Capítulo 30

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Mi-Suk los encontró besándose en la cocina cuando bajó a tomar desayuno,  pero ellos ni cuenta se dieron de su llegada hasta sentir a pequeñín gruñendo al lado de sus piernas.

Aún con una sonrisa de felicidad ambos se voltearon a verla.

- Buenos días Mi-Suk- le sonrió Jimin con los brazos de Jungkook rodeándolo.

No dejaría que su prima le arruinará el momento ni el día pensó Jimin cuando vio su cara agria y malhumorada.

- Es un poco de mal gusto verlos así- dijo buscando una taza para prepararse un té verde.

- ¿ Porqué?, es mi esposo y estamos en nuestra casa- le dijo Jungkook.

Mi- Suk le dio una mirada asesina y siguió preparando su desayuno.

- Pero no están solos- replicó Mi-Suk de mala manera.

Jimin suspiró y le hizo un gesto a pequeñín para que lo siguiera, mordiéndose la lengua para no ser grosero con su prima.

- Sacaré a pequeñín al patio para que haga sus necesidades matutinas- Jimin le dio un piquito a Jungkook y salió con pequeñín pisándole los talones.

Jungkook no lo iba a dejar así,  quería dejarle claras las cosas a Mi-Suk.

- Mi Suk,  hiciste sentir mal a Jimin,  no tienes idea por lo que ha pasado, no necesita que le sumes más problemas- Jungkook la miró advirtiéndole.

- Lo siento- sonrió mostrando sus dientes perfectos- sólo estoy un poco estresada con el trabajo.

- Comprendo, pero no te desquites con mi esposo- Jungkook la miró sin sonreír.

- ¿ Puedo preguntarte algo?- le dijo Mi-Suk dejando su taza en la mesita.

Jungkook asintió con la cabeza de bastante mala gana,  quería salir de la cocina,  el malhumor podía contagiarlo y estaba demasiado feliz para permitirlo.

- ¿ Estás con mi primo por amor o por qué te sientes culpable?- Mi-Suk levantó una ceja y sonrió.

Jungkook se sentía furioso con la pregunta.

- Ni siquiera voy a responder- salió rápidamente antes de olvidarse que Mi-Suk era familia de Jimin.

Jimin se ocultó para que su esposo no lo viera al salir de la cocina,  había escuchado la venenosa pregunta de Mi-Suk. Luego que Jungkook desapareció entró para enfrentar a Mi-Suk por primera vez.

- Te quiero fuera de mi hogar hoy- Jimin  hablo calmado,  pero apretó furioso sus manos para no darle una bofetada.

Mi-Suk se puso pálida al verse confrontada por su primo.

- A mi tío no le agradará nada saber lo descortés que estás siendo conmigo- sonrió destilando veneno y manipulando la situación a su favor.

Jimin largó una carcajada.

- ¿ En serio lo crees cuando le diga las razones de porqué lo hago?, es mi padre Mi-Suk,  si  dejé pasar lo de antes fue por no crear problemas en la familia,  tú padre y el mío se aman,  pero no dejaré que otra vez me quieras joder mi vida,  ¿ entendiste?- Jimin echaba chispas por los ojos.

- ¿ Vida?, ¡qué vida Jimin!,  no seas iluso,  ¡mírate por Dios!,  con piernas ortopédicas,  dependiendo de la compasión de tú esposo, ! pobre hombre!  debe ser un suplicio fingir que le gustas así como estás, deja de ser egoísta y dale la libertad para que vuelva a rehacer su vida- Mi-Suk no ocultó el  odio en sus palabras.

Jimin sintió como su prima lo lastimaba con sus palabras,  pero él había cambiado,  no dejaría que alguien como Mi-Suk instalara dudas nuevamente sobre Jungkook,  él conocía a su esposo,  Mi-Suk no.

- ¿ Con alguien cómo tú?, lo dudo, nunca superaste que Jungkook te rechazara y me eligiera a mí,  ¿verdad?, aún así ahora me eligió nuevamente y aunque te le ofrecieras en bandeja de plata,  lamento decirte que seguiría eligiéndome, ¿ eso es lo que te molesta, verdad?- Jimin sonrió irónicamente.

- Te odio,  no sabes cuánto- escupió Mi-Suk sintiéndose humillada.

Jimin suspiró.

- Nunca he entendido tu odio hacia mí, me corrijo,  no pensé que me odiaras yo nunca te hice nada,  Jungkook y yo ya éramos novios cuando lo conociste,  de verdad no te entiendo,  el molesto debiera ser yo porque trataste de separarnos, ¿ o lo has olvidado?- Jimin dejo caer su mano a un costado con desilusión.

- ¿Jungkook?, sólo lo hice para lastimarte Jimin,  no tengo interés real en él,  es todo Jimin,  siempre eras el mejor,  mejor modelo,  mejor bailarín,  mejor hijo,  mientras que yo tenía que conformarme con estar a tú sombra,  por eso me fui a Japón y cuando supe de tú accidente me alegré mucho,  el perfecto Park Jimin ya nunca más lo sería y por eso vine,  quería ver con mis propios ojos tu caída- su mentón temblaba de ira y odio.

- Que pena Mi-Suk,  a mis ojos tú estás más jodida que yo,  estás enferma de odio, nunca supe que te sentías así,  tú eras mi única prima y de verdad te apreciaba,  busca ayuda profesional y date la oportunidad de ser feliz- Jimin ya no sentía furia,  sentía una enorme tristeza por Mi-Suk.

- ¿ Ahora tú me tendrás lástima a mí?- las palabras salieron duras y ácidas- no seas ridículo,  no necesito tú compasión,  soy rica, bella y famosa, todo lo que  tú  no eres ahora ¡no te atrevas a compadecerme!.

- No lo hago,  por eso quiero que te vayas,  tampoco te odio,  no voy a gastar mi energía en ese horrible sentimiento,  quiero ser feliz y defenderé esa felicidad con uñas y dientes...ojalá tú también lo seas algún día- Jimin suspiró cansado- iré a mi habitación,  cuando bajé espero te hallas ido- Jimin salió de la cocina sin mirar atrás.

Jungkook lo esperaba afuera,  había escuchado todo y tomándolo en sus brazos lo llevó a la habitación dónde le dio todo el consuelo y apoyo que Jimin necesitaba y merecía.

- Estoy tan orgulloso de tí,  bebé- Jungkook beso sus dedos una y otra vez- tuve tanto miedo que Mi-Suk otra vez te hiciera retroceder,  pero cuando te oí,  cuando dijiste que creías en mí y en nuestro amor,  te juro que mí corazón explotó de felicidad y orgullo,  ¿ cómo no amarte si eres tan perfecto para mí?

Jimin lo abrazó sollozando,  ese era Jungkook,  su Kookie,  su esposo,  el hombre que siempre lo elegiría a él y sólo a él.

- ¿Sabes?- Jimin enjugó con su mano las lágrimas que  se le escapaban- en parte fue bueno que Mi-Suk viniera,  ahora ya no queda nada sin decir entre ella y yo, además me di cuenta de la hermosa vida que tengo,  no me hacen falta mis piernas para eso,  nunca fui tan feliz como lo soy ahora,  amo a éste nuevo yo, amo mi vida sencilla contigo,  amo que nunca te rindieras conmigo- Jimin sonrió entremedio de sus lágrimas y lo besó dulcemente.

Jungkook sonrió al escucharlo decirle todo aquello,  siempre sería así para él,  porque su vida no la concebía sin su Minie a su lado, simplemente el había nacido para amarlo y eso no cambiaría ni en un millón de años.

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