Eran una pareja feliz y enamorada...hasta el día del accidente.
Jimin, modelo y bailarín.
Jungkook arquitecto renombrado.
Eran una pareja envidiada por lo mucho que se amaban.
Después del accidente Jimin descubrió que nunca más sería bailarín...
Todo se transformó en un caos después de la noticia que el cirujano les dio a los padres de Jimin.
La señora Park fue llevada a urgencias por su desmayo para estabilizarla el señor Park fue con ella, estaba desolado, pero debía seguir firme por su esposa e hijo.
El señor Jeon volvió a la habitación dónde estaba su hijo, cuando entró su cara pálida alertó inmediatamente a su esposa, Jungkook seguía inconsciente.
El señor Jeon se sentó en un sofá de la habitación y se tomó la cabeza con sus dos manos y cuando su esposa se sentó a su lado y lo abrazó el llanto que había estado conteniendo se desbordó en desgarrados sollozos.
- ¿ Jimin?- preguntó con temor la señora Jeon al ver el dolor de su marido.
El se aferró más fuertemente a ella humedeciendo su hombro mientras ella le acariciaba la espalda dándole su apoyo.
- Hana- se detuvo unos segundos antes de continuar hablando- Jimin...Minie...le amputaron sus piernas- terminó el señor Jeon mientras los sollozos lo sacudían nuevamente.
- ¡No, no, mi niño!- las palabras sonando con un dolor inmenso mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.
- Sí, Hana, es terrible, no quiero imaginar lo que esto significará para nuestros muchachos...para los padres de Minie, ¡ Dios porqué!- se lamentó con dolor el padre de Jungkook.
Fueron interrumpidos por la enfermera.
- Esta despertando- los miró compasivamente- no le digan nada aún, primero hablen con el doctor- les pidió la enfermera.
El señor Jeon se secó las lágrimas y trató de recomponerse.
- ¿ Hana?, sí no puedes...
- No, seré fuerte, nuestro hijo y Minie nos necesitan- dijo la señora Jeon y se secó las lágrimas de un manotazo- lo importante aquí es que siguen con vida.
Jungkook abrió los ojos y enfocándose logró ver a sus padres al lado de su cama.
-¿ Jimin?- sentía como si la garganta le quemara- ¿ dónde está Jimin?- volvió a preguntar.
Su madre tomó su mano y la acarició suavemente.
- ¿ Recuerdas algo?- le preguntó su padre.
Jungkook asintió débilmente.
- Tuvimos un accidente, pero ¿ Jimin?, ¿ dónde está mi esposo papá?- preguntó con su voz angustiada tratando de levantarse.
- No, por favor, no puede levantarse- le dijo la enfermera que recién Jungkook notó al otro lado de su cama.
- Hijo Jimin está en otra habitación, su estado es más complicado que el tuyo, pero está fuera de peligro, tranquilo y haz caso a la enfermera- le respondió su padre.
- ¿ Está bien?, ¿ no me están mintiendo?- Jungkook volvió a preguntarle a su padre.
- Tranquilo, sus padres están con él, fue un grave accidente, están vivos de milagro- le respondió el señor Jeon.
- Fue mi culpa papá...
- Hijo no digas eso- le dijo su madre y unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.
- Me dormí manejando, es mi responsabilidad, Jimin se había dormido y no alcancé a ponerle el cinturón, necesito verlo, no estaré tranquilo hasta que lo vea- Jungkook trató nuevamente de levantarse.
- No puedes, él aún está sedado, y tu no puedes moverte, tienes dos costillas rotas y una conmoción cerebral, apenas puedas te llevaremos a verlo- le dijo su padre y el corazón se le hizo un nudo.
Jungkook se recostó con dolor, pero su dolor interior era aún mayor, presentía que sus padres no le estaban diciendo toda la verdad, podía leerlo en sus rostros angustiados.
El doctor entró a la habitación y se acercó.
- Despertaste muchacho- le dijo sonriendo- ¿ estás con mucho dolor?
Jungkook asintió.
- Te inyectaré unos analgésicos, necesitas reposo, tardarás al menos unas seis semanas en estar bien y que las costillas cicatricen- le explicó el doctor- en cuanto a tu lesión en la cabeza todavía estás en observación aunque el escáner no mostró ningún sangrado, eso es bastante bueno.
A Jungkook lo que menos le interesaba era su estado, necesitaba asegurarse que Jimin estuviera bien.
- ¿ Doctor?, ¿mi esposo?, ¿ Cómo está mi esposo?- preguntó Jungkook sin dejar de observarlo.
La mirada que cruzaron sus padres y el doctor no le pasó inadvertida.
- Jimin, tu esposo, está más delicado que tú, recibió el impacto del accidente de forma directa, acaba de salir del quirófano, pero su vida no corre peligro- le explicó el doctor.
Jungkook empezó a llorar, las lágrimas eran como ácido, pero no podía detenerlas, sentía la mano de su madre apretando fuertemente la suya.
- El paciente necesita descansar- habló el doctor- mañana pueden visitarlo nuevamente.
- Hijo, mantén la calma, iremos a ver a Minie ahora, ¿ de acuerdo?- le preguntó su padre.
- Papá...dile que lo amo- le susurró Jungkook- dile que lo siento...
El señor Jeon asintió y salió junto a su esposa de la habitación.
El doctor le inyectó analgésicos y revisó sus ojos y cabeza, después del chequeo le dio intrucciones a la enfermera.
- Más tarde paso a revisarte, trata de descansar, es el único medicamento que puede curarte- le dijo el doctor antes de abandonar la habitación.
Jungkook no podía, mientras no viera a Jimin no podía.
Por la noche el doctor pasó nuevamente a revisarlo y le inyectó otra dosis de analgésicos para que pasara una noche con menos dolor, la enfermera cambiaría de turno así que la habitación quedó a solas.
Jungkook sabía que debía aprovechar está oportunidad, escuchó a la enfermera hablar con el doctor de la habitación dónde estaba Jimin, tenía que verlo, decirle cuánto lamentaba todo.
Pararse de la cama requirió de un esfuerzo sobrehumano, se sentía mareado y le faltaba el aire, nunca respirar le había causado tan terrible agonía, pero lo hizo, tenía que hacerlo.
El trayecto fue un infierno, tenía que parar para respirar cada pocos pasos, pero nada lo detendría.
Abrió la puerta de la habitación donde se encontraba Jimin, dos enfermeras levantaron la cabeza al sentir la puerta abriéndose, Jungkook estaba pálido, no podía quitar la vista de Jimin Jimin inconsciente, pero eso no era lo que lo impactó, sus ojos no podían dejar de mirar las dos piernas amputadas de su esposo.
Un grito desgarrador se formó y subió por su garganta y luego todo se volvió oscuridad.
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