La cura es el regalo de Navidad.

90 6 3
                                    

Me hice a un lado dejando que Polarys se pusiera su casco, arrancara la motocicleta y tratara de alcanzar aquel camión, lo que sería sencillo, puesto que la motocicleta es más ligera, yo sin embargo debía rodear la ruta y arrebasarlos al mismo tiempo, haciéndolo tan pronto como vi al felino alejarse elevándose sobre los árboles y notando la luna llena en el cielo, agradecí que no estuviera lloviendo.

Sin embargo, tras media hora de vuelo y a punto de llegar al punto predecido recibí una llamada de Polarys, respondiendo:

-Ya estoy cerca, ¿Qué ocurre?-

-El camión de la policía cambió su dirección, y por tanto también el camión- dijo apresurado.

-¿Qué?-

En ese momento yo estaba sobre el puente donde los voltearía, notando cómo por debajo del mismo puente pasaban acelerando, notando que ya me habían visto.

-Demonios- gruñí saltando del puente para volar sobre el camión, notando a Polarys alrededor del mismo, llamando la atención del conductor y retrocediendo para evitar que le dispararan, el camión de la policía se cruzaría con éste camión en una desviación a pocos kilómetros.

-Planean estampar este camión con el de la policía y marcarlo como accidente- dijo Polarys.

-Y llevándose las armas en el proceso...- finalicé la frase yo, -Polarys, ya me vieron, mejor acelera y detén al otro camión- agregué.

-Entendido- dijo el lince acelerando, pero en ese momento el camión intentó chocarlo, repetidas veces, cortando su camino y evitando que pasara de él, no noté que en mi miedo de que lo mataran mi cuerpo se cubrió en fuego, y me estrellé contra la carga del camión haciéndole un agujero y haciendo que el mismo perdiera el control por un momento, Polarys frenó y se mantuvo atrás hasta que el vehículo chocara o recuperara el control.

El camión de la policía ya estaba muy cerca, con el conocimiento de que estaba en peligro, pero dudando de una llamada anónima y desconociendo el aspecto de su atacante, por lo que estaban muy descuidados.

El fuego se disipó de mi cuerpo, pero aún tenía la oportunidad de voltearlos, aprovechado la falta de control para adelantarme y ponerme en la carretera, los conductores del camión entonces comenzaron a disparar sus armas de droga contra mí, ocultando mis alas un momento para desaparecer un punto débil mientras corría al autobús, y finalmente a centímetros de que el camión chocara contra mí las desplegué y cargué con el vehículo, levantándolo y usando el impulso de su aceleración para hacerlo chocar con fuerza contra el suelo, casi casi volteándolo como el camión en la segunda película de Batman de Christopher Nolan, quedando en el suelo acostada boca arriba mirando las estrellas por un par de largos segundos, levantándome apresurada al ver a los pasajeros abriendo las puertas del autobús para salir, rodar en el suelo e intentar levantarse.

Las sirenas de la policía ya podía escucharlas, pero realmente estaban muy lejos aún, acercándome a uno de los sujetos para atarlo y dejarlo fuera de juego, ocultando mis alas y sacando la cuerda de una bolsa que llevaba conmigo.

Pude ver cómo el camión avanzó con mayor seguridad y Polarys llegaba en su motocicleta conmigo.

-¿Estas bien?- preguntó.

-Todo bien Polarys, ayúdame a amarrarlos- le dije sonriendo, ligeramente adolorida por el dolor de espalda al dejarme caer al suelo así.

Pude ver la sonrisa agradecida y tranquila de Polarys, como si ambos estuviéramos felices con el resultado, lo que me hizo sentir muy bien, bajando la miraba un poco mientras ocultaba un sonrojo, giré a verlo de nuevo, y noté al otro sujeto con una de esas pistolas en la mano.

Ms. Lullaby Donde viven las historias. Descúbrelo ahora