Capítulo 32

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Dos semanas habían pasado desde el incidente con Jungkook.

Jungkook ahora se encontraba en estado de coma, un coágulo se había formado en su cerebro después del accidente automovilístico y en los exámenes que le habían hecho no lo detectaron, esto le provocó un accidente cerebrovascular. Jungkook nunca había vuelto a chequearse después de irse a vivir a Yansang.

Ese día lo operaron de urgencia,  logrando disolverse el coágulo a tiempo,  pero debido a lo complicado de la cirugía y del tiempo que había transcurrido,  Jungkook quedó en estado de coma quedando conectado a un equipo de respiración mecánica.

El doctor fue claro,  había cincuenta y cincuenta por ciento de probabilidades de que Jungkook despertara,  lo normal sería que lo hiciera en dos o tres semanas,  porque sino pasaría a un estado vegetativo y peor aún a su muerte cerebral.

Esta noticia golpeó fuertemente a Jimin y a todos aquellos que habían aprendido a conocer y amar a está pareja,  Ana se comportó como una madre con Jimin,  Tae hyung le brindó su apoyo incondicional.

Lo más difícil para Jimin fue avisarle a los padres de Jungkook lo que estaba sucediendo,  sabía que el sufrimiento y angustia de ellos sería tan grande cómo el suyo.

El primer día lloró hasta quedar agotado,  no había nada ni nadie que pudiera darle consuelo, necesecitaba desesperadamente los brazos de su Kookie rodeándolo y su voz diciéndole que todo estaría bien.

Sentado a su lado,  tomando su mano inerte,  dejó de llorar y se prometió a sí mismo ser fuerte,  ahora le tocaba a él,  estar íntegro y completo para su esposo, así que  se secó las lágrimas y sonrió aunque su mandíbula doliera y su corazón también al hacerlo.

Al día siguiente cuando llegaron los padres de Jungkook acompañados también de su madre y tambiénde Jin,  no supo de dónde sacó fuerzas, pero no se quebró,  y abrazó a sus suegros con cariño al ver como les tocaba a ellos pasar ahora por una situación similar a la que vivieron sus padres cuando le amputaron sus piernas,  su madre simplemente lo abrazó fuertemente y besó sus mejillas,  no necesitaba decirle nada para comprenderlo, Jin estaba pálido pero se mantuvo entero dándole apoyo a los padres de Jungkook que eran como sus padres también.

Cuando los padres de Jungkook pudieron entrar a verlo,  Jin le trajo un café caliente a Jimin y a su madre y luego se sentó a su lado, él era muy observador y sabía que Jimin estaba destrozado pero no lo demostraba.

- Jimin- Jin tomó su mano en un momento que la madre de éste fue al baño- puedes llorar si quieres,  será nuestro secreto.

Jimin lo abrazó y negó con la cabeza.

- Lloré todo lo que debía llorar,  ahora sólo estaré aquí para él, como Kookie lo estuvo para mí- Jimin le sonrió pero su piel se veía muy pálida.

- Eso...eso es tan hermoso,  siempre supe que no había nada que pudiera separarlos,  Jungkook vivía y respiraba por tí- Jin sonrió emocionado, este Jimin que veía había crecido,  había madurado,  era todo un hombre y seguía igual de enamorado de su amigo que cuando estaban en Seúl,  si tuvo alguna duda cuando Jimin se dejó abatir por el resultado de su accidente,  ahora al verlo nuevamente,  todas esas dudas se disiparon.

- Jungkook lo pasó muy mal conmigo los primeros meses aquí en Yansang,  pero nunca se dio por vencido,  el siempre ha visto un lado mío que hasta hace poco yo también lo veo y todo gracias a él,  por eso no puedo consumirme en la angustia ni caer nuevamente en depresión,  tengo la seguridad aquí en mi corazón- se tocó el pecho al decirlo- que Kookie volverá a mí.

- Yo también lo creo,  Jungkook es un luchador, aquí estaré para lo que necesites, ¿ de acuerdo?- Jin le apretó la mano.

- Gracias,  se lo importante que es Kookie para tí también.

Jin suspiró asintiendo.

