Capítulo 9

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Cuando llegaron al departamento Jin le ayudó a entrar la silla de ruedas que su padre le había entregado mientras Jungkook estaba adentro,  luego se despidió para que Jungkook se ocupara de atender a Jimin.

Jungkook miraba a Jimin dormir sentado a su lado,  decir que no le dolía verlo en ese estado sería una mentira,  a pesar de que el no había abandonado su terapia con el psicoterapeuta,  aún le quedaban resquicios de culpabilidad,  si esa noche no hubiera conducido,  si no hubiera cerrado los ojos esos segundos,  nada de esto estaría pasando, en  su cerebro se repetía una y otra vez.

Se secó unas lágrimas que se deslizaban silenciosamente por sus mejillas y siguió mirando a su esposo por incontables minutos,  nunca se había cuestionado el amor que sentía por Jimin,  amarlo era tan natural como respirar,  ahora sabía que su existencia no tenía sentido sin ese amor,  ahora se daba realmente cuenta que lo amaba con todas las fuerzas de su ser.

Se levantó para ir a cocinar algo que Jimin pudiera comer,  presentía que  también había dejado de alimentarse adecuadamente,  lo miró una última vez antes de salir y besó su frente,  hasta su piel estaba seca y deslucida.

Jimin siempre había cuidado extremadamente su cuerpo,  su piel era muy importante por su carrera de modelo,  para que decir su cuerpo y alimentación,  era bailarín con cada célula de su cuerpo,  eso era lo que más lamentaba Jungkook,  nunca más sería lo que fue, ese era su tormento diario.

Cocinó una sopa de verduras como las que solía hacerle a Jimin cuando estaban en casa,  porque Jimin no sabía distinguir un sartén de una olla,  disfrutaba comer sano, pero odiaba cocinar,  generalmente se sentaba  con una copa de jugo de fruta natural a verlo cocinar y hablar relajadamente de sus trabajos,  amigos,  familia, Jungkook adoraba esos momentos en que eran sólo ellos dos compartiendo su hogar.

Unas cuantas lágrimas volvieron a correr al recordar aquellos momentos.

Cuando terminó fue al baño se lavó la cara se miró al espejo y se dio ánimo,  necesitaba estar bien cuando Jimin lo viera.

Entró con la bandeja y la dejó en la mesita de noche luego se acercó a la cama,  Jimin estaba despierto.

- ¿ Bebé?, te traje algo de comer- le habló suavemente Jungkook.

- Dame un poco de agua,  por favor- le pidió Jimin con voz rasposa.

Jungkook le sirvió un vaso y se lo acercó a los labios,  tomó unos pequeños sorbos y volvió a recostarse.

- Gracias- susurró despacito Jimin y cerró los ojos.

- Tienes que comer bebé- le repitió Jungkook.

- No tengo hambre- le respondió Jimin.

- De igual manera,  necesitas alimentarte- le replicó Jungkook y tomó la bandeja y la puso al lado de Jimin.

- No me dejarás en paz hasta que coma, ¿ verdad?- dijo Jimin suspirando cansado.

- No, tienes que comer aunque sea un poco- le respondió Jungkook.

Jimin lo miró y se enderezó un poco contra las almohadas.

- ¿ Puedes hacerlo tú sólo?- le preguntó Jungkook.

- Me cortaron las piernas,  no los brazos- le respondió cortante Jimin.

Jungkook se lo dejó pasar,  lo importante era que comiera algo,  así que como si no le dolieran sus palabras  le acomodó la bandeja para que lo hiciera.

- ¿ Te vas a quedar aquí?- le preguntó Jimin mirándolo- te dije que iba a comer.

- Bebé,  no soy tu enemigo,  ¿ puedes dejar de estar a la defensiva?, y sí,  me quedaré aquí hasta que termines,  luego hablaré contigo- le dijo con paciencia Jungkook.

Jimin resopló disgustado, pero empezó a comer,  no se comió todo,  pero por lo menos algo entró a su estómago, Jungkook retiró la bandeja y la volvió a dejar en la mesita.

- ¿ Estás cómodo?, ¿ necesitas algo?- le preguntó ahora Jungkook sentándose a su lado.

- Estoy bien- le respondió Jimin ¿ cómo le decía que las piernas que no tenía le dolían como la mierda?.

- Minie,  si tienes dolor sólo dímelo,  no tienes porqué aguantarlo- le dijo Jungkook preocupado sabiendo que Jimin mentía.

Jimin cerró los ojos y las lágrimas rodaron por los costados de sus ojos.

Jungkook al verlo no lo dudo ni un segundo y lo atrajo a sus brazos depositando besos en sus sienes, Jimin sintió su calidez,  lo había extrañado tanto, así que dejo salir su llanto sin contenerse mojando el pecho de su esposo.

- Llora amor,  desahogate,  no dejes nada adentro- le susurró Jungkook acariciando su espalda como si fuera un niño pequeño.

- Tengo miedo Jungkook,  no sabes lo aterrorizado que estoy,  siento que caigo en un vacío oscuro y no tengo fuerzas para impedirlo,  mi mente no puede encontrar una salida,  y tengo dolor en mis piernas,  aún siento mis piernas,  me está volviendo loco- gimió como un animal herido y desamparado.

- Estoy aquí,  siempre estaré a tu lado, déjame ayudarte,  promete que dejarás que lo haga- le suplicó Jungkook secando con sus dedos la cara de Jimin.

Jimin lo abrazó lo más fuerte que pudo asintiendo con su cabeza.

- Quiero dormir,  estoy muy cansado- le susurró Jimin.

- Está bien,  me quedaré a tu lado hasta que duermas- le dijo Jungkook acomodando su cabeza sobre su brazo.

Jimin cerró los ojos se sentía agobiado y agotado,  los sentimientos de rabia y frustración pasaban por su cabeza una y otra vez,  por eso preferiría dormir y olvidarlo todo,  su único cable a tierra era Jungkook y se aferró a él con fuerzas no de forma consciente,  era una sensación que no podía explicar,  sentía que si se soltaba de él,  el vacío y la oscuridad lo consumiría por completo.

Se quedó dormido después de un rato,  Jungkook  nunca dejó de acariciarle la espalda hasta que  lo vio completamente dormido,  pero era un sueño inquieto,  lo notaba tenso y apretaba constantemente sus labios.

Se separó cuidadosamente y salió de la habitación.

Marco el número del psicoterapeuta,  se sentía frustrado al no saber cómo ayudar a Jimin.

Después de hacerlo se sintió un poco más tranquilo,  al otro tenía una cita con el para que evaluara a Jimin,  le dijo que la clave para todo era la paciencia y muchas dosis de amor y esperanza.

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