Capítulo 23: Normalidad

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Las cosas finalmente comenzaron a calmarse. ___ regreso años barrios bajos para ayudar a su abuela y cuidar de su hermano menor. Finalmente se veía algo de normalidad después de una dura crisis a causa de la infección producida por las esporas blancas. Lamentablemente, hubo que quemar el pequeño bosque infectado y quienes vivían en las cercanías fueron trasladados a otro lugar. Se procuró que pudiesen continuar con sus vidas como lo eran, aunque tardarían en acostumbrarse a su nuevo entorno.

La anciana regresaba a casa después de otro día de trabajo. Se veía exhausta. ___ no tardó en ayudarle con sus cosas y ofrecerle una relajante taza de té que la mayor aceptó gustosa, pues lo echaba en falta. Enseñar a tantas personas y tratar a otras tantas era sumamente agotador para alguien de su edad, pero hacía todo cuanto podía para ayudar a la gente.

-Así que, ¿cómo te fue allá, ___? _preguntó la anciana, relajada y descansada tras terminar su taza de té_

-Oh, el príncipe no requería una cirugía. Le habían estado suministrando veneno de cobra. _le contó, la mayor le miró, atónita. Si bien era sabido que el príncipe no llevaba una vida fácil con los constantes intentos de secuestro que sufría, no esperaba que alguien quisiera llegar tan lejos como para atentar contra su vida_

-¡Veneno de cobra! ¡Espantoso! No recuerdo que hubiesen casos de envenenamiento en este reino. Por lo general es muy tranquilo y no se encuentran muchas criaturas peligrosas en las montañas y los bosques. ¿Cómo llegó una cobra al palacio?

-Se cree que el infiltrado que había... Bueno... Los infiltrados, la tenían oculta en alguna parte y pretendían dejar que mordiera al príncipe para evitar las sospechas si se llegaba a descubrir la causa de su malestar. No lo lograron y uno de ellos tuvo que matar a la cobra dada la situación. Con la ayuda del médico real hicimos un antídoto, el príncipe debe estar bien y sano ahora.

-Has aprendido bastante de esta experiencia, imagino. _sonrió la mayor, la fémina asintió con una sonrisa. Sintió dos brazos pequeños rodear sus piernas, su hermanito acababa de regresar de una ajetreada tarde con sus amigos_

-Vaya, casi me tiras al suelo. _río la peli___ mientras acariciaba la cabeza del menor_

-Perdona, hermana. _se disculpó con su típica sonrisa_ ¿Es verdad que conociste a la familia real? _preguntó. Ella ladeó su cabeza con confusión por unos instantes, pero luego asintió a su pregunta_

-¡Se los dije! _exclamó en dirección a la puerta. Sus amigos estaban escondidos tras las paredes, pero luego salieron corriendo al verse descubiertos_

-¿Qué está pasando?

-Ellos no me creían cuando se los dije. Decían que alguien de los barrios bajos nunca podría conocer a la familia real ni mucho menos salvar al príncipe.

-Es su problema que quieran creer eso o no. No deberían pelear con cosas tan triviales.

-Pero no es... Tri... Ehmmm.. ¡Eso! ¡Es súper importante! El príncipe es el futuro rey y tú le salvaste la vida. _exclamó, la fémina rió ante su dificultas para hablar. Su hermanito nunca dejaría de parecerle lo más adorable del mundo_

-Bueno, bueno. No le des mucha importancia. Todo está bien ahora y eso es lo que cuenta.

-Respecto a ese tema, ___. _habló su abuela, llamando la atención de ambos hermanos_ Esta mañana he recibido una carta del palacio...

-¿Oh? ¿Ha ocurrido algo?

-No, se trata de la recompensa que te proveerán por tu gran ayuda... _dijo la mayor sacando el sobre de su bolso de cuero_ ¿Qué te parece la idea de salir de acá y vivir en la franja media?

-¿Cómo? _cuestionó, más sorprendida que confundida. La franja media era una ciudad normal. Por supuesto, era mucho mejor que los barrios bajos, era la división entre aquel sitio y las residencias de los nobles_ ¿A qué viene eso?

-Es la recompensa que te han ofrecido. Por supuesto, puedes elegir permanecer aquí, pero no dudo que la reina piense en otra cosa y no tarde en enviar otra carta.

-Ay Dios... _musitó ella_

La verdad era que le convenía aquel cambio de hogar. En especial para su abuela y su hermano menor. Podría darle a la anciana un estilo de vida mejor y acorde a su edad y su hermano crecería en un mejor ambiente. Lejos de los crímenes repetitivos y grotescos para su edad. Era mucho mejor que rechazarlo y permanecer allí, donde el peligro asechaba a cualquiera y las condiciones no eran las mejores. Después de pensarlo, ___ decidió que lo mejor era aceptarlo, aunque tardarían bastante en adaptarse y trasladar todo el marerial y sus pertenencias. Su hogar estaba lleno de los manuscritos de su abuela, incluso tenían un pequeño parcela repleta con hierbas medicinales que habían sembrado desde hacía algún tiempo para sus estudios. Tendrían que recolectarías y volverlas a sembrar en su nuevo hogar. Era muchísimo trabajo para ser una mudanza. Les tomaría uno o dos días, pero habían decidido dejarlo para cuando finalizace la situación con las personas infectadas, así podrían encargarse de todo con más tranquilidad.

___ veía a su hermano correr felizmente de un lado a otro de la casa. Probablemente jamás había soñado con salir de un lugar como aquel y ansiaba hacerlo. Si abuela se preocupaba más por cómo sería su nueva vida. Había estado manteniendo aquel estilo de vida por años, le costaría bastante. Pero pensar que sería una mejor vida le hacía pensar que tal vez no sería tan malo adaptarse a las nuevas comodidades. La peli_ incluso le propuso abrir una pequeña clínica para no tener gente entrando y saliendo de su casa, idea que la mayor se pensó muy bien, pues ciertamente sería algo bueno. A ___ le parecía una buena forma de traer cambios a su vida, aunque la idea de estar tan cerca de los nobles no le hacía mucha gracia después de haber tenido tantas malas experiencias con ellos en otros tiempos. Desde que tenía uso de la razón solo había recibido maltratos por parte de la alta sociedad, aunque esperaba poder deshacerse de esos recuerdos eventualmente...

Step by Step [Prince/PG!Kokichi Ouma x Plebeian!Reader] © RoseSanae55Donde viven las historias. Descúbrelo ahora