Jimin bebió su café acompañado de Jin y su madre que había vuelto,  sentía paz, se sentía amado,  tenía una familia y amigos maravillosos,  ahora sólo tenía que esperar,  estaba seguro que Jungkook volvería.

Los primeros días los padres de Jungkook no querían salir del hospital,   Jimin se quedaba a su lado por las noches durmiendo a intervalos en la habitación que ocupaba Jungkook,  nadie de la familia discutió su derecho a hacerlo,  y Jimin lo agradeció de corazón.

Jin y su madre se quedaron en la casa de ellos y ya al tercer día sin ninguna novedad en el estado de Jungkook sus padres también empezaron a quedarse a dormir en la casa,  viniendo por el día a ver a su hijo.

Ana fue de gran ayuda para la madre de Jungkook,  su calidez y sencilla forma de enfrentar la vida le dieron por fin tranquilidad y esperanza a Hana.

Jin se hizo cargo de los proyectos en los que trabajaba Jungkook ocupando su oficina en la casa para que el señor Jeon no tuviera que hacerlo y además conoció a Tae hyung que sin pensarlo se convirtió en su catalizador de las emociones y angustia contenida que sentía por el estado de su mejor amigo.

Tae hyung con su alegría,  espontaneidad,  logro sacarle algunas sonrisas,  ni que decir que siempre aparecía con algún pastelito o galletas especiales para alegrarle la vida a todos ellos, al final de la segunda semana,  Ana y Tae hyung parecían parte de ellos como si siempre se hubieran conocido.

Jimin tranquilo al ver que pequeñín seguía acompañado,  se dedicó por completo a su esposo, el pobre de pequeñín los primeros días se negaba a comer, su casa estaba invadida por extraños y ni siquiera Ana lograba sacarlo de su tristeza, así que Jimin aprovechó la visita de los padres de Jungkook para ir a ver a su hijo,  porque pequeñín era eso para ellos.

Cuando pequeñín lo vio llegar gemía de felicidad y saltaba corriendo de un lado para otro volviendo a regresar a donde estaba Jimin, cuando se calmó Jimin salió con el a dar un paseo por la playa y luego se sentó en la arena junto a él.

- Bebé,  tengo que contarte algo,  papá está delicado y no puede venir a verte,  papá Jimin necesita estar a su lado y cuidarlo para poder traerlo nuevamente a casa,  ¿ lo entiendes,  verdad?- Jimin sintió el hocico de pequeñín apoyarse en sus muslos con una mirada triste.

- ¿ Prometes portarte bien?, Ana cuidará de tí durante este tiempo y yo te vendré a ver a diario,  pero sólo un ratito,  todos te amarán pequeñín si les das la oportunidad de hacerlo, tus abuelos,  Jin,  ¿ lo harás?- Jimin sonrió al escucharlo dar un ladrido potente como si entendiera cada una de sus palabras.

- Buen chico- acarició sus orejas y se quedaron un ratito más escuchando el sonido de las olas.

Antes de irse nuevamente al hospital,  agradeció a Ana por toda su ayuda.

- Nada que agradecer pequeño,  ustedes llegaron para alegrarme la vida,  me hicieron vivir nuevamente,  ya no soy esa vieja encerrada en su casa,  soy yo quien está agradecida- Ana secó unas lágrimas furtivas que se deslizaban por sus mejillas.

Jimin la abrazó y besó.

- Nada de eso Ana,  te amamos desde que te conocimos,  suerte la nuestra de haberte conocido- Jimin la volvió a abrazar - debo irme Ana,  cuida mucho a mi hijo,  ya hablamos y creo que estará bien,  igual vendré a verlo todos los días un ratito.

Ana asintió y miró a pequeñín.

- ¿ Comerás con Ana pequeñín?- Ana acarició sus orejas sonriendo y pequeñín ladró meneando su colita haciéndola reír- él estará bien Jimin,  preocupate de alimentarte bien y descansar también,  debes estar fuerte y saludable para cuando tu esposo despierte,  ¿ lo prometes?.

- Promesa- Jimin sonrió y se fue con Tae hyung de regreso al hospital.

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