Jungkook miraba a Jimin durmiendo sobre su pecho en aquella pequeña cama de hospital y no podía dejar de mirarlo y sonreír, se sentía completo con él entre sus brazos.
Se imaginaba por el infierno que debió haber pasado cuando lo encontró tirado e inconsciente en el baño de su casa, pero por lo visto Jimin no se dio por vencido, podían creerle o no, pero el sintió a Jimin y su voz durante todo el tiempo que estuvo en coma, incluso podía percibir cuando no estaba con él y la calidez de su mano cuando volvía, Jimin sin darse cuenta fue lo que lo mantuvo conectado a éste mundo, había sido su salvación.
Jimin abrió los ojos lánguido y perezoso, hacía mucho que no tenía un sueño tan reparador, se encontró con los ojos de Jungkook mirándolo y su boca sonriéndole.
- Hola bebé- susurró Jungkook besando su frente.
- Hola- Jimin se perdió atrapado en sus orbes oscuras, restregó su nariz en su mentón para luego depositar un beso y luego estirarse como un gato lo que hizo reír a Jungkook.
- Te ves tan hermoso- Jungkook besó ligeramente sus labios suspirando después de hacerlo.
Jimin lo abrazó con cariño y amor y lo apretó fuertemente para asegurarse que no era un sueño.
- Tengo tanto que contarte Kookie, pequeñín te ha extrañado demasiado, ¿ sabes?, los primeros días ni siquiera quería comer, ¡ con lo glotón que es!- Jimin se puso a reír.
- Pobrecito, le faltaban sus papás- dijo Jungkook imaginándose la tristeza de pequeñín al verse sólo y con extraños- ¿ y ahora?, ¿ está mejor?
- Sí, Ana lo ha cuidado y mimado, ahora es amigo de todos en casa, claro que llora cada vez que lo dejo- suspiró Jimin.
- A partir de hoy ya no lo dejaremos, creo que Dios ya nos dio suficiente drama, ¿ te cuento un secreto bebé?- Jungkook lo miró sonriendo.
Jimin asintió apoyando su cabeza en el hombro de su esposo.
- Dios me dijo que ahora debemos agradecerle y ser felices a tiempo completo- Jungkook le apretó la nariz.
- ¿ Hablaste con Dios?- preguntó Jimin sorprendido.
Jungkook se largó a reír.
- No bebé, pero creo que así lo desea, ¿ tú no?- lo miró esperando su respuesta.
- También lo creo amor, no vamos a defraudarlo, seremos felices cada segundo de nuestra vida hasta que seamos unos viejitos arrugados como pasas- le respondió Jimin sonriéndole.
- Serás una pasa muy sexy- Jungkook le cerró un ojo coqueto.
Jimin se largó a reír, y rió mucho porque Jungkook estaba ahí con él.
Ese fue el último día de Jungkook en el hospital, claro que el doctor les advirtió a ambos que los primeros seis meses debía tener una evaluación mensual y ante cualquier mínimo malestar debían acudir inmediatamente al hospital, así como tomarse las cosas con relativa calma, refiriéndose al trabajo, los primeros dos meses.
Cuando llegaron a la casa con Tae hyung y Jin que habían ido por ellos, se encontraron con una bienvenida sorpresa que habían preparado entre todos, la casa estaba llena de globos y flores, Jungkook se puso a llorar, era bueno regresar al hogar.
Se podía decir que se respiraba calidez y felicidad en cada rincón y porsupuesto pequeñín fue la guinda de la torta, no paro de gemir y llorar por lo menos sus diez minutos y no había fuerza humana que pudiera alejarlo de sus padres.
- Yo también te extrañé- Jungkook apoyo su cabeza en la de pequeñín que a través de sus ojitos y lamentos parecía decirle que nunca más se fuera.
Ana fue la siguiente en rodearlo con sus brazos.
- Bienvenido a tu hogar muchacho- Ana lo dijo con voz emocionada y Jungkook le beso ambas mejillas, tenía una deuda enorme con aquella mujer.
Era una casa llena, llena de amor, llena de gente que los quería, llena de felicidad.
Los padres de Jungkook y la madre de Jimin se quedaron por el resto de la semana y el domingo se fueron a Seúl ya más tranquilos, Jin se quedaría con ellos por un tiempo terminando los proyectos inconclusos de Jungkook porque necesitaba consultar con él para terminarlos, el más feliz con esta noticia era Tae hyung.
La madre de Jimin buscó un momento para hablar a solas con Jungkook.
- ¿ Puedo pasar?- preguntó la madre de Jimin.
- Pasa Jade- Jungkook le sonrió y le señaló el asiento frente a su escritorio.
- Necesito hablar contigo...y pedir que me perdones- dijo Jade con arrepentimiento.
- No hay nada que perdonar- Jungkook tomó sus manos por encima de la mesa.
- Sí, hay mucho, fui una egoísta y por mi culpa casi arruino la vida de mi hijo- unas lágrimas cayeron por sus mejillas.
- Pero no pasó, Jade, deja el pasado atrás, nosotros lo hicimos, todos nos equivocamos alguna vez, yo...yo no guardo rencor, eres su madre Jade y Jimin te ama- Jungkook no dejó de sonreírle.
- Cuando lo vi, no podía creerlo, se ve tan bien, tan fuerte y ahora tan feliz y se que todo es gracias a tí, a que nunca te rendiste y también se que debió ser difícil- la sra Park sonrió y apretó la mano de Jungkook.
- No me arrepiento Jade, cada minuto de dolor ha sido recompensado con creces, Jimin y yo somos felices, esa es nuestra mayor logro, así que también sé feliz Jade, también te lo mereces- Jungkook se levantó de su asiento y rodeando la mesa de su escritorio la abrazó.
Jimin los observaba en silencio, había ido a ver a su esposo y no quiso entrar para no interrumpir, pero ahora se acercó y se sumó al abrazo.
Ese domingo se despidieron en el aeropuerto entre lágrimas y risas, era triste verlos partir, pero esa navidad la celebrarían todos juntos, en tan sólo dos meses más volverían a verse, eso les quitaba un poco la tristeza de la separación.
Jimin abrazado a su esposo los vio alejarse a todos ellos, Jungkook como siempre era su lugar seguro y cálido, ahí a su lado.
- ¿ Regresamos a casa bebé?- Jungkook le secó sus lágrimas y Jimin sonrió.
- Sí mi amor, regresemos a nuestra casa, nuestro hijo nos espera- Jimin sonrió y tomando el brazo de su esposo empezaron a caminar de regreso a su hogar.
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Renacer
FanficEran una pareja feliz y enamorada...hasta el día del accidente. Jimin, modelo y bailarín. Jungkook arquitecto renombrado. Eran una pareja envidiada por lo mucho que se amaban. Después del accidente Jimin descubrió que nunca más sería bailarín...