Capítulo 7

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El único lugar, en esos momentos que Jungkook se sentía literalmente por los suelos, era la casa de sus padres,  necesitaba un abrazo apretado de ellos,  sentirse cálido por unos segundos.

Sus padres no le preguntaron nada,  no era necesario al ver su estado de desolación,  Jungkook simplemente se dejó llevar hacia el interior y recibió con agradecimiento el abrazo de sus padres, no se sentía preparado aún para contarles lo que había sucedido con Jimin.

Durmió todo el resto de la mañana en su antigua habitación y despertó con un fuerte dolor de cabeza,  en realidad todo le dolía,  pero sobretodo su magullado corazón.

Al rato bajó, su madre estaba en la cocina y su padre en la salita de estar.

- ¿No fuiste a trabajar papá?- le preguntó Jungkook sentándose frente a su padre.

- Me tomé el día,  no pasa nada- le respondió su padre sonriendo.

- Lo siento,  no era mi intención...

Su padre no lo dejó terminar.

- Hijo,  siempre la familia ha sido lo más importante,  no es necesario que te lo diga,  así te lo enseñamos,  ¿verdad?- le dijo su padre palmeando el sillón a su lado.

Jungkook dejó sus lágrimas caer sin vergüenza y lo abrazó fuertemente.

- Lo sé,  gracias- dijo Jungkook recostándose en su costado.

En ese instante su madre entró y acercándose se sentó al lado de ambos besando la mejilla húmeda de su hijo.

- ¿ Ahora nos dirás qué pasa?- le preguntó con el tono dulce característico de su madre.

- Jimin me pidió el divorcio- les dijo Jungkook sintiendo como decirlo dolía horriblemente.

- ¿ Pero porqué?, ese no es el Minie que conozco- dijo sorprendida su madre.

- Está lidiando con muchas cosas,  Hana, no te apresures en juzgarlo,  quedar de un día para otro inválido siendo bailarín...debe tener un infierno en su cabeza- replicó el señor Jeon.

- Tienes razón,  no voy a juzgarlo,  ¿ y tú hijo?, ¿ qué vas a hacer?- le preguntó su madre volteando a mirarlo de frente.

- Yo lo amo, mamá,  ustedes saben que nunca ha existido nadie más que Jimin para mí,  pero ahora no me quiere a su lado,  aunque me duela- le respondió Jungkook con voz temblorosa.

- ¿ Jade tiene algo que ver con esta decisión de Minie?- preguntó ahora su madre.

Jungkook suspiró pesadamente.

- ¡Lo sabía!, esa mujer me va a escuchar,  Jimin es su único hijo,  pero no tiene derecho a inmiscuirse en la vida de ustedes dos- resonó furiosa Hana.

- Madre,  no hagas las cosas más complicadas,  Jimin está mal,  es su madre y no puedo contra eso.

- ¡ Pero tú eres su esposo!- le recriminó su madre.

- Hana,  deja a nuestro hijo tranquilo,  ahora sólo necesita de nuestro apoyo,  sólo eso- le dijo el señor Jeon a su esposa.

- Gracias papá,  ¿mamá?- Jungkook la miró con cariño.

- Sí hijo,  entiendo,  no te preocupes- le dijo suavemente y le apretó su mano.

Después de la conversación con sus padres regresó a su casa,  sola y silenciosa, ya no estaban las risas de su Minie en ella.

Pasaron dos semanas en que se sumergió completamente en el trabajo para no tener tiempo de pensar,  los papeles del divorcio ya le habían llegado,  Jimin se negaba a contestar sus llamadas y porsupuesto su madre le pidió que dejara de atormentarlo pues suficiente tenía con su desgracia, para sumarle más preocupaciones.

Ni siquiera sus padres pudieron visitarlo,  las dos veces que fueron Jimin se negó a verlos,  o por lo menos eso dijo su madre,  era como si un muro gigantesco e intraspasable se hubiera erigido frente a su esposo.

Decir que cada día que pasaba dolía un poco menos,  sería mentir,  cada día era peor, tuvo que apoyarse en sus sesiones con el psicoterapeuta para seguir con su día a día.

El domingo de la segunda semana al llegar al departamento el padre de Jimin estaba esperándolo,  Jungkook inmediatamente se preocupó.

- ¿ Le pasó algo a Minie?- preguntó Jungkook de inmediato.

El señor Park se veía ojeroso y abatido.

- Necesito hablar contigo hijo,  ¿ puedo pasar?- le preguntó con voz temblorosa.

Jungkook inmediatamente abrió la puerta y lo hizo pasar señalándole el sillón mientras el iba a buscar un vaso con agua.

- Gracias hijo- dijo el señor Park recibiendo el vaso y tomando un sorbo,  las manos le temblaban ligeramente.

Jungkook tomó asiento esperando a que el padre de Jimin hablara.

El señor Park después de suspirar dejó el vaso de agua sobre la mesita de centro.

- Hijo,  Jimin no está bien...y yo simplemente no puedo quedarme de brazos cruzados viendo como se va apagando poco a poco- le dijo atropelladamente el señor Park apretando sus manos inquieto.

- ¿ Jimin está asistiendo a su terapia?- preguntó Jungkook.

El señor Park negó con su cabeza.

Jungkook se levantó furioso.

- ¡ Se supone que lo alejaron de mí porque estaría mejor!- soltó Jungkook sin frenar sus palabras.

- Lo siento tanto,  Jade...no la reconozco , es como si fuera otra persona,  sólo se autocompadece y Jimin es como si estuviera en otro mundo...sólo permanece acostado mirando a la nada,  yo, yo, ya no puedo ser un espectador,  Jade lo trata como si fuera un bebé,  me está matando verlo así- lo voz del señor Park en este punto se quebró por el llanto.

- No puedo permitirlo,  no dejaré que su vida se arruine,  deme dos días y solucionaré todo,  sólo dos días- le suplicó Jungkook.

El señor Park levantándose lo abrazó emocionado.

- Perdóname,  sabía que no lo abandonarías,  siempre te quise como a un hijo,  Jade también lo hacía,  pero parece que lo olvido- le dijo el señor Park secándose las lágrimas.

-Una cosa más- le dijo Jungkook antes de que el padre de Jimin se fuera- no le cuente a Jade que hablamos.

El señor Park asintió con un poco más de ánimo en su semblante y luego se marchó.

Jungkook se recostó tras la puerta cuando la hubo cerrado y se deslizó lentamente hasta quedar sentado en el suelo.

Había sido un imbécil,  nunca debió dejar a Jimin con su madre,  pero las cosas cambiarían,  si Jimin lo odiaba por lo que iba a hacer,  que lo odiara,  era preferible eso a ver como se dejaba morir día a día.

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