Capitulo 3

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-Papa, ¿emocionado por volver a tomar el tren?- le pregunte a Remus quien estaba atrás mío arrastrando su vieja maleta, ya que no me dejo regalarle una nueva.

-La verdad es que nunca pensé en qué volvería a subirme.- aclaro con una sonrisa nerviosa.

-Bueno, tómalo como una nueva experiencia.- le recomendé.- cruzamos?- propuse cuando llegamos a la pared de ladrillos.

-Tu primero pequeña.- tal como me pidió corrí pasando fácilmente seguida por él. El lugar aún no estaba tan lleno y eso era normal, habíamos llegado bastante más temprano de lo que debíamos, aunque Ced ya estaba ahí.

-Guapo!- le grite mientras corría a su lado, donde él no tardo en abrazarme y darme un corto beso.

-Hola preciosa, preparada para este año como prefecta.- me pregunto mientras me sonreía orgulloso.

-Me he preparado toda la vida.- le asegure.- Hola Anni, Amos.- salude a mis suegros con una sonrisa.

-Hola Lily, que gusto volver a verte.- Me saludo Anni.- Las próximas vacaciones vas tendrás que venir más días a casa, las dos semanas que estuviste se hicieron muy cortas...

-Esperemos que sea posible.- me limite a contestar.- ¿Dónde quedo papa?

-Puede que ya subiera al tren preciosa, que te parece si hacemos lo mismo, para encontrar fácilmente un vagón.

-Encantada... Un gusto volver a verlos.- me despedí.

-Tengan buen año, y compórtense cómo los prefectos que son.-se despidió Anni.

-Tengan buen viaje chicos.- hablo mi suegro.

Dejamos nuestras cosas y a las lechuzas con el resto de él equipaje, y subimos al tren. La verdad tuvimos suerte de llegar tan temprano porque encontramos un vagón cerca del de prefectos al instante. Una vez sentados nos saludamos cómo nos merecíamos después de no vernos por un mes.

-No puede ser, cada vez que los busco ustedes se están besando- Fue el increíble saludo de Derek al entrar al vagón seguido por James.

-Bueno, tal vez si no nos interrumpieras tan seguido podríamos besarnos tranquilos.- se quejó Cedric en modo de burla. Por razones obvias tuve que bajar de sus piernas y sentarme a su lado.- ¿Por qué te sientas tan lejos, yo estaba muy cómodo?- volvió a quejarse mientras me abrazaba y acercaba a él.

-Bueno, digamos que mi padre está en el tren y si se cruza por esa puerta no creo que le guste que yo este sentada en tus piernas.- le explique.

-¿Va a ser así todo el año?- pregunto algo desanimado con un pequeño puchero.

-No, por supuesto que no, solo tendremos que tener más cuidado para que no pierdas una mano.- le comente recordándole las advertencias dadas por mi padre y padrino. Es gracioso pensar que dos personas que no se llevan bien pueden dar amenazas tan similares.

-No es justo, soy el único alumno en todo Hogwarts que tendrá a su suegro y al padrino sobre protector de su novia observándolo día y noche.- volvió a quejarse, dejándome sorprendida lo tierno que se puede ver al hacerlo.

-Bueno puedes aprovechar para ganarte su confianza total.

-¿Tu papa trabajara en el colegio?- interrumpió Derek.

-Es el nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras. Este año realmente aprenderemos algo en clase.

-Quien dice que yo no aprendí nada.- comento Derek.- el año pasado aprendí dos cosas muy importantes. La primera el color favorito de Lockhart es el lila y la segunda existen Ravenclaw realmente estúpidos.

..........

Estábamos ya a mitad de camino o eso creo, cuando el tren se detuvo abruptamente. Las luces comenzaron a prenderse y apagarse, terminando por quedar completamente apagadas. Una ola de frio nos sacudió, y las ventanas comenzaron a congelarse lentamente y la temperatura descendía abruptamente.

-Ven aquí preciosa.- me dijo Ced abriendo sus brazos para que me acercara más a él, cosa que hice sin pensar. Sus brazos me rodearon de forma protectora, era más que obvio ambos teníamos un mal presentimiento.

-¿Qué estará pasando?- pregunto asustado James, luego de que el tren se sacudiera abruptamente.

-Alguien se está subiendo.- nos comunicó Derek mientras trataba de ver por la ventana.

-Pero quien puede...- trate de preguntar, pero me quede callada al ver algo parecido a una mano en el vidrio de la puerta.

Ante esto los brazos de Cedric me apretaron más contra su cuerpo, cosa que agradecí. No paso mucho para que el dueño de la mano se mostrara, o al menos su cuerpo porque su rostro estaba tapado por una capucha. Parecía analizar el compartimiento, y luego de unos segundos (que parecieron horas) se alejó, por lo que todos soltamos un suspiro de alivio.

-¿Qué era esa cosa?- pregunto algo más calmado James.

-Un dementor- dije de inmediato.- son seres oscuros, ellos disfrutan con la desesperación y la destrucción ajena, se llevan la paz, la esperanza y la alegría. Ellos se alimentan de los sentimientos positivos y de los recuerdos alegres.

-¿Pero qué hacen acá?- pregunto Derek- Pensé que vivían en Azkaban.

-Y lo hacen.- le confirme.- ellos cuidan que los presos no escapen

-Deben buscar a Black- dedujo Cedric.- Me voy a asomar para ver si ya se fueron.

-¿Se fueron?- pregunto James nervios.

-Sí, sí lo hicieron.- contesto Ced.

-Tengo que ir a ver si Harry está bien.

-Voy con tigo.- aseguro Ced mientras tomaba mi mano.

Salimos del vagón con precaución, no fuera ser que algún dementor volviera a aparecer. Él me guió por todo el tren hasta que los encontramos en el ultimo bagon junto a sus amigos y Remus. Lo malo es que Harry se encontraba desmayado en el suelo.

-¿Qué le paso?- pregunte asustada, mientras soltaba la mano de Ced y me sentaba junta a mi hermano.

-Esa cosa lo ataco.-dijo preocupada Hermione.

-El estará bien papa ¿verdad?- le pregunte a Remus, ganándome una mirada de sorpresa de parte de Hermione y Ron.

-¿Papa?- pregunto confundida la castaña.

-El es mi padrino Hermione.- le aclare.- ¿Va a estar bien?

-Sí, estará bien, tranquila.- comento Remus- Está despertando...

-Harry ¿cómo estás?

-Come chocolate Harry, eso te va a ayudar.- le recomendó Remus mientras le daba un pedazo.

-¿Qué paso?- pregunto el azabache aun confuso mientras tomaba el chocolate con desconfianza.

-Te desmayaste.- le dijo Ron mientras lo ayudaba a sentarse.

-Sí, estás bien, tengo que ir a hablar con el conductor.- se excusó mi padrino mientras salía del lugar.

-Como el chocolate que te dio mi papa Harry.- le ordene.

-¿Él es tu padrino?- pregunto Harry, aun sin comerse el chocolate.

-Sí, Remus es mi padrino y ahora come.- le volví a ordenar, a lo que él me obedeció.- Veo que ya están bien, por lo que me tengo que ir, cualquier cosas solo búsquenos.

-Adiós chicos.- se despidió Cedric mientras nos dirigíamos a el vagón de prefectos, para saber como ayudar.

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La hermana de PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora