe. _habló aquel personaje. Poseía largas hebras verde oscuro, ojos ambarinos y afilados como los de un depredador. Cubría su rostro con una mascarilla y vestía un traje de gala oscuro. Parecía muchas cosas, pero no es el aspecto que se espera de un médico_

-Sí, me llamo ___. Estaré contando con su ayuda. _dijo, pudiendo apenas contener los nervios cuando le fue recordada la causa de su intranquilidad instantes previos. El de orbes ambarinos asintió levemente_

-El rey me ha enviado a preguntar que necesita para llevar a cabo el procedimiento. No escatimará en gastos para que todo sea un total éxito.

-Oh... Pues... _musitó. Pensándolo bien, incluso con las herramientas que su abuela había diseñado no iba a ser suficiente. Fue bastante difícil llevar la primera cirugía a cabo debido a que eran herramientas improvisadas, sería bueno obtener unas más decentes_ De hecho, sí, hay algo que requiere especial atención. Las herramientas que se necesitan son muy específicas, por desgracia las que yo poseo son demasiado rústicas para la tarea...

-En ese caso aconsejo que haga bocetos y los lleve con el herrero al ala este del palacio. Hará un trabajo impecable.

-También me gustaría que aprendiera sobre el método que usaremos, ya que el asunto es bastante delicado... _añadió, el contrario dio un asentimiento. Podía jurar que vio algo de entusiasmo en sus ojos por un momento_

Pasó gran parte de la mañana enseñando al médico real sobre cada pequeño detalle. Este último resultó ser un entusiasta cuando se trataba de aprender algo nuevo y su capacidad para aprender y asimilar cada información era sorprendente. Ya en la tarde, ___ se propuso examinar a su paciente. En compañía de su nuevo amigo, Kiyo, como pidió ser llamado, se encaminaron a la habitación del príncipe. La reina se encontraba allí, notoriamente preocupada. Sobre la cama descansaba su paciente, probablemente el más importante que habrá atendido en su vida. Su piel había palidecido considerablemente, sus cabellos violáceos caían desordenados sobre su rostro y a ambos lados de este. La expresión de su rostro –bastante delicado, por cierto– denotaba paz y su respiración no estaba precisamente entrecortada como normalmente lo estarían los afectados por la situación actual del reino. Este último en especial llamó la atención de la peli___. Al revisar sus brazos, piernas y torso pudo comprobar que no tenía ninguna mancha como otras personas a las que había tenido la oportunidad de examinar. Su mirada seria captó la atención de los dos restantes en la habitación.

-¿Ocurre algo, ___? _preguntó el de hebras verdosas_

-Es extraño que en su piel no haya manchas... _explicó_ Todos los pacientes que he visto hasta ahora tenían una o dos como rasgo característico de la infección, pero el príncipe no tiene ninguna.

-Curioso, sin dudas... _musitó Kiyo, llevando una mano a su mentón mientras se sumía en sus pensamientos_

-¿Es muy propenso a enfermar? _preguntó a la reina, quien se preocupaba más con cada segundo que pasaba_

-Pues... No, la verdad es que no. No suele salir mucho de los terrenos del palacio y padre y yo siempre estamos pendientes de él...

-En ese caso, sería bueno hacerle algunas pruebas. Debemos tener conocimiento de qué le está afectando antes de tomar soluciones.

-La verdad es... _intervino Kiyo_ que ya hemos realizado pruebas, pero no sabemos qué puede tener. Estas no nos revelaron nada inusual.

Le extrañó escuchar aquellas palabras por parte del médico real. Él tenía mucha más experiencia que ella y si no había logrado resultados, la cosa era seria. ___ decidió hacer las pruebas una vez más y la reina no puso objeciones a ello. Kiyo se encargó de tomar muestras se sangre del príncipe y llevó a ___ consigo a la sala que usaban como laboratorio para aquellos exámenes. Era un lugar amplio, lleno de libros de todos los tamaños y de ediciones variadas. Parecía más una biblioteca que un laboratorio. Kiyo llamó su atención avisando que comenzaría a probar los químicos con algunas gotas de sangre para ver las reacciones y ___ no apartó la vista ni un instante.

Tal como Kiyo dijo, no había ningún tipo de reacción, lo cual era demasiado extraño. Eso quería decir que al menos no era una enfermedad lo que atentaba cintra la vida del príncipe. El de hebras verdosas se apartó de aquella mesa y fue en busca de algunos libros que pudiesen ser de ayuda. ___, por su parte, leyó las etiquetas de los frascos. Ninguna de aquellas sustancias se le hacía conocida, su abuela no poseía de esas.

-¿Está bien si aplico los métodos que aprendí para llevar a cabo algunas pruebas más? _preguntó, Kiyo le cedió él lárea de trabajo y ___ sacó de su bolsa algunas hierbas y pequeños frascos que comenzó a mezclar en un mortero bajo la atenta mirada del de orbes ambarinos_

Repitió el proceso varias veces hasta obtener al menos 5 mezclas diferentes y de colores variados. Colocó entonces algunas gotas de sangre sobre un muy pequeño bol de cristal y dejó caer sobre esta iguales cantidades de gotas de una de las mezclas, pero no ocurrió nada. Lo mismo hizo con la segunda y la tercera, pero nada pasaba, lo cual le extrañaba cada vez más. Para cuando llegó a la cuarta, la sangre adquirió se tornó negra. Kiyo observó aquello, sorprendido y confundido a la vez.

-¿Qué puede significar esa reacción? _cuestionó, rebosando de curiosidad_

-Para hacer la explicación sencilla, cada uno de estos 5 frascos contienen soluciones de diferentes hierbas. Cada una de ella sirve para determinar posibles agentes extraños en la sangre. Por ejemplo, la primera era para buscar por algún virus, pero no hubo reacción alguna. La segunda era para determinar deficiencia de sustancias en la sangre, pero tampoco hubo reacción. La tercera se usa para buscar por algún fármaco o droga, afortunadamente no es el caso. Pero la cuarta sí y esta era para buscar venenos disueltos en la sangre.

-¿Veneno? ¿Pero no dices que no hubo reacción a fármacos o drogas? _cuestionó el médico real_

-Exacto. No fue un veneno fabricado. Debe provenir de algún animal venenoso.

-El príncipe no suele exponerse a semejante peligro, ¿cómo es posible?

-Alguien se lo debe haber suministrado. En todo caso, debemos contrarrestarlo antes de que pase a mayores.

Step by Step [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora