Ms. Lullaby

Cambios.

Mis padres llegaron al colegio tras ser vacunados, con algo de ropa para mí, y esperando que todo saliera bien, no había salido del baño durante ese tiempo, por lo que tocaron a la puerta una vez llegaron.

-¿Alex? ¿Estás ahí?-

Ellos sabían por la llamada que habían sido convertido en furry... y que mi género ya no era el mismo, lo que no esperaban era que hubiera sufrido un estirón, ya que ahora mi estatura era de 1.90m, quizás 2 contando mis orejas, eso sin contar mis orejas que eran 15 centímetros más a mi altura, y ese cambio era igual a que la ropa que me habían traído no me quedaría, mi mamá entró al baño cerrando detrás suya mientras yo me cubría con los brazos y la cola.

La ropa que usaba para dormir consistía en pants holgados y playeras blancas, pues eso me habían traído, un pants azul marino que antes me quedaba holgado, pero ahora me quedaba ajustado y cubría hasta donde el pelaje negro de mis piernas comenzaba, la playera blanca tras ponermela me encontré que pasó de quedarme bien a sólo cubrir mis nuevos atributos y parte de mi abdomen.

-Ay...- chillé recogiendo mi mochila, pero recordando mi sudadera, la saqué de la mochila y esperando que no se rasgara me la puse y subí el ziper hasta cubrir mis pechos, debo aceptar que me impidió respirar bastante.

Salí entonces del baño con mis padres a mis lados como si fuera un niño de kinder, los alumnos se habían ido a casa por suerte, pero también estuve esperando en ese baño durante 2 horas, y no olvidé reclamarle a mis padres:

-¡¿Por qué tardaron tanto?!- murmuré con voz temblorosa sintiendo mi cola moverse rozando el suelo con su pelaje mientras caminaba.

-No esperabamos tu llamada Alex, y también no teníamos con quien dejar a tu hermano, así que lo recogimos de la escuela y lo dejamos viendo televisión en la casa mientras veníamos por ti- dijo mi mamá.

-¿Te quitaste el cubrebocas?- preguntó mi papá directamente, creyendo que había tenido contacto con algún contagiado.

-No... no lo hice hasta que me formé a vacunarme y vi que mi brazo empezaba a cubrirse en pelaje- aseguré.

Durante la transformación estaba contento, pero ahora no sabía como me sentía, era extraño ser más alto, percibir sonidos y olores que antes no percibía, no usar zapatos y sentir mis pies tocar el suelo de forma tan natural, sentir un peso detrás mío unido a mi coxis, y claro tener un físico que no concordaba con mi fursona.

Mientras caminaba a la salida de la academia cargaba en brazos una bolsa con los restos de mi ropa anterior, notando en los restos de mi pantalón algo de pelaje azul, revisandolo más detenidamente una vez entré al autobús caí en cuenta que me contagié al estar en contacto con este pelaje, pues este estaba pegado en el asiento del autobús que había tomado en la mañana.

-Ugh... ya sé que pasó- dije mostrando el mechón de pelo en mis manos, a lo que mis padres negaron con la cabeza.

Estaban molestos, por suerte no conmigo, pero mi transformación equivalía a tirar o vender casi toda mi ropa, absolutamente todos mis zapatos (ya que no podía usarlos) y aparte comprar nueva ropa, aunque internamente saltaba de alegría, pues usé la misma ropa por más de tres años y ya requería un cambio.

Así entonces llegamos a casa, y mi hermano estaba en la sala, y apenas me vio dijo:

-Wow, hermano, ¿Que te paso?-

Odio las preguntas que esperan respuestas que son muy obvias, a lo que respondí con sarcasmo:

-No hice la tarea y la profa me castigó-

Mi hermano quedó confundido por un momento, y luego subió a su dormitorio... imagino que a hacer tarea.

Estar sentada en el sillón fue extraño, pues mi cola me traicionó al dejarme caer torciendose y haciéndome levantar de golpe por el dolor como si me hubiera sentado en una aguja, miré el sillón, luego mi cola y la sostuve con las manos antes de sentarme con cuidado y soltarla, apartándola y como si tuviera mente propia se reposó en el sillón pegada a mi muslo derecho, mis piernas se alzaban más de lo normal, el sillón parecía quedarme pequeño